Nuestros treinta mil

Nuestros treinta mil
memoria, verdad y justicia

POR UNA COMUNICACION POPULAR

POR UNA COMUNICACION POPULAR
POR UNA COMUNICACION POPULAR

sábado, julio 21, 2012

TIEMPOS DE CAMBIO


LOS TIEMPOS DE CAMBIO NO SON LINEALES

Estamos viviendo un tiempo de cambio. Protagonizando la revolución que hoy somos capaces de encarar.
Todo tiempo de cambio produce reacomodamientos en la sociedad.
Los que acompañamos ese cambio. Y los que van quedando relegados, porque su discurso del cambio y la profundización del proyecto en marcha es sólo eso, un discurso.
El cambio de época iniciado el 25 de Mayo de 2003, sigue su rumbo. No es lineal, porque la historia no lo es. Pero sí es coherente, con su esencia, con los grandes trazos enunciados oportunamente. Tal vez no sea todo lo prolijo que algunos prefieran. Pero no es engañoso, por eso la juventud no se cansa de cantar y de poner el cuerpo “Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”.
Ese y no otro es el objetivo desde aquel 25 de Mayo (el de 1973) que quedó trunco y que retomamos en el 2003. La liberación nacional.
Ese también es el problema para quienes sólo se quedan en el discurso, o en la letra muerta de los libros que hablan de una revolución ideal; para la cual nunca están dadas las condiciones, y cada vez que surge un gobierno popular, los atentos a “las condiciones” pregonan “cuanto peor, mejor”.

“En los países coloniales como la República Argentina, donde un alto porcentaje de lo producido nacional se desvía hacia las capitales financieras, el régimen liberal sólo sirve a la oligarquía, cuyo enriquecimiento es el resultado de su comunidad de intereses con el imperialismo, mientras el país y el pueblo se empobrecen. Ese orden de injusticia permanente, impuesta a través del sistema, es propiciado por una serie de estratos que lo defiende: desde la prensa comercial, los grupos profesorales, los intelectuales cipayos, la masonería, hasta los partidos políticos llamados “tradicionales”. Una parte de la pequeña burguesía siempre se alinea con la opresión, ya sea porque cree que ejerce una parte del poder social, ya sea por influencia de la propaganda que masivamente se descarga sobre ella desde hace un siglo.”
(J.W. Cooke “Lucha por la liberación nacional”)

Es por eso que la profundización del proyecto nacional, popular y democrático que encabeza y conduce nuestra Presidenta, nos enfrenta con nuestras propias convicciones ¿somos capaces de unirnos de hecho, esto es poniendo el cuerpo, tal y como cantan hoy los pibes y ayer cantamos los que quedamos?

Es por eso mismo que algunos se van bajando del proyecto, porque flaquean de convicciones. Porque están atados a los vicios de la vieja política. Esa vieja política que Néstor Kirchner vino a sepultar cuando dijo que no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la casa de gobierno, cuando dio la orden de bajar los cuadros de los genocidas.
Porque están encuadrados en las características que denunciaba Cooke en el fragmento trascripto.
O porque encajan en la certera denuncia de la compañera Evita:

“Los ambiciosos son fríos como culebras, pero saben simular demasiado bien. Son enemigos del pueblo porque ellos no servirán jamás al pueblo sino a sus intereses personales…son los caudillos. Tienen el alma cerrada a todo lo que no sean ellos…Hay que buscarlos y marcarlos a fuego para que nunca se conviertan en dueños de vida y hacienda del pueblo…La causa del pueblo exige nada más que hombres del pueblo que trabajen para el pueblo, no para ellos…” (Eva Perón “Mi mensaje”)

Cuando antes tomemos conciencia de la revolución que estamos protagonizando, será menos traumático sostener el rumbo y apoyar las medidas que implementa nuestra Presidenta. Porque no hay duda de hacia donde vamos.
El camino no es ni será fácil.
“La primera línea de defensa de la casta dominante está ubicada en el sistema del 53, que otorga libertades políticas a cambio del respeto por la organización que permite el mantenimiento de las desigualdades sociales… …Una clase dominante no abandona sus ventajas ni siquiera por consecuencia con sus propios principios políticos.” (J.W. Cooke idem)

¿Será por esto que los políticos “tradicionales” y tanto “republicano” suelto se oponen tan cerradamente a la necesidad de darnos una nueva Constitución Nacional que refleje los cambios que hemos producido?

Daniel Mojica
Columnista de Radio Gráfica 


No hay comentarios.: