LOS DICHOS Y LOS HECHOS
Algunos personajes incursionan en la política
movidos por la ambición de poder y no por la vocación de servir. Tienen una
premisa que los caracteriza: “el fin justifica los medios”.
Como su único fin es el poder cualquier medio
es válido. Para ellos.
En nuestro país un ejemplo emblemático de esa
fauna es Carlos Menem. Quien acuñó una frase que refleja la hipocresía en su
máxima expresión. Aquella frase sintetiza un concepto que expresa una manera de
concebir la política y la forma de relacionarse con la sociedad.
Esa clase de dirigentes es proclive a
subestimar la inteligencia de la población a la que envían su discurso. En la
certeza de que esas personas no son capaces de relacionar las palabras con los
hechos.
Hay un precandidato a presidente que es
admirador de las palabras y los hechos de aquel que si hubiera dicho lo que iba
a hacer no lo votaba nadie.
Luego de que lo “instruyeron” para que
desechara cualquier tipo de alianza para no mezclar su “pureza de pensamiento”
(no utilizan la palabra ideología, porque quieren convencer de que no tienen)
decía, para no aliarse con quienes “compartieron los gobiernos de los últimos
veinticinco años” (tal vez olvidando que
muchos de los partidarios del que huyó en helicóptero, son de la UCR con quien
hizo alianza para las próximas elecciones). Paradójicamente a quien más denostó
fue a uno de sus últimos socios bonaerenses “por haber formado parte del actual
gobierno”.
Para completar su coherencia (con “el fin
justifica los medios”) no con las convicciones, ni siquiera con lo realizado en
el distrito capitalino que gobierna hasta el mes de Diciembre, adoptó un
discurso que sus mismos seguidores repudiaron, cuando lo manifestó al celebrar
el magro triunfo de su “protegido” en las lides capitalinas. Un prolongado y
estentóreo ¡NOOOOOOO! Acompañó su elogio a las medidas mejor recibidas por el
pueblo en estos doce años de gobierno nacional. Dijo que “Aerolíneas Argentinas
seguiría en manos del estado”, al igual que YPF, y que “la Asignación Universal
por Hijo es un derecho de todos”.
Este cambio es tan notorio que produjo la
respuesta de sus adherentes el mismo día que finalizó la segunda vuelta. Sin
embargo la mayoría de los dirigentes que a posteriori fueron abordados por el
periodismo, sostuvieron sin sonrojarse que Macri siempre pensó lo mismo y que
votaron en consecuencia. Cuando la realidad demuestra la falsedad de lo
declarado por Gabriela Michetti, Horacio Rodríguez Larreta, y el colmo de los
colmos, lo mismo dijeron quienes votaron en contra en el Congreso: la diputada
Laura Alonso y el diputado Federico Pinedo.
En una reciente declaración el aún jefe de
gobierno porteño dijo que “el cambio que
propone el PRO en muy profundo” ¿cuan profundo puede ser si dice que van a
continuar las políticas más representativas tomadas por Cristina Fernández de
Kirchner?
¿Esto mismo no es acaso subestimar a la
población?
También dijo que “el cambio de fondo es que
gobernar sea escuchar, rendir cuentas y no abusar del poder”. Estas palabras
son una falta de respeto a los docentes de CABA, a los alumnos de las escuelas
secundarias con serios problemas en sus edificios, a las personas en situación
de calle, a los profesionales, empleados e internados del Borda, a las víctimas
de la policía metropolitana, a los damnificados por los derrumbes que todavía
no son escuchados. Es un insulto por el endeudamiento obsceno e innecesario del
distrito, la mala utilización de los recursos de uno de los presupuestos más
altos del país, entre otras cosas con el “rendir cuentas”; y el “no abusar del
poder” cómo se congenia con la desestimación por parte de una de las Cámaras en
lo Civil y Comercial por la investigación de la morgue de los hospitales de la
Ciudad que llevó adelante el Juez Andrés Gallardo, y el no avance de las causas
en las que está procesado.
Porque si “gobernar es escuchar, rendir cuentas
y no abusar del poder” y durante sus dos mandatos en CABA no lo llevó a cabo
¿quién va a creer que sí lo hará en el hipotético caso de llegar a la
presidencia de la Nación?
¡El pueblo no lo quiera, por favor!
Daniel Mojica