Nuestros treinta mil

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memoria, verdad y justicia

POR UNA COMUNICACION POPULAR

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miércoles, febrero 28, 2018

REFLEXIONES ACERCA DE LA VIOLENCIA

REFLEXIONES ACERCA DE LA VIOLENCIA

“...las Madres no quieren que el gobierno de Mauricio Macri “se vaya” con violencia porque “los muertos siempre los pone el pueblo...” (Hebe de Bonafini)

“Qué es un crimen y qué no lo es lo decide el poder...”, explicó el ex juez Raúl Zaffaroni, y agregó “...la necesidad de seguridad y de castigo ha sido el pretexto para meternos preso a nosotros. Todos estos problemas que hacen a la seguridad del otro lado limitan nuestra libertad...” y se preguntó “¿Cómo hacer para que no sea el pretexto para el ejercicio de poder de la clase hegemónica?”.


“...la violencia subjetiva...es la parte más visible de un triunvirato que incluye también dos tipos objetivos de violencia...” nos dice Slojav Zizek en su obra “Sobre la violencia” “Seis reflexiones marginales” (PAIDOS) y agrega “...hay una violencia “simbólica” encarnada en el lenguaje y sus formas...” según el filósofo esloveno existe otra forma de violencia a la que llama “sistémica”, que define como “...las consecuencias a menudo catastróficas del funcionamiento homogéneo de nuestros sistemas económico y político.”
Si reparamos en que el lenguaje lo aprendemos antes de desarrollar plenamente nuestro desarrollo intelectual; podemos decir que aprendemos a hablar antes de aprender a complejizar nuestro pensamiento. Antes de hacernos cuestionamientos existenciales, filosóficos, políticos o ideológicos. Para ese entonces ya estamos inmersos en “nuestros sistemas económico y político”. Con lo cual nuestra “subjetividad” ya está funcionando dentro de esas dos coordenadas condicionantes.


Para el sociólogo nacido en Liubliana (ex Yugoslavia, en 1949) las violencias subjetiva y objetiva “no pueden percibirse desde el mismo punto de vista” y explica el por qué, nos dice “...la violencia subjetiva se experimenta como tal en contraste con un fondo de nivel cero de violencia. Se ve como una perturbación del estado de cosas “normal” y pacifico.”
Pero agrega “...la violencia objetiva es precisamente la violencia inherente a este estado de cosas “normal”. Concluye el razonamiento afirmando que “...La violencia objetiva es invisible puesto que sostiene la normalidad de nivel cero contra lo que percibimos como subjetivamente violento”.

Los argentinos tenemos dolorosos recuerdos de esa “normalidad objetiva” representada durante la dictadura genocida en los titulares de noticias que rezaban, por ejemplo “tres subversivos muertos en un enfrentamiento con las fuerzas del orden”. La percepción subjetiva de gran parte de la sociedad construyó una respuesta tranquilizadora. Respuesta que a la vez estigmatizaba a las víctimas con la frase “algo habrán hecho”.
Más adelante Zizek nos dice, que si bien la violencia objetiva puede ser invisible “...debe tomarse en cuenta si uno quiere aclarar lo que de otra manera parecen ser explosiones “irracionales” de violencia subjetiva”.


Si miramos un poco nuestra realidad, pensemos en los sucesos acaecidos durante las manifestaciones frente a un Congreso sitiado por fuerzas policiales excesivamente armadas y numerosas (sería nuestra “violencia objetiva” para los parámetros de normalidad oficial) que atacaron a diputados y diputadas con gas pimienta. Para los grandes medios la respuesta airada de los legisladores agredidos por la policía fue una “irracional muestra de violencia subjetiva”.



Al menos eso era lo que querían que la población sintiera al ver la repetición de las imágenes de los legisladores increpando a los policías. De la misma forma podemos analizar la agresión a los docentes durante la colocación de la “carpa itinerante”. Una pregunta que surge es


¿Qué busca el gobierno con el apoyo de los medios hegemónicos? Que a nuestros ojos sea normal la represión de las protestas. Como también debería ser normal los despidos indiscriminados, el cierre de empresas y la persecución a los que no piensan como ellos. Lo que pretenden es desactivar los reclamos. Que el pueblo se calle y no actúe en consecuencia.



