EL FRENTE AMPLIO
UNEN ROMPIO EL SILENCIO
En el teatro
Broadway los máximos referentes del agrupamiento hicieron un ruidoso silencio
desde el escenario, para ocultar sus profundas diferencias políticas. Poniendo
en evidencia con ese pacto de silencio, la hipocresía de una cantidad
importante de dirigentes políticos. Muchos de los cuales formaron parte de
gobiernos que dejaron al país como lo encontró en el año 2003 el actual
gobierno.
Con una deuda
externa agobiante, un nivel de desocupación nunca visto, un parque industrial
casi inexistente y un nivel de dependencia política y económica humillante.
Este ha sido el legado que las administraciones integradas por varios de estos
silentes líderes dejaron en su paso por gobiernos anteriores,
Hoy pretenden
hacerle creer a la sociedad que tienen la solución a las dificultades que aún
persisten y no fueron capaces de resolver cuando fue su momento histórico.
Si a este panorama
se le suman las irreconciliables diferencias que con el silencio discursivo
intentaron esconder surge irrefrenable la pregunta ¿qué es lo que tienen para
ofrecer más que la propio ambición personal de acceder a cargos públicos?
Si apenas
descendidos del escenario una de las dirigentes del trabajoso armado manifiesta
que no votaría a varios de los que compartieron con ella esa surrealista
presentación.
Es todo un mensaje
a la sociedad el haber tardado apenas horas en enfrentarse entre ellos.
¿Qué puede esperar
la ciudadanía de un frente electoral que le escapa a la palabra? Sobre todo si al
encontrar esa palabra sólo muestra lo que tan prolijamente han querido sustraer
a la luz pública. Esto es: que no hay una propuesta seria de gobierno que
supere lo realizado por el actual gobierno. Queda en evidencia que lo único que
pretende ese amontonamiento de vanidades es ganar el favor de las corporaciones
que buscan desesperadamente que este proyecto político de inclusión, ampliación
de derechos y de no sumisión a los intereses corporativos termine cuanto antes.
Para lograrlo han intentado engañar a la sociedad pretendiendo hacerle creer
que tienen un proyecto de país, cuando en realidad son una sumatoria de
proyectos personales, cuya ambición es funcional a los intereses que siempre
han atentado contra la democracia, cuando hay gobiernos que defienden los
derechos de las mayorías.
El engaño duró
poco.
Daniel Mojica www.cuestioncultural.blogspot.com.ar
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