ACUERDO HISTÓRICO
Después de 53 años
Cuba y EE. UU. vuelven a tener relaciones diplomáticas.
Sin dudas es un acontecimiento para celebrar.
Tal como lo han manifestado la gran mayoría de los líderes políticos.
Aunque no todo lo que reluce es oro. Conociendo
la hipocresía y/o doble estándar de la diplomacia de la potencia hegemónica.
No hay que olvidar que hasta hace pocas semanas
la USAID (Agencia de EE. UU. para el desarrollo internacional) buscó infiltrar
raperos para desestabilizar al gobierno de Cuba.
Anteriormente esa misma agencia intentó generar
un levantamiento contra el gobierno cubano utilizando la red de Twitter de la
isla manipulando a los usuarios, en lo
que se llamó operación zunzuneo.
Es conocido por quienes observan la política
internacional la gran cantidad de agencias supuestamente humanitarias que el
país del norte utiliza como fachada para desestabilizar gobiernos que no
aceptan el modelo de democracia manipulada por ellos.
Estos comentarios no pretenden minimizar lo
histórico y significativo para la dignidad del pueblo cubano que soportó
estoicamente esas décadas de injusto bloqueo (circunstancia que aún no ha
cambiado). Pero quizás este acuerdo sea un primer paso.
También es para analizar este nuevo escenario
en el contexto de las crecientes sanciones que EE. UU. está implementando
contra Rusia. Aliado estratégico de la Revolución Cubana antes y después del
desmembramiento de la U. R. S. S.
Tampoco hay que olvidar el famoso chiste que
cuenta que el único país que no ha sufrido golpes de estado es el país del
norte, porque allí no hay embajada de EE. UU. (obviando que Cuba tampoco los ha
padecido desde el triunfo de la Revolución, por la misma razón)
A partir de ahora Cuba tendrá una embajada del
país más desestabilizador de democracias nacionales.
Habrá que observar con detenimiento el devenir
de los hechos a partir de esta nueva realidad.
Daniel Mojica
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