miércoles, agosto 13, 2008

A 62 años del Malón de la Paz

Don Cleto, la Tota y Messi a 62 años del Malón de la Paz Mientras la prensa "objetiva y preocupada por la realidad nacional" está pendiente de las declaraciones "autónomas" del Vicepresidente don Cleto Cobos o de sus andanzas en Mendoza, Saladillo o sus encuentros con sus nuevos-viejos amigos de la Sociedad Rural ; mientras ese mismo periodismo, "cambiando el ángulo de información", opta por babearse con el baile del caño o sufrir los avatares de la Tota Santillán y su novia o ex novia, en medio de noticias tan trascendentes, también se conmemora un nuevo aniversario de la llegada a Buenos Aires del primer reclamo masivo de los indígenas, que dio en llamarse Malón de la Paz. El 3 de agosto de 1946 la caravana de los kollas después de caminar 2000 kilómetros durante 81 días llegaba a la Capital Federal. Pedían por sus tierras de siempre usurpadas por los latifundistas republicanos que habían reemplazados a los antiguos encomenderos de la Colonia. El pueblo los recibió con los brazos abiertos, a su paso les tiraron flores, dos kollas subieron al balcón de la Casa Rosada ante una Plaza de Mayo colmada. Fueron recibidos con honores aunque luego, claro está, estamos en Argentina, la historia terminó mal, y todos los kollas acabaron secuestrados, envagonados en un tren de carga y arrojados a Abra Pampa. Pero ese final aciago no quita méritos a su épico reclamo que sigue en pie. 62 años después, el clamor del Malón sigue teniendo la misma vigencia. Los condenados al olvido de su pasado, los condenados a la sustracción de su cultura siguen cargando la pesada cruz de indignidad que le impuso la Conquista, también conocida con el tranquilizador eufemismo de "encuentro de culturas". Los negados, los invisibles, los nadas de la Patria que declaró su independencia en castellano, aymará, quechua y guaraní, siguen con el mismo hambre, un hambre que no es metafórico, sino hambre y sed de lo mínimo, de comida diaria y agua potable. Lo mínimo. Por ejemplo, en Casabindo (Jujuy), nadie tiene un empleo, todos son planes "jefas y jefes de $150" y eso no me lo contaron, sino que lo presencié. En Chaco, en medio de una sequía sin precedentes, acaban de robar miles de litros de agua potable destinada a los más carenciados. ¡Roban agua para revenderla! Mientras la prensa nos enajena hasta el hartazgo con la "heroica" decisión del millonario futbolista Messi para jugar con la selección en Pekín, en Argentina roban agua potable para revender y en todo un pueblo no hay siquiera un habitante con empleo… ¿Que diría Belgrano, Castelli y San Martín si supieran de los niños con gusanos como se ven en el Chaco? ¿Que diría Juana Azurduy y Moreno si supieran que existen "banquineros", mayormente indígenas desplazados de sus tierras por la soja y que viven en las banquinas a la vera de las rutas? A dos siglos del 25 de mayo ¿Que dirían? 62 años después de la llegada de los kollas a Buenos Aires, el Malón de la Paz nos recuerda que los invisibles tienen rostro, tienen nombre, tienen sueños, tienen dignidad y también hambre de luz. Por eso es importante recordar el camino del Malón, un camino para romper los pactos de silencio, un camino para salir de la invisibilidad y armar (no bolsas de gatos) sino alianzas estratégicas legítimas con otros sectores, para que se cumpla de una buena vez aquella estrofa del Himno Nacional que sueña con "ver en el trono a la noble igualdad" y que el Maestro Osvaldo Bayer nos recuerda en cada una de sus conferencias. Marcelo Valko Autor de "Los indios invisibles del Malón de la Paz " - 2007 PD: quien desee un mundo de luz compartida, puede difundir este comunicado. En caso contrario, le conviene oprimir la tecla de borrar…

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