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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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miércoles, septiembre 29, 2010

REVISAR EL PASADO PARA QUE NO SE REPITA

REFLEXIONES SOBRE LA NOTA DE OPINION DE JOSE NATANSON “LAS DOS JUVENTUDES DEL KIRCHNERISMO” (DIARIO “PAGINA 12” DOMINGO 19/9/10) Antes que nada, debo presentarme. Soy un sobreviviente de la generación arrasada por la genocida dictadura cívica, militar y mediática, que sembró la muerte y el terror desde el 24/3/76. Milité en la JTP de actores, que logrò ganar el gremio en las elecciones de 1975. En el 73, tenía 20 años. Asumo que escrib desde mi subjetividad, desde mis recuerdos y vivencias de aquellos años. Lo que me moviò a plasmar estas líneas, es una frase de la nota que menciono en el título. Citando al autor del libro ”¿Qué hay de nuevo viejo? Una mirada sobre los cambios en la participación política juvenil” (Nueva Sociedad, 200 de Sergio Balardini) José Natanson transcribe “…Otro aspecto interesante es el de la alegría. El autor (Balardini) intuye que la política tenía en los 70, una fuerte dimensión trágica, como si sólo pudiera tramitarse – o mejor, como si sólo fuera moralmente válida- en la medida en que implicara algún tipo de sufrimiento. Como si la militancia y la alegría fueran incompatibles y la política tuviera que asumir, necesariamente un tono grave. Hoy las cosas han cambiado y la política incñuye un componente expresivo-comunicativo, una dimensión lúdica que convive con la responsabilidad y el esfuerzo: el paradigma de la militancia es reemplazado por el de la participación…” Estimado José Natanson (creo que pertenecés a la franja etaria sub-40), no conozco a Sergio Balardini, pero quiero decir que al autor le falló la intuición. En lo de la “dimensión trágica”. TRAGICO: Desgraciado. Aciago. Ominoso. Terrorífico. Calamitoso. Desdichado. Digo, a la militancia de los 70, si algo le era característico casi de manera innata, fue la alegría. Y la felicidad de participar. No tenía ninguno de los componentes que se emparientan o son sinónimos de trágico/tragedia. TRAGEDIA: Desgracia. Catástrofe. Desventura. Calvario. Calamidad. Las distintas agrupaciones que “participamos” de la “militancia” lo hicimos con la alegría y el desenfado propios de nuestra generación. Estoy haciendo referencia EXCLUSIVAMENTE, a los compañeros de mi generación. A quienes por aquellos años teníamos entre 17 y 22/23 años. Los días previos a los actos y movilizaciones, eran de festejo, cantos, inventar consignas, pintar banderas. La alegría que desbordaba las columnas se puede ver en las filmaciones de la época. En las reuniones de discusión política, si bien estaban dentro de la seriedad y responsabilidad lógicas, en ellas la alegría no era relegada. Ser responsables y comprometidos con la realidad no nos quitaba la felicidad de estar participando en un momento que evaluamos, tal vez equivocadamente, como revolucionario. Las circunstancias que se fueron sucediendo a partir de la muerte del General Perón, y con el reinado de la triple “A” le sumaron dramatismo a esos días. Pero no nos borró la alegría. Dejo para otra reflexión y análisis el cambio cualitativo que significó la errónea decisión de la cúpula de Montoneros, de pasar a la clandestinidad. El rotundo cambio de las condiciones del contexto socio-político desde ese momento, no pueden ser comparadas con ningún otro escenario posterior, de participación y militancia juvenil. Hay una idea que siento la necesidad y obligación de refutar: “…el paradigma de la militancia es reemplazado por el de la participación…” Amigos, militancia es participación, y participación es militancia. Entiendo que no van separados, sino que van de la mano casi de forma inherente. Hay otros conceptos que según mi opinión, pueden ser cuestionados de las citas que el periodista toma de Balardini: “…Los motivos que disparan las movilizaciones juveniles son más variados y novedosos, ya no hay una monocausa (el cambio social radical por vía revolucionaria) sino una variedad: la defensa del medio ambiente, los derechos humanos, los derechos sexuales y reproductivos, el apoyo a los reclamos indígenas…” Creo que no podemos ser ingenuos, el contexto en 1973/74 (ya asumido Perón) era el de un gobierno que no tenía un claro tinte de cambio de estructuras y cuestionamiento del sistema de poder, como acontece desde Mayo de 2003. Era un gobierno en el que convivía la derecha más reaccionaria, como mayoría, con algunos referentes de la tendencia revolucionaria peronista. La defensa del medio ambiente nace mucho después (no existía siquiera Greenpeace) aún cuando figura en algunos textos del general Perón. Los derechos sexuales y reproductivos no estaban presentes aùn. El apoyo a los reclamos indígenas estaba corporizado en las LIGAS AGRARIAS del compañero Lovey. Los derechos humanos nunca dejaron de estar ausentes, solidaridad con Salvador Allende, denuncia a Pinochet y repudio a cada uno de los golpes militares contra gobiernos democráticos, aún cuando no habías sido avasallados y vulnerados como sucedió luego con el terrorismo de estado y el genocidio. Siempre hubo una plena conciencia de defender a los presos políticos de las diferentes dictaduras en Latinoamérica y denunciar los atropellos y torturas contra ellos. Además de reivindicar a las víctimas de la Masacre de Trelew, punto de partida y ensayo general del genocidio posterior. No quiero abundar. Sólo menciono algo obvio, el cambio de contexto social y cultural, modifica la modalidad de la lucha y participación juvenil. En la década de los 70, la posibilidad de un golpe militar que instalara una nueva dictadura estaba a la vuelta de la esquina. Hoy no se ve en el horizonte. José, coincido con las palabras de la Presidenta Cristina Fernández, y me emocionó escucharla, cuando en el acto del Luna Park dijo: “…ver en los jóvenes de hoy las caras de mis compañeros de militancia…” porque sentí lo mismo. Viendo en esos jóvenes el espíritu esencial que nos animó entonces. Ese espíritu que los que estuvimos ayer, hoy no dejamos de ver, de sentir. Descuento por obvias razones que generaciones más jóvenes no puedan percibir la similitud, por no haber vivenciado ambas épocas. Como creo en el sano debate de ideas, que en definitiva es la razón de la política, y como me sentí interpelado por la mención de la juventud de los 70, de la que soy parte, me pareció pertinente sumar mi opinión. Un abrazo afectuoso y bienvenida la pluralidad de voces. Daniel Mojica DNI 10788081

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