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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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martes, marzo 22, 2011

PERONISMO O KIRCHNERISMO 2

PERONISMO O KIRCHNERISMO II

Para quienes se esfuerzan en desagregar al kircnerismo del peronismo, podemos tomar una línea de comparación. Basada en una de las primigenias banderas y fundamento doctrinario del Movimiento Peronista. La que habla de una Patria justa, libre y soberana. Que quiere decir socialmente justa (justicia social) económicamente libre (independencia económica) y políticamente soberana (las decisiones se toman teniendo en cuenta los intereses nacionales). Para llevarlas a cabo es indispensable un Estado presente e independiente de intereses corporativos.

Entonces, si analizamos los gobiernos del General Perón y las políticas que implementó desde el Poder Ejecutivo (incluso desde antes, en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social) podemos ver con claridad cómo se expresan esas tres contundentes vertientes del modelo nacional y popular.

La justicia social: se ve reflejada en cada una de las medidas que son tomadas en defensa de los trabajadores (horario de trabajo, vacaciones pagas, aguinaldo, condiciones dignas de trabajo, obra social para el trabajador y su familia, sistema previsional solidario, etc.)

La independencia económica: con el desarrollo de la industria nacional, la nacionalización de los ferrocarriles, la creación de YPF, Aerolíneas Argentinas, el rechazo a formar parte del FMI, y al endeudamiento externo, la creación de empleos y fuentes de trabajo, el sostenimiento de un círculo virtuoso en cuanto a: trabajo - producción – consumo – producción – trabajo. Entre muchas otras.

La soberanía política: encarnada en la tercera posición ideológica (embrión del movimiento de Países No Alineados, o del tercer Mundo) el resistir a una absurda declaración de guerra, que sólo hubiera significado sumisión; no aceptar la intromisión de la embajada de EE.UU. en las decisiones del gobierno, ni en su política exterior.

No pretendo hacer un exhaustivo detalle de los gobiernos peronistas de 1946 a 1955, cosa que otros ya han hecho con mayor precisión y erudición de la que poseo. Sino hacer una simple comparación, si es que eso es posible, entre las políticas adoptadas en aquel período y las adoptadas desde mayo de 2003 hasta hoy. A la luz de la bandera peronista elegida para analizar las semejanzas.

Antes de eso resulta ineludible resaltar que desde el derrocamiento del gobierno popular peronista, por la “fusiladora del 55” y los subsiguientes gobiernos (proscriptivos, de facto y genocidas) han tratado de destruir las políticas sociales, renunciar a la industria nacional, dejar las decisiones en manos de las corporaciones económicas y financieras, dejar un país para pocos.

Condenando a la desocupación, el hambre y la indignidad a la inmensa mayoría del pueblo. A la vez que masacraban a quienes osaban defender esas elementales normas de convivencia que toda comunidad debe brindar a sus integrantes.

El fin último declarado abiertamente en 1955 y luego oportunamente silenciado por los siguientes desgobiernos, ha sido la destrucción del peronismo. Sus conquistas, su identificación con el pueblo. Han querido borrar su identidad y sentimiento.

¡Tremendo fracaso!

La heroica resistencia del pueblo peronista impidió la “integración” al sistema o la “domesticación” del peronismo.

La identidad y los sentimientos de un pueblo no se borran con represión, con violaciones, torturas, muerte y robo de criaturas.

Lo han intentado todo, desde afuera del peronismo y desde adentro (del justicialismo, como se llaman los que no se animan a ser peronistas) Tal como quedó siniestramente demostrado en la nefasta década de los 90.

No podemos negar que luego de la genocida dictadura cívica, militar y mediática, que masacró a nuestros mejores compañeros de generación, hemos sufrido una crisis, que se agravó con la vergonzosa demostración de mal gusto, incultura y degradación de valores que trajo aparejado el reinado de Carlos Saúl I, su impronta cultural alienante y su vocación de vende patria administrador del neoliberalismo.

Vamos a la comparación.

Justicia social: la recuperación de los derechos y dignidad laborales, la implementación de las paritarias, la recuperación de la jubilación solidaria, el descongelamiento de los haberes jubilatorios, la incorporación de millones de abuelos y abuelas que nunca hubieran podido jubilarse por carecer de los aporte necesarios, la asignación universal por hijo, entre otras.

Independencia económica: el desendeudamiento externo, la no injerencia del FMI en nuestra economía, la reindustrialización del país, la puesta en funcionamiento del aparato productivo, el posicionamiento de nuestra producción en el plano internacional, el desarrollo del mercado de consumo interno que potencia la producción nacional, el desarrollo de nuevas tecnologías, la repatriación de científicos, entre otras.

Soberanía política: desarticular el sometimiento a las corporaciones (militares, económicas, eclesiásticas, mediáticas) de las decisiones de gobierno, bajar los cuadros de los genocidas, suspender los capellanes militares, entierro del ALCA, fortalecimiento del MERCOSUR y UNASUR, posicionamiento en los foros internacionales, negociación con los organismos internacionales, ejercer plenamente el rol de Comandante en Jefe de las FF.AA., recuperar la autoridad presidencial, relaciones exteriores de igual a igual con todos los países, desarticular la Corte Suprema menemista, impulsar leyes de ampliación de derechos (matrimonio igualitario), impulso a los juicios por delitos de lesa humanidad, ley de medios de la democracia, entra varias medidas más.

Como se puede observar en esta sucinta comparación, hay un rescate esencial del espíritu del peronismo fundacional, adaptado a las necesidades del siglo XXI. Resulta innegable que tanto durante el primer peronismo como actualmente, el gobierno nacional y popular defiende los intereses nacionales y reconoce que hay una sola clase de hombres (y mujeres) los que trabajan.

Por eso, en esta época en que es tan fácil declararse peronista, con sólo mirar lo que han hecho aquellos que tuvieron responsabilidades de gobierno, es suficiente para descubrir su impostura. Tanto como la de aquellos que pretenden ocupar cargos con ese mismo disfraz, basta con ver si apoyaron la estatización de los fondos de la ANSES, la recuperación de Aerolíneas Argentinas, el desendeudamiento, una política internacional e interna independiente de los factores de poder, la asignación universal por hijo, si sufrieron o celebraron el bicentenario.

Para todos aquellos (y aquellas) que se asomaron a la política a partir de los 80 en adelante, si se reivindican kirchneristas, o aunque no lo hagan pero apoyan las medidas medulares del gobierno nacional, popular y soberano, bienvenidos sean a esta gesta que llevamos adelante. Entre todos.

Esto es muy importante resaltarlo ENTRE TODOS.

No dejemos que nuestra presidenta se transforme en nuestra vanguardia.

Continuará…

Daniel Mojica

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