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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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jueves, mayo 28, 2009

SALIO HOY EN POLITICA & MEDIOS

¿Cómo desembarcó Techint en el Caribe? El grupo ítalo-argentino llegó a Venezuela a mediados de la década del ’90, aprovechando la ola de privatizaciones del neoliberalismo, modelo por entonces dominante en América Latina. Techint "ingresó al país por izquierda, con trapisondas, trampas y corrupción", y luego "se dedicó a estafar al Estado", relató a Política&Medios el intelectual venezolano Modesto Emilio Guerrero. Techint pisó fuerte en el Caribe en 1997, cuando adquirió en Venezuela la empresa Sidor, con una transacción de 1.200 millones de dólares. Al momento de su nacionalización, el año pasado, Ternium y Siderar, ambas del grupo comandado por Paolo Rocca, controlaban el 60 por ciento de la siderúrgica, mientras que el restante 40 por ciento se repartía entre el Estado y los trabajadores. Luego de una mediación del gobierno argentino, Caracas acordó con Techint una compensación de 1.970 millones de dólares, con un pago adelantado de 400 millones en efectivo que ya fue transferido a Ternium.Los recientes anuncios del presidente Hugo Chávez de avanzar sobre otras tres empresas controladas o con cierta participación accionaria del grupo, dispararon una fuerte polémica en Argentina. Pero poco se dijo sobre el derecho soberano de Venezuela a recuperar sectores estratégicos para su economía, y menos aún sobre la historia y las condiciones en las que operan las empresas de Techint en ese país."La tasa de ganancia registrada por Techint, la que no se conoce, es de 222 por ciento, mientras que la tasa que marca el capitalismo como legal es del 30 por ciento. Esta empresa se dedicó a estafar al Estado venezolano", aseguró en dialogo con Política&Medios el escritor y periodista caribeño, Modesto Emilio Guerrero.El intelectual, que se desempeñó como gerente institucional de la Cámara de Comercio Argentino-Venezolana, contó que la historia "mal parida" con el grupo ítalo-argentino comenzó cuando éste "ingresó al país por izquierda, con trapisondas, trampas y corrupción"."Puedo dar testimonio, porque era funcionario de la Cámara, de cómo el ex embajador venezolano en Argentina, Ignacio Arcaya (1995-98), negoció inversiones de Techint facilitando la deducción de gastos y costos. Entre Arcaya y Edmundo González Urrutia (sucesor de Arcaya) operaron las inversiones de Techint al estilo de Techint. Eso significó una coima muy grande. Arcaya, por ejemplo, recibió una cuadrilla de caballos de carrera y una quinta y un chalet en la Isla de Margarita", denunció Guerrero. El grupo empresario, según autor del libro ¿Quién invento a Chávez?, trasladó a Venezuela el sistema, la técnica y los métodos de explotación usados en Argentina, al calor del neoliberalismo instalado por el Consenso de Washington."Muchos sindicatos argentinos colaboraron con esta metodología, pero en el país bolivariano no pudieron lograrlo", explicó Guerrero, al recordar que, desde hace meses, los trabajadores de las platas de Techint están de paro, lo que precipitó la determinación de Chávez en el marco de un proceso de recuperación "económica, de defensa estratégica, frente a la presión internacional de la crisis financiera".El periodista venezolano también adelantó a este medio que el gobierno de su país está elaborando una denuncia contra Techint por "trato inhumano" a mujeres, jóvenes y trabajadores de mayor edad en Sidor, así como en las otras tres plantas: Tubos de Acero de Venezuela (Tavsa), Materiales Siderúrgicos (Matesi) y Complejo Siderúrgico de Guayana (Comsigua).Por su parte, el director ejecutivo de la Cámara de Comercio Argentino-Venezolana, Eduardo Rastrelli, cuestionó el pedido de la Unión Industrial Argentina (UIA) para que se excluya a Venezuela del Mercado Común del Sur (Mercosur) por las estatizaciones de empresas de capitales argentinos. "Si Venezuela entra o no lo van a decidir los cuatro miembros plenos del bloque", sostuvo Rastrelli en P&M, al tiempo que recordó que Argentina y Uruguay ya ratificaron el protocolo de adhesión y que ahora resta la aprobación de los parlamentos de Paraguay y Brasil".El director venezolano coincidió con Guerrero a la hora de calificar las nacionalizaciones como "un proyecto soberano de país" que "busca recuperar aquellas rubros que resultan estratégicos para el desarrollo de una nación".Ambos entrevistados negaron, además, que el proceso iniciado en Venezuela tenga carácter confiscatorio, como afirmaron varios medios y candidatos argentinos de la oposición."No puede haber confiscación cuando se están pagando las indemnizaciones" que corresponden, explicó Guerrero, quien agregó que en América del Sur se realizan diariamente "22 millones de operaciones comerciales", pero "sólo tres estuvieron en el ojo de la tormenta, como si el bolchevismo se hubiera instalado en Venezuela".

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