REPUDIAMOS LA VIOLENCIA COMO ARMA
"Justicia legal, jamás justicia por mano propia",
nos dijeron nuestras Madres mil veces, como una promesa, un mandato, como una
plataforma política. Porque estas mujeres, que nos formaron y marcaron el
camino, entendieron mejor que nadie que la revancha es siempre una mala
decisión personal, que nunca puede contener a todos los que cabemos dentro del
reclamo genuino y sostenido por el pueblo argentino de juicio y castigo a los
responsables de la última dictadura cívico-militar, sus cómplices, instigadores
y beneficiarios.
El compromiso de las Madres también está puesto en hacer que
sus luchas sean las de toda la sociedad, por eso su reclamo pacífico y
pacifista dio la vuelta al mundo pidiendo justicia, convirtiéndose en la base
de los juicios a los genocidas que actualmente ponen las cosas en su lugar, y
en la verdadera garantía de que nunca más se persiga a los que luchamos por
más.
Nosotros nacimos acompañando a las Madres en la lucha y en la década de los ´90 sufrimos la violencia simbólica de parte de las corporaciones que planearon y financiaron la última dictadura cívico-militar: no contentos con haberse procurado impunidad para sus crímenes de la mano del neoliberalismo del que fueron socios, salieron con todos sus medios a demonizarnos, diciendo que indemnizar a los H.I.J.O.S. era peligroso, porque con ese dinero íbamos a comprar armas para vengarnos.
No entendieron nada: nunca hubo dos opciones para nosotros. No existe más que el reclamo de justicia, porque la "justicia por mano propia" no es justicia, sino venganza. Jamás les daríamos a los asesinos la satisfacción moral de mostrarles que nos convertimos en lo mismo que son ellos.
Nadie puede decir que el Poder Judicial funcione
perfectamente, porque no es cierto. Por eso marchamos a Plaza de Mayo el 24 de
marzo del 2013, bajo una gran bandera que decía "Por una Justicia
democrática. Basta de corporación judicial" y denunciamos como genocidas
civiles a jueces, fiscales, secretarios y otros funcionarios del Poder Judicial
luego que empezaron a ser juzgados. Por eso, celebramos y acompañamos el
surgimiento de un espacio como "Justicia legítima", donde
magistrados, académicos, y hombres y mujeres de la Justicia, construyen
consensos sobre todo lo que falta hacer.
También era necesario un nuevo Código para que el conjunto de leyes que hoy existe tuviera más sentido. Quienes representan el pasado fueron coherentes y dejaron en claro que prefieren el actual Código Penal, sancionado en 1921. Diputados y diputadas que no hacen su trabajo y trabajan de candidatos, disminuyen la calidad de la democracia. No respetan a la política ni respetan a las instituciones, porque sus candidaturas son mediáticas y los auspician las corporaciones.
Entre esas corporaciones, los medios construyen a un vecino/ciudadano al que siempre lo están robando, al que el Estado le roba para pagarle a los pobres. ¿Por qué dejamos que circule un discurso en el que inseguridad es un pibe con gorrita y no los 8 asesinos desaparecedores de Luciano Arruga que el Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires reincorporó días atrás? ¿Cómo puede ser más peligroso un supuesto ratero que los policías bonaerenses responsables de una desaparición, pero también de mandar a robar, y de matar por no querer robar, y cobrar para liberar zonas; y, en definitiva, para extorsionar a toda la sociedad, regalándonos inseguridad para venderse como el remedio?
Un diario como Clarín, que burla la ley de oferta sexual no va nunca a admitir que inseguridad es que estén sueltos los secuestradores de Marita Verón. Otro diario que se opone a democratizar la justicia, sabe que con ésta tal cual está puede mantener desde hace 10 años una deuda con el Estado de 280 millones de pesos. Es fácil entender que oculten que inseguridad es que haya un muerto por día en Rosario. Y que aplaudan la solución cordobesa: encontrar el enemigo perfecto y perseguir con un Código antipobres a todo pibe con gorra.
Quienes hoy plantean que un linchamiento puede ser materia
de debate y no de repudio, desconocen un bastión clave del oficio de la prensa:
la ética. Mientras se les cae la baba por participar en los linchamientos con
sus propias manos, se sienten más policías que periodistas, más jueces que
periodistas.
No vemos en ninguno de sus titulares las palabras que ellos
produjeron de la mano del neoliberalismo criminal del menemismo: hambre,
exclusión, pobreza. Los que siempre fueron dueños de la abundancia, piden mano
dura en nombre de la propiedad privada, pero jamás pedirán nada por los derechos
ausentes en miles de villas. En nombre de su miedo se creen dueños exclusivos
de todos los derechos (humanos). Los mismos que se oponen sistemáticamente a
una justa distribución de la riqueza son lo que piden mano dura para la
pobreza.
Así construyen el sentido, así se arma el sustento que justifica un linchamiento. Con miedo y