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POR UNA COMUNICACION POPULAR

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sábado, noviembre 09, 2013

BATALLA CULTURAL. LOS CONSTRUCTORES DE MENTIRAS

 BATALLA CULTURAL. LOS CONSTRUCTORES DE MENTIRAS

Este cambio de época está atravesado por lo que genéricamente hemos dado en llamar “la batalla cultural”. ¿En qué consiste?
De manera muy acotada se puede sintetizar de la siguiente manera: hay quienes quieren sostener una sociedad domesticada y condicionada a parámetros coloniales, frente a quienes pretendemos una sociedad libre, inclusiva y diversa, con igualdad de oportunidades.
Como toda simplificación es incompleta, pero sirve para poner en contexto el accionar de nuevos y viejos protagonistas en esta nueva etapa. Signada por el fallo de la Corte Suprema de Justicia Nacional (CSJN) sobre la constitucionalidad plena de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA)
Si hablamos de nueva etapa, es porque existieron otras. La anterior comenzó el 25 de Mayo de 2003. ¿Por qué? Porque el Poder Ejecutivo tomó las riendas del Estado y re define su rol, terminando con la democracia condicionada por los poderes mediáticos y corporativos vigentes, desde que la recuperamos en 1983.
Esta nueva etapa no puede comprenderse en plenitud, sino como continuidad de la anterior, que comienza con la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia. Además, los que suscribimos junto a Rodolfo Walsh, la continuidad de las luchas populares, no podemos desligar el 25 de Mayo de 2003 del otro 25 de Mayo, el de 1973, ni este del gobierno peronista de 1946 a 1955.
Como tampoco de la resistencia peronista posterior a 1955, ni del genocidio cometido a partir de Marzo de 1976.
Teniendo en cuenta el contexto señalado, se puede comprender la continuidad de la batalla cultural y política del pueblo, con sus avances y retrocesos.
Cada uno de los golpes de estado contra los gobiernos democráticos significó un retroceso del campo popular.
Cada nuevo gobierno democrático es un avance de la lucha del pueblo, pero es presentado por los medios del sistema como un comienzo nuevo, escindido de los anteriores, negando esa continuidad que postula Rodolfo Walsh.
No es casual la estrategia del sistema de poder, desde los medios de comunicación. Es una de las tantas maneras de desmoralizar a los pueblos en su histórica lucha por la liberación.
Para eso cuentan con escribas y comunicadores, que mediante sus tergiversaciones, manipulaciones y mentiras buscan minar el ánimo popular y sembrar confusión.
Uno de quienes cumple esa tarea con cínica pluma es Ernesto Tenembaun. A quien no se le puede negar inteligencia y creatividad a sus intentos de mellar la conciencia de quienes fluctúan en su apoyo al actual proyecto nacional.
Su última columna “Ver para creer” en la revista “ 23” del 31/10/2013 es un claro ejemplo.
Allí, desde una presunta lógica y objetividad, con un cierto barniz del sentido común construido culturalmente desde ciertos medios dominantes, nos brinda su mirada sobre el fallo de la CSJN sobre la LSCA y sus consecuencias posibles.
Voy a transcribir algunos fragmentos “… la CSJN dictaminó que la LSCA …es constitucional…” “…A mi me resultó todo muy extraño. No termino de entender qué es lo tan, tan trascendente…”
A quienes no nos resulta extraño este concepto es a los que escuchamos el diálogo de este periodista con Jorge Lanata, compartiendo que estaban “del lado del más débil” (Lanata) “que es Clarín” (Tenembaun).
Rescato la frase “tan trascendente”. Si no fuera trascendente ¿por qué la desesperación y los furibundos ataques a funcionarios, artistas y periodistas que apoyan la ley, y en especial contra la figura de la Presidenta de la Nación?
¿Acaso no es trascendente hacer que cumpla la ley un grupo empresario que desde 1983 hasta asumido Néstor Kirchner condicionó y extorsionó a todos los gobiernos democráticos?
Esto es lo que festejamos. Que por fin un gobierno democrático se anima a hacer cumplir la ley a quien se jactaba de proclamar que con cuatro tapas de Clarín se podía voltear a un gobierno democrático.
Más adelante, para minimizar el resultado y la alegría popular que generó el fallo, escribe “…Se supone que una lucha de 30 años debe tener un resultado significativo, que el daño a un grupo poderoso tiene sentido si trae como consecuencia un efecto social positivo…”
El resultado positivo se puede percibir a lo largo y ancho del país con la cantidad de nuevas licencias y los miles de horas de contenidos nuevos generados, más lo que vendrá luego de los procesos de adecuación, con el grupo Clarín incluido.
Resalto otra frase cazabobos “…que el daño a un grupo poderoso tiene sentido si…”
El objetivo de la ley no es causar daño a ningún grupo, sino que todos respeten las reglas de juego que establece la LSCA , para que se puedan escuchar más voces.
Luego inserta otra falacia cuando escribe “…En qué cambia un país si Canal 13 pasa de manos de Clarín a la de, digamos, Cristóbal López…”
Tratando de abonar la teoría de que la ley está hecha para favorecer a los amigos del gobierno.
No está definido de qué medios se desprenderá ni quien los licitará. Pero la idea “del daño” al grupo sigue latente en ese concepto que sugiere que la ley está pensada contra sus patrones.
Luego vuelve a remarcar la insignificancia de “los efectos concretos de la ley” y que “me cuesta entender los festejos”.
Que no entienda los festejos, queda claro. Los efectos concretos, además del cumplimiento de la ley luego de 4 años de impunidad judicial, serán, entre otras cosas, que ya no podrá condicionar gobiernos. Salvo que los dirigentes que se subordinan al grupo mediático accedan al gobierno.
Más adelante hace una enumeración de los “productos realmente notables” que puso al aire Canal 13, a lo largo de los últimos años.
Como una velada referencia a que la ley pondrá el ojo en los contenidos de las señales.
Nada ni nadie le va a impedir a quienes conduzcan Canal 13, igualar o mejorar la programación, porque la LSCA no regula contenidos. Seguirá dependiendo de la creatividad de quienes se hagan cargo.

Llegamos aun concepto que me parece medular en la nota “…En estos años tan intensos, muchas personas quedaron atrapadas en una lógica que por momentos me resulta muy ajena. La cosa sería más o menos así. Hay una guerra, que, básicamente enfrenta al gobierno con Clarín. Eso ordena todo. Cada polo de ese conflicto intenta dañar al otro…”
Otra vez la idea “del daño al otro” y de “hay una guerra”.
Es raro que Ernesto Tenembaun se sienta muy ajeno a esa lógica, porque es la que desde el primer momento el grupo intento imponer desde la voz y la palabra de sus empleados mediáticos, como él mismo.
Por lo demás, si hay alguien que “intenta dañar al otro” basta repasar las tapas del diario, las declaraciones de periodistas y comunicadores del grupo y escuchar al showman de los domingos por la noche, para darse cuenta quien quiere dañar a quien.
Además de intentar colocar en un mismo nivel a un gobierno democrático con una empresa o grupo de empresas.
Luego este agudo y astuto periodista. Que intenta inocular en la conciencia de los lectores un blanqueo del grupo Clarín por su rol durante el genocidio, escribe “…Percibo, además que algunas personas creen sinceramente que pelear contra Clarín es como pelear contra la dictadura militar. Es difícil entender como se realiza esa operación intelectual y afectiva siendo tan distintas objetivamente una cosa de la otra…”
Parece que E. Tenembaun ignora la historia reciente de la Argentina , por ejemplo que el grupo Clarín junto con el diario La Nación se quedaron con la empresa Papel Prensa en la mesa de torturas. Tampoco se enteró que como pago a esa entrega, hizo un cómplice silencio obre los crímenes cometidos, robos de bebés, asesinatos de las madres luego de dar a luz, y que titulaba hablando de “muertos en enfrentamientos” para blanquear los asesinatos de militantes.
¿Puede alguien que trabaja con la información, ignorar la participación necesaria que tuvo el grupo Clarín en el ocultamiento de semejante genocidio? 
Clarín fue parte necesaria para el ocultamiento del genocidio del que se benefició como empresa.
A los periodistas que ocultan aviesamente estos hechos y pretenden que Clarín no tuvo ni tiene nada que ver con la dictadura genocida, les decimos que tienen las manos manchadas de sangre, aunque no le guste a Tenembaun.
“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio” canta J. M. Serrat.
Tenemos que estar atentos, porque el grupo mediático que logró colocar un Jefe de Gabinete  en el gobierno democrático que asumió el 25 de mayo de 2003 y tiene plumas tan agudas y astutas en la construcción de la opinión pública, si fue capaz de silenciar un genocidio ¿de qué no será capaz si bajamos la guardia  y nos dejamos confundir por los especialistas en revolver el río para que aparezcan los viejos pescadores?
Si bien estamos protagonizando un cambio de época y hemos ganado algunas escaramuzas en esta batalla cultural en curso, no debemos relajarnos pensando que ya está.
Porque esto recién comienza.

Daniel Mojica



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