(HECHA LLEGAR A MI CORREO POR EL COMPAÑERO "COCO" PLAZA)
A los
compañeros y compañeras del Campo Nacional y Popular y las organizaciones
defensoras de Derechos Humanos: de Nilda Garré, Ministra de Seguridad, el
Sábado, 25 de febrero de 2012
a la(s) 16:04
Ayer me
dirigí a todos nuestros ciudadanos y ciudadanas para transmitirles los
resultados de una minuciosa auditoría sobre el sistema informático “Project X”
y la actuación de las Fuerzas de Seguridad federales en órbita de mi
jurisdicción, que fue motivo de una incisiva acción de desinformación tendiente
a convencer a nuestros compatriotas de que el gobierno hacía espionaje político
o al menos que incurría en negligencia a la hora de controlar a los órganos de
inteligencia.
Creo haber
cumplido entonces con mi obligación de dar respuesta completa a las inquietudes
legítimas de nuestra ciudadanía, de manera responsable, cuando tuvimos certeza
absoluta de lo que íbamos a informar. A veces los tiempos de las instituciones
no son los de la premura mediática. Nosotros vamos a optar siempre por proteger
la verdad, la estabilidad del gobierno y la seriedad del orden institucional y
republicano, aunque para ello tengamos que tardar un poquito más.
Lo que les
quiero asegurar en esta comunicación directa a Uds., compañeros y compañeras de
nuestra fuerza política y otros del espacio progresista nacional y popular, es
que pueden estar tranquilos.
El
gobierno de Cristina Fernández de Kirchner jamás va a permitir que por error u
omisión se violen las leyes y los derechos de ciudadanos a manifestarse. Los
funcionarios políticos tenemos ese mandato desde 2003.
Podemos
ostentar con orgullo la coherencia en la defensa de nuestras convicciones
democráticas, las que hemos sostenido en condiciones mucho más adversas que las
actuales. Condiciones que costaron la vida a compañeros, amigos, familiares y
que ponían en riesgo la propia vida. “No llegamos al gobierno para dejar esas
convicciones en la puerta”. Ese legado político de Néstor Kirchner es nuestra
obligación ética como militantes y funcionarios públicos.
Nos van a
querer confundir, como en esta oportunidad, marcando el terreno desde las
pantallas de TV y cierta prensa intencionada.
En la
oposición hubo voces que manifestaron preocupación legítima esta semana, otros
que tejieron especulaciones inverosímiles en base a certezas que resultaron
inexactas. Hubo otros que intentaron desmerecer la calidad de la prueba
producida por los organismos de seguridad federales, bajo mi mando, como
estrategia de defensa en los tribunales donde se los ha imputado de delitos y
procesado.
Todo es
atendible. Son las reglas del juego político.
El
gobierno no se deja intimidar por acusaciones fraudulentas. Tenemos el cuero
duro. No nos fija la agenda la televisión, sino nuestro compromiso histórico,
presente y futuro con la democracia, la justicia social y nuestros hermanos y
hermanas humildes.
Para
llevar adelante este programa tenemos lo que nadie más, el mayor capital
deseable y posible: la conducción serena, firme, lúcida y decidida de Cristina.
Ellos
seguirán golpeando. Lo harán con más intensidad a medida que más vayamos
avanzando en la consolidación del modelo de crecimiento con inclusión social. Y
también cuanto más eficiente sea el sistema de seguridad democrática que
estamos construyendo por mandato de Néstor, primero y de Cristina, ahora.
Por eso,
compañeros y compañeras cuanto más nos quieran confundir, más firmes en
nuestras convicciones deberemos estar quienes queremos un país justo, libre y
con plena vigencia de la soberanía popular.
Más
militantes y más convencidos de que los funcionarios de Cristina no dejaremos
de honrar la memoria de nuestros compañeros y compañeras caídos y nuestra
propia historia política de resistencia a las dictaduras y al neoliberalismo.
Con muchos
de Uds. he hablado personalmente desde ayer, con otros lo haré estos días para
despejar hasta las mínimas dudas que les pudiera haber dejado esta semana de
operaciones políticas para desacreditarnos.
Un saludo
y abrazo militante, orgullosamente nacional, popular y democrático.
Nilda
Garré
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