HECTOR MAGNETO. SU BATALLA CONTRA LA DEMOCRACIA
Ya no hay máscaras que cubran su verdadero rostro. Ni mentiras que disfracen su objetivo.
No se trata de la libertad de expresión. La Corte Suprema de Justicia ha sido clara en la fijación
del límite. El 7 de Diciembre cobra plena vigencia la aplicación del artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Pero, en el fondo de su negra alma, no es esto lo que altera sus nervios. Sino el hecho de encontrarse con un gobierno, una Presidenta, que no se somete a la lógica de la “democracia corporativa” o la “democracia de mercado”.
Lógica que supone que los gobiernos elegidos democráticamente, deben subordinarse a los intereses “corporativos” o de “mercado”. Para no ser víctimas, precisamente del “poder disciplinador” de los medios hegemónicos, que con “4 tapas voltean un gobierno”.
Esa democracia condicionada, se acabó el 25 de Mayo de 2003. Con la asunción de Néstor Kirchner.
Héctor Magneto, no termina de aceptar que un gobierno popular, defiende los intereses de las mayorías, no los privilegios de las minorías.
Si hay algo que acrecienta su nerviosismo, más allá del horizonte jurídico que avizora, es que no tiene dirigentes que canalicen el descontento que pretenden instalar desde sus canales de difusión. Sí consiguió que lo acompañen en su estrategia destituyente. Aunque no acaban de registrar que la gran mayoría de la sociedad no los acompaña en su cruzada antidemocrática.
Tal vez no supieron leer el resultado de las últimas elecciones presidenciales. Insisten en creerse la realidad que de manera persistente tergiversan y manipulan los comunicadores y periodistas a sueldo del monopolio.
Ahora, desde las mismas usinas que reivindican el terrorismo de estado y el genocidio, convocan desde hace más de un mes a una “espontánea” movilización. No terminan de darse cuenta que la democracia implica participar, y movilizarse es una forma de participar. Lo que deberían aprender, también, es que además de protestar por lo que no les gusta, deberían proponer alternativas.
Resulta patético, ver a esa dirigencia opositora, bailar al son de la música del grupo empresario que se apoderó de Papel Prensa en la mesa de tortura. Acompañar la estrategia de quienes han sido cómplices y socios beneficiarios de la dictadura genocida.
Ellos, quizás, cegados en su odio y paralizados en su impotencia, no han tomado nota, que el pueblo no va a permitir que avasallen los derechos conquistados en estos nueve años.
Esa miopía, los hace acompañar una estrategia, que si llegara a triunfar, los tendrá como las primeras víctimas, cuando dejen de responder a los intereses de quien hoy les cobra cada segundo al frente de sus pantallas y micrófonos.
¿Será ese el destino de los que venden su alma?
Manifiesten tranquilos. Los que apoyamos este proyecto nacional, popular y revolucionario, no declamamos la democracia, la ejercemos. Y llegado el caso, la defendemos.
Daniel Mojica
Columnista de Radio Gráfica
Prensa y Comunicación CC La hora de los pueblos
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