¿QUIÉN ARMA A LOS TERRORISTAS?
Hipócritas condenas al terrorismo que, ahora,
en Francia cobró nuevas víctimas.
¿Quién puso esas armas en las manos asesinas?
En Irak, en Egipto, en Siria, en Libia, ahora en Francia y antes en tantas
otras naciones. La soberbia de quienes se creen con derecho a imponer sus ideas
invadiendo naciones a su antojo. Para luego simular congoja por las
consecuencias del odio desatado.
Para ellos el odio es negocio. La muerte es
negocio.
Aunque difundan comunicados de solidaridad cuya
letra no es acompañada por actos en el mismo sentido.
¿Acaso no son responsables los gobiernos que
apoyan, o en el mejor de los casos miran para otro lado cuando a la nación del
norte se le ocurre inventar pretextos para derrocar gobiernos que no les rinden
sumisión?
¿O no es esa la razón de la ausencia de paz en
gran parte del planeta?
Está plenamente demostrado que no es gratis
para la humanidad generar odios entre las razas y entre las religiones.
¿Alguien puede decir que la ONU, especialmente
su Consejo de Seguridad, no tiene nada que ver con las guerras de cualquier
“intensidad” que apagan vidas a lo largo de este mundo?
Para algunos gobiernos que ocupan sillones
permanentes en ese Consejo, la guerra es negocio. ¿Quiénes son los países grandes
fabricantes de armas? ¿No son los mismos que siembran, diseminan e intentar que
persista la pobreza en el planeta?
¿Por qué el método recurrente que utilizan los
que quieren adueñarse del planeta es la violencia, el odio, la tortura, la
muerte?
“Si las conversaciones humanas son finalmente
importantes, lo son porque nos proveen de algo positivo: automejoramiento y
compleción individual y comunitaria…” dice
la autora María Teresa Padilla Longoria (*) y agrega que “el diálogo es un
camino para la autocomprensión y el entendimiento mutuo.”
Según la autora María Teresa Padilla Longoria
(*) la idea socrático-platónica de la filosofía como diálogo es un proyecto
humanístico: la filosofía es un método de vida para aprender cómo llegar a ser
un mejor ser humano. Esta autora sostiene que somos seres limitados y que
adquirimos autoconocimiento a través de la experiencia y de manera preeminente,
mediante las relaciones dialógicas en vivo.
La doctora en filosofía sostiene que “los seres
humanos somos antológicamente y constitutivamente incompletos, insuficientes,
relativos” y que precisamente debido a esta insuficiencia “los hombres tratamos
de buscar diferentes medios de compleción…” y concluye diciendo que “uno de los
medios ideales para tratar de compensar esta insuficiencia es la conversación,
el diálogo”
Parece ser que hay algunos muy interesados en
que el diálogo no sea lo que prevalece entre los seres humanos. Más allá de
cierta hipocresía.
Los pueblos algo tenemos que hacer para cambiar
este estado de cosas.
Daniel Mojica
(*)María Teresa Padilla Longoria
Doctora en Filosofía por la Universidad de Durham (Gran Bretaña). Profesora-Investigadora titular en la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM) en las Cátedras de Filosofía griega, Metafísica y Ética. Sus áreas de investigación son la filosofía antigua, la metafísica y la ética. Ha publicado artículos en revistas especializadas y libros colectivos y el libro La filosofía como dialéctica. El modelo dialógico del filosofar socrático-platónico, Editorial Académica Española (2012).
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