Nuestros treinta mil

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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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jueves, abril 16, 2009

CAMBIAR LAS REGLAS DE JUEGO

ACERCA DE LA DEMOCRACIA Y LAS REGLAS DE JUEGO Es aceptado por una amplia mayoría de dirigentes y ciudadanos que la democracia es el mejor sistema de gobierno conocido hasta ahora. Todo sistema se maneja con leyes y reglas. Aunque no siempre estas leyes y reglas son respetadas. Muchas veces ese no respeto obedece a que esas leyes y reglas han quedado fuera de foco. Alejadas de la sintonía de nuevas realidades sociales y prácticas cotidianas, llamadas usos y costumbres. Los usos y costumbres son una de las fuentes del derecho. Otras veces las leyes y reglas no se respetan porque hay grupos de intereses muy poderosos a los cuales ciertas regulaciones les molestan porque privilegian el bien común, o del conjunto, por sobre el interés o privilegio de un sector o corporación. Generalmente estos grupos de poder logran imponer su criterio por encima de las mayorías. Recordemos que democracia es el gobierno del pueblo y estos grupos de poder no representan al pueblo. En todo caso son una parte, minoritaria, del mismo. Muchas veces los gobiernos ceden a las presiones de estos sectores, tal vez porque representantes de los mismos han sido estratégicamente colocados en determinadas áreas del mismo gobierno. Quizás devolviendo favores de campaña (financiamientos), quizás por afinidades de algunos funcionarios nombrados por quienes fueron votados para ejercer el poder ejecutivo. Estos funcionarios nombrados, no han sido votados y muchas veces defraudan la confianza de quien los nombró. Todos estos manejos se vienen sucediendo desde nuestro nacimiento como Nación. Asimismo, son aceptados por quienes son afines al gobierno y denostados por los otros (cualquiera sea la fuerza oficialista y la opositora). Todo sistema democrático se rige por una ley fundamental llamada Constitución Nacional (en nuestro caso) Esa ley fundamental es producto de las relaciones de fuerza existentes al momento de su elaboración y promulgación. Salvo la Constitución de 1949, promulgada por el primer gobierno del general Perón, ninguna otra contempló los intereses de las clases postergadas. No es casual que uno de los primeros actos de la llamada revolución (oligárquica) libertadora haya sido derogarla. Porque contemplaba los intereses de las mayorías, sin tener en cuenta los privilegios minoritarios de los grupos poderosos de siempre. No es casual que desde la recuperación de la democracia por la lucha popular, democracia que no tuvo padres, pero sí Madres. Digo no es casual que ningún gobierno las haya recuperado y reivindicado. Es que los grupos de poder siguen en las mismas manos, aggiornadas a la época, que quienes ordenaron su derogación. Esto demuestra una vez más, que llegar al gobierno no es tomar el poder. Aunque le cueste entenderlo a cierta izquierda, que yo llamo extraviada, que nunca entendió al peronismo como movimiento social y político, destinado a producir los cambios (dije cambios y no revolución) en este bendito país. Será tema de otro momento abundar en porqué no dije revolución. Así como todo sistema tiene sus leyes y reglas de juego. Todo sistema puede ser perfectible. Para eso hay que cambiar las reglas de juego. Las reglas de juego son las que permiten que salga tal o cual ley, que se respete o no, que se cumpla o no. Una de las reglas de juego que se me ocurren es que nuestra democracia es representativa. Tenemos que ir cambiando el rumbo hacia una democracia más participativa. Con mayor participación popular directa. Marcar de cerca a nuestros “representantes”. Contar con herramientas para revocar los mandatos de quienes no cumplen lo que prometieron que iban a hacer, luego de un lapso prudencial. De esta manera se hubiera podido revocar el mandato de quien dijo “si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie” ¿Qué hicimos entonces? Nada que cambiara el rumbo catastrófico sociocultural que sobrevino y aún seguimos pagando. Me parece que un buen primer paso sería hacer lo necesario para restaurar la Constitución de 1949, mientras se prepara, desde el campo nacional y popular la nueva constitución del siglo XXI. Podría ser una buena culminación de los festejos del bicentenario. Creo que estamos en un contexto de cambios de reglas de juego. A nivel internacional, aunque no habrá cambios muy profundos en lo económico, depende de los países de Latinoamérica y los del antes llamado tercer mundo, hacer lo necesario para que esas transformaciones no sean más de lo mismo. Tenemos que aprovechar el momento e ir preparando los cuadros y las conciencias. Estamos en un momento que puede ser transformador. Inclinemos la relación de fueras hacia el campo nacional y popular. POR LA MEMORIA LA VERDAD Y LA JUSTICIA EL PERONISMO SERA REVOLUCIONARIO O NO SERA LIBRES O MUERTOS JAMAS ESCLAVOS Daniel Mojica

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