El filósofo y psicoanalista esloveno también tiene opinión sobre esto.“No actuar es dejar que actúen” nos dice. También nos aclara como se actua desde el poder; ”El poder opera de diferentes formas sobre las personas. Es el mismo poder el que induce una actitud de pasividad o indiferencia en algunos seres humanos. Así queda plasmado en esta frase: “El hecho de no hacer nada no está vacío, tiene un significado: decir sí a las relaciones existentes de dominación”. (Slajov Zizek)

O sea que si no defendés tus derechos, de alguna manera estás avalando el avasallamiento de los mismos.

Daniel Mojica

jueves, febrero 22, 2018

UN PASO HACIA LA UNIDAD

MARCHA DEL 21F. UN PASO HACIA LA UNIDAD

Nadie podrá decir mañana que hubo disturbios. Cuando los trabajadores toman las calles para defender sus derechos sólo hay reclamos y alegría. Si. Alegría a pesar de los embates de un gobierno que se ensaña con los que menos tienen. Con los más débiles, los ancianos, los niños, los enfermos, los vulnerados de siempre.
Una de las tácticas de los factores de poder, para consolidar el despojo y el saqueo de las riquezas nacionales es dividir al pueblo. Sembrar sospechas, crear confabulaciones, atizar las diferencias que toda sociedad contiene. Si es necesario sembrar el miedo para enfrentar a pobres contra pobres. Para eso es condición imprescindible la complicidad de los medios de comunicación. Distorsionando, difamando, mintiendo.


Hace dos años se registra un fenómeno nuevo en la historia política argentina. Los sectores más conservadores de la sociedad, que a fines del siglo XIX y principios del XX, recurrían a la explotación sin límites de los sectores del trabajo, incluso provocando matanzas de peones y obreros con total impunidad. Hoy esos mismos sectores de poder que instrumentaron el golpe de 1955, que avasalló la Constitución más socialmente justa, persiguió a los integrantes del gobierno constitucional derrocado, prohibió nombres propios e identificaciones partidarias y fusiló a ciudadanos indefensos.



Esos mismos intereses sembraron el terror desde 1976, derrocando a otro gobierno democrático, persiguiendo militantes, asesinando a diestra y siniestra, secuestrando, torturando, robando bebés y quedándose con empresas ajenas.
Hoy esos mismos grupos empresarios y financieros hace dos años gobiernan luego de ganar las elecciones presidenciales.

¿Cómo pudo pasar? Debe haber varias razones. Rescato algunas: 1- Errores propios del campo popular; 2- Una inteligente política de “desinformación mediática y comunicacional”; 3- Desmedidas ambiciones de algunos dirigentes que no estuvieron a la altura de las circunstancias.

Hoy parece que la realidad acuciante de lxs trabajadorxs, lxs desempleadxs, lxs jubiladxs, lxs científicxs, lxs profesionales, lxs pequeñxs y medianxs empresarixs, lxs estudiantes, lxs docentes, lxs enfermxs, han hecho coincidir, no sin esfuerzo al amplio universo sindical y de movimientos sociales en un reclamo único y contundente: BASTA MACRI de despidos, de corrupción, de represión, de saqueo a los fondos nacionales, de ignorar los reclamos de lxs trabajadorxs y de todos los sectores afectados por las políticas de hambre, entrega y endeudamiento sin límite.

Desde el obelisco hasta Plaza Constitución y calles adyacentes, miles y miles de manifestantes de todos los colores políticos (incluso votantes arrepentidos del oficialismo) se manifestaron de manera pacífica y multitudinaria. Tanto que a dos horas de la desconcentración todavía hay multitudes retornando a sus hogares. Con la certeza que el de hoy fue un primer paso. Hacia la unidad del sindicalismo, porque los trabajadores está unidos.







Será saludable si esa unidad del campo del trabajo, es descifrada por la dirigencia política para lograr la unidad del movimiento que este gobierno fue muy hábil para dividir manipulando las diferencias lógicas que siempre existen.
Lo que no se puede volver a repetir es confundir al enemigo. Porque sigue siendo el mismo que en 1945. Sólo que con más herramientas de dominación.


Daniel Mojica