Nuestros treinta mil

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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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miércoles, agosto 21, 2013

DEFENDAMOS EL PROYECTO NACIONAL Y POPULAR


DESGASTAR, DESLEGITIMAR, DESTITUIR.

Los factores de poder no soportan el cambio de época que estamos protagonizando.
“Nos atacan por nuestros aciertos, no por nuestros errores…” supo decir el general Perón, cuando esos mismos sectores atacaron a su gobierno. Al que terminaron no sólo derrocando, sino proscribiendo su partido e incluso prohibiendo que sea nombrado.
El contexto histórico es diferente. Pero los sectores concentrados del sistema de poder son los mismos. Con el agregado del sistema de medios de comunicación hegemónico que entrelaza y atraviesa diversos intereses empresarios y financieros.
Hoy, la receta política, social y cultural a la que quieren hacernos retroceder desde cierta visión económica, está fracasando de manera estrepitosa en gran parte del planeta.
¿Por qué deberíamos volver a adoptar políticas que no sólo nos llevaron al estallido del 2001/2002, sino que está derrumbando a muchas naciones de Europa?
¿Será que el sistema global de poder no acepta que ya las recurrentes crisis del capitalismo financiero, no estallen en las manos de nuestros pueblos de Sur América?
Tal vez esa sea una fuente externa que tiene sus ramificaciones en los personeros autóctonos de la dependencia. A la que se suman las motivaciones particulares de los dueños del grupo “Clarín” y “La Nación”.
Estos personajes tienen cuentas pendientes con la justicia.
Que el Poder Judicial se moroso (como mínimo) en el tratamiento de las causas que se tramitan en su ámbito y que involucra a estas personas, no habla de la inocencia de los implicados. Remite al poder que fungen y al sometimiento de ciertos integrantes corporativos del Poder Judicial, con esos sectores.
Ahora ¿qué pasa con una parte de la sociedad que es tan permeable al discurso de los medios de comunicación cómplices y socios comprobados del genocidio?
Que terminan repitiendo las falacias lanzadas desde el circo dominguero, aún cuando la realidad muestra a las claras las mentiras que derrama semana a semana.
No incluyo en este segmento a los “dirigidos políticos” que repiten el guión que les bajan desde esos medios cloacales. Tampoco a los militantes del odio, que son una minoría.
Me refiero a muchos de aquellos que en el 2001/2002 salieron a reclamar por el daño que les causó una política económica perversa y saqueadora.
¿Qué pasa con ese segmento social que quiere retornar a la aplicación de aquellas políticas?
¿Acaso han enloquecido? ¿Han perdido la memoria?
¿Qué les hace creer que si retornan aquellos que nos llevaron al infierno con sus medidas, ellos no sufrirán las mismas consecuencias?
¿No terminan de darse cuenta de las actitudes golpistas de los “dirigidos políticos” que están defendiendo a partícipes y beneficiarios de la tortura, el robo de bebés y la apropiación de empresas en la mesa de torturas de los verdaderos dueños?
¿Acaso piensan que sea casualidad la fuga de dos genocidas cuyo traslado de San Juan al Hospital Militar “la justicia” avaló?
¿También es casualidad la fuga del penal de Ezeiza de los trece delincuentes que estaban en celdas individuales con custodia, y que usaron herramientas para perforar hormigón y hacer un túnel?
Para quienes no lo saben el penal de Ezeiza es uno de los tantos complejos de detención que dependen del Servicio Penitenciario Federal, cuyo titular era el doctor Víctor Hortel. Quién estaba llevando a cabo una política de respeto a los derechos humanos de las personas en situación de encierro. Brindándoles la posibilidad de completar estudios primarios, secundario y universitarios a los internos. Además de ofrecerles distintos tipos de talleres para que se capaciten en diferentes áreas que tienen que ver con la cultura. Dándoles el trato que se merecen como personas, más allá de las circunstancias que los llevaron a tener que estar en situación de encierro.
Cómo último gesto, el doctor Hortel, asume el costo político de la fuga, denunciando a la vez que ese, como otros hechos, es un pase de factura de sectores que no aceptan el cambio cultural que se estaba llevando adelante.
En lo personal espero que ese cambio cultural siga su curso y se sigan aplicando las mismas políticas de respeto a los derechos humanos.
Si así no fuera, los sectores que quieren hacernos retroceder habrían ganado esa batalla.
¿Me parece sólo a mí o este hecho del penal de Ezeiza, engarza de manera perfecta, con el primer párrafo de esta nota?
“Los factores de poder no soportan el cambio de época que protagonizamos”.
El próximo 27 de Octubre tenemos una herramienta maravillosa para seguir profundizando este cambio.
Salvo que queramos volver al infierno que tanto nos costó dejar atrás.

Daniel Mojica
facebook.com/hablemosdepolitica



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