miércoles, noviembre 23, 2016

ENCANTAMIENTO


ENCANTAMIENTO

La sociedad argentina está atravesando un período de “bipolaridad ejecutiva”. Una suerte de esquizofrenia política en la conducción del Estado, donde los dichos, los discursos se contradicen dramáticamente con los hechos.

Se anuncian medidas que son presentadas como beneficios para sectores a los que en realidad perjudican. Existe una ceguera voluntaria en los funcionarios, para ignorar que los perjudicados son personas.

Hombres, mujeres y niños que pagan con desocupación, hambre, y desprotección social, semejante ejercicio de cinismo.

(Cinismo: Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables). (Dicc. Real Academia Española)

Los pomposos y disparatados nombres, con que se bautizan semejantes iniciativas sólo son distracciones, ideadas por profesionales, para ocultar los reales objetivos que persiguen.

Lo lamentable, es que hay un significativo número de dirigentes políticos, sindicales, judiciales y clericales que colaboran con esta puesta en escena que encubre el saqueo al patrimonio nacional que está llevando a cabo el gobierno.

Leyes nacionales, tratados internacionales incorporados a la Constitución Nacional, y la misma Ley Suprema son sistemáticamente violadas con la complicidad de los sectores mencionados en el párrafo anterior, y también con la del sistema monopólico de medios oficialistas.

Buena parte de la sociedad está rendida frente a esta suerte de encantamiento de “buenos modales” que encubren el más terrible cercenamiento de derechos y garantías del que tengamos memoria.

Una parte de la sociedad eligió desde el odio. Por el cansancio de un discurso que describía, tal vez con un énfasis desmedido, lo que la propia realidad efectiva hacía visible para las grandes mayorías: paritarias libres que superaban la inflación, vacaciones y fines de semana disfrutables, miles de parques industriales nuevos a lo largo del país, millones de jubilados que pudieron acceder, aun cuando no tuvieran los aportes necesarios, la desocupación más baja desde la recuperación de la democracia, planes de vivienda, los servicios públicos eran eso, servicios públicos que el Estado tiene la obligación de garantizar, con errores y falencias, con todo lo que se le puede reclamar a un gobierno y a un poder ejecutivo, pero que nunca traicionó el mandato popular por el que fue elegido.

Ese cansancio liberal, que menciono más arriba, sumado a las mentiras que muchos eligieron creer, y a errores de la propia conducción del proyecto iniciado el 25 de Mayo de 2003, condujeron a elegir un gobierno de funcionarios que no son estridentes, ni enfáticos, ni soberbios. Que no usan sistemáticamente la cadena nacional, pero sí mienten alegremente y sin gritar. Hasta se dan el lujo de inaugurar obras o financiamientos que ya habían sido efectuados durante la anterior administración.

Con sonrisas y buenos modos te quitaron todo lo que conseguiste durante los doce años de un gobierno que cansó tus oídos.

En fin. Habrá que ver que nos pasa como sociedad, porque por ese cansancio, elegimos un gobierno de tránsfugas. Alegres y sonrientes que no nos cansan, pero gobiernan para ellos mismos.

(Tránsfugas: 1. Persona que pasa de una ideología o colectividad a otra. 2. Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato. 3. Militar que cambia de bando en tiempo de conflicto) (Ibídem)

Daniel Mojica

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