miércoles, octubre 01, 2014

LA SOBERANÍA NO SE NEGOCIA. SE DEFIENDE



LA SOBERANÍA NO SE NEGOCIA. SE DEFIENDE

Argentina ofrece una realidad rica en contrastes. En tanto las grandes mayorías apuntan a la construcción de un futuro mejor que el pasado recibido no hace mucho tiempo, una fauna menor quiere gatillar un retroceso hacia aquel pasado.
Sin percibir o sin importarle el costo social y cultural de semejante aventura fogoneada por los mismos personajes que agitaron el tornado cegador de vidas.
En esta nueva intención de golpismo siglo XXI son varios los protagonistas que no por conocidos dejar de ser peligrosos.
Lo que sorprende a quienes aún creemos en valores como el patriotismo, la soberanía nacional y un proyecto de liberación es ver la reacción de estos personajes ante el artero ataque de una potencia extranjera. Están los socialistas respetuosos de “la mano invisible del mercado”, los apocalípticos (perdón U. Eco) pronosticadores de catástrofes,  los nostálgicos del uno a uno, los aspirantes a devaluaciones, que buscan afanosamente diferenciarse en su particular estilo de girar a la derecha, quienes se suman a los reciclados “fabricantes de humo”, los “especialistas de río revuelto” y los que ofrecen “espejitos de colores” desde el panóptico de la cornetita. Todos estos son los que ofrecen el suicidio colectivo para salvar a la minoría que habla de democracia pero no se aviene a presentarse en elecciones, habla de preservar las instituciones mientras las socava y debilita, habla de respetar los fallos de la justicia cuando es extranjera, pero cuando la ley autóctona los pone en evidencia de su incumplimiento hablan de autoritarismo y dictadura.
Mientras los medios corporativos distraen la atención del momento crucial que atravesamos como sociedad, de cuya resolución depende el futuro de los cuarenta millones de argentinos, sus pantallas, emisoras y titulares ocultan, tergiversan y mienten desde sus múltiples canales de difusión. Hecho que hace evidente que el futuro para ellos no será el  mismo que para la sociedad en su conjunto. Porque los que especulan con el dólar, los que esgrimen los mismos argumentos de quienes nos quieren someter, los dirigentes de los bancos y medios que conspiran contra la democracia no forman parte del mismo entramado social de quienes nos veremos perjudicados si se cumplen sus deseos golpistas. Porque ellos antes del estallido del 2001/2002 ya habían sacado del país sus riquezas rapiñadas. Hoy quieren provocar el mismo escenario.
Pero hay grandes diferencias entre aquella Argentina y esta del 2014. La más importante es que contamos con una presidenta que tiene el coraje que no ha tenido ninguno de los presidentes que se sucedieron desde que recuperamos la democracia hasta el 25 de Mayo del 2003. Además tenemos una sociedad que ha tomado conciencia del desafío que enfrentamos y que no tiene que ver con ningún partidismo.  Lástima que la dirigencia política opositora, salvo muy pocas excepciones, no está a la altura que la historia está reclamando.

Daniel Mojica

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