LOS DICHOS Y LOS
HECHOS
La política se
mide, se analiza en base a hechos. Aunque muchos cultores de la anti política
creen que con discursos pueden torcer la voluntad popular. Como no lo
consiguen, a pesar de las cámaras, micrófonos y titulares mendaces, el odio
aflora, tiñendo su impotencia.
Algunos, todavía,
preservan su impostura. Aún, cuando su rostro los delate, persisten en sostener
un imposible equilibrio entre sus palabras y sus acciones.
¿Cómo se sostiene
un discurso de pertenencia al proyecto nacional que conduce Cristina Fernández
de Kirchner, basado en el desendeudamiento, la inversión social, la inclusión y
la confrontación con las corporaciones, cuando se propicia contraer deuda,
detener la obra pública y se complace intereses corporativos de los dueños de
la tierra?
¿Es el mismo
proyecto al que se dice pertenecer y defender con el discurso, el que los hechos y actos de gobierno
manifiestan?
¿Se puede ser leal
a la Presidenta
dando cobijo, cobertura, espacio y oído a quienes la traicionan?
¿Se defiende la
recuperación de YPF haciendo alianza con quien asesora a REPSOL, en contra de
los intereses nacionales?
¿Acaso no es como
patear un penal y pretender atajarlo?
Me subo a esta
metáfora futbolera y veo a Daniel Scioli
sin decidirse ¿pateo o atajo?
Me viene a la
memoria que el gobernador de la provincia de Buenos Aires manifestó su legítima
aspiración a ser candidato a presidente en 2015. Aunque algo apresurada
aspiración, no deja de ser legítima.
Hagamos un juego
de imaginación.
Imaginemos por un
segundo, sólo un segundo, al actual gobernador de Buenos Aires negociando la
deuda externa en el año 2005.
Ya está. Perdón.
Ahora, otro
segundo, nada más. Imaginemos que está al frente del Poder Ejecutivo Nacional,
año 2008, durante el conflicto con la patronal sojera.
Listo. Basta.
Perdón. Perdón.
¿Una más? Si. Por
favor. La última.
¿Lo podemos
imaginar, al frente de una acto multitudinario, tomando el micrófono y diciendo
de cara a la multitud “qué te pasa Clarín, estás nervioso”?
Todos sabemos que
a partir del 2015, la principal tarea de gobierno será sostener lo hecho hasta
entonces, defender cada uno de los derechos recuperados y ampliados y
profundizar el proyecto para que por fin la justicia social sea posible,
erradicando la pobreza.
Esas son las tareas
mínimas que darán el perfil de quien deberá conducir los destinos de la patria.
Seguramente no
será sólo con palabras, sonrisas, y buenos modales como se arribará a la
definitiva liberación nacional, ni pretendiendo quedar bien con todos, como se
la defenderá de las corporaciones que hoy buscan impedirla y mañana también.
Daniel Mojica
Columnista de Radio Gráfica
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