NO DISTINGUEN LOS INTERESES DE LA PATRIA
Analizando la realidad de las últimas semanas, o quizás de
los últimos meses se puede apreciar tanto desde la dirigencia opositora abonada
a las corporaciones mediáticas, como de las mismas corporaciones y sus comunicadores
emblemáticos un hecho difícil de refutar: no tienen argumentos para debatir con
los referentes del oficialismo.
Basta con repasar los discursos vacíos de propuestas de los
candidatos y representantes de la oposición que desfilan por los canales y las
radios sin un aporte concreto, posible y realizable más allá de meras
intenciones. Intenciones que tampoco se reflejan en proyectos de leyes de
quienes ocupan bancas en el Congreso Nacional si por proyecto se entiende aquello que además
de nombrar objetivos saludables y que endulzan el oído de las audiencias,
también enuncian de donde saldrán los recursos para llevarlos a la práctica.
Porque es muy seductor para muchas conciencias hablar de reducir ciertos y
determinados impuestos sin enumerar las consecuencias: qué medidas sociales se
eliminarán para compensar esa merma de ingresos. También están los que pregonan
“mantener lo que está bien y eliminar lo que está mal” sin aclarar qué y cómo. Relato
que sólo pretende pescar en el supuesto río revuelto kirchnerista, recordando
tal vez la estrategia de Sergio Massa que le permitió quedarse con la victoria
en la provincia de Buenos Aires en las últimas elecciones legislativas.
Un capítulo aparte merece ciertos medios que estaban
acostumbrados a que no se los cuestionara y que se aceptaran sus análisis,
informes y noticias sin poner en duda la veracidad de la información que ponían
en juego. Para eso habían logrado instalar la imagen muy bien construida de sus
periodistas y comunicadores. Muchos de los cuales merecieron cierto
reconocimiento y prestigio en otros contextos.
Indigna verlos cumplir un rol que los denigra no sólo como
periodistas, sino como personas. Cuesta entender en aras de qué idea, interés o
convicción militan en contra del interés nacional. Porque estar a favor o en
contra de una administración del estado, forma parte de las reglas de la
democracia. Pero atentar contra el propio país en temas que tienen que ver con
históricos reclamos que ponen en juego la soberanía de la Nación (caso Malvinas,
caso Fragata “Libertad”) o acerca del tema de los llamados “fondos buitre” que
afectan además la independencia económica del país, es traspasar un límite que
excede el alineamiento u oposición con un determinado gobierno para quedar del
lado de quienes apuestan a vulnerar intereses que toda nación debe defender más
allá de quien ejerza al gobierno.
Al respecto, dijo la Presidenta: "No pueden distinguir
el gobierno de los intereses de la patria", también en relación con la
postura opositora, advirtió que "hay algunas cosas que son innegociables y
una de esas cosas es entregar la patria a buitres que la quieren
despedazar", y explicó: "Podemos votar distinto en las bancas todos
los proyectos, podremos debatir con pasión, pero hay cosas en las cuales tenemos
que estar todos absolutamente juntos. Este tema no admite negociación” (publicó
el Diario “Tiempo Argentino” día 05/06/14).
Como para dejar descolocados a quienes son afines a las
posturas que van en contra de los intereses nacionales, más de cien legisladores
británicos emitieron una declaración de apoyo a la presentación de Argentina en
contra de los fondos buitres.
Para dejar una vez más en evidencia la falta de claras
convicciones frente a los hechos que la realidad impone, ante el contundente
discurso de Cristina Fernández de Kirchner, los legisladores de la oposición
aceptaron sumarse a la delegación que viajará a los Estados Unidos en apoyo al
reclamo argentino. Los representantes del PRO, del Frente Renovador y de FAUNEN
abandonaron su negativa inicial de integrar la comitiva oficial.
Estas idas y vueltas de la oposición obedecen a que sus
dirigentes no quieren perder el espacio que le brindan los medios hegemónicos
en tanto y en cuanto sigan la agenda de enfrentamiento que proponen desde sus
múltiples canales de difusión.
Es un dato fundamental esta dependencia descarada respecto
de las corporaciones mediáticas que tienen los dirigentes que se proponen como
candidatos para regir los destinos del país en el 2015.
Quizás más preocupante que la clase dirigencial opositora no
tenga argumentos para proponer medidas superadoras a las del actual gobierno,
sea que se entregan a los designios de quienes han apoyado a todos y cada uno
de los golpes de estado que avasallaron la democracia y los intereses populares
a lo largo del siglo XX.
Basta recordar el papel de esas mismas corporaciones como
socias y cómplices de la dictadura genocida cívica y militar, para comprender
lo que son capaces de hacer para defender sus intereses y privilegios esos
factores de poder que siempre operaron desde las sombras y que hoy ya no pueden
ocultarse.
A esos intereses representan quienes desde partidos que han
tenido historias más honrosas hoy se oponen a cada una de las medidas que
significan ampliación de derechos, inclusión, distribución más equitativa de la
riqueza, desendeudamiento acorde al contexto socio político nacional e
internacional.
Teniendo en cuenta, precisamente, los avatares que muestra
el panorama internacional y la clara inserción de la Argentina en el escenario
mundial a partir de las políticas desarrolladas en la última década, resalta la
falta de una estrategia nacional que se apoye en la defensa de los intereses
estratégico del país de parte de quienes aspiran a ser candidatos en las
próximas elecciones presidenciales.
Queda muy claramente expuesto a qué estrategias se subordina
esa dirigencia.
Daniel Mojica
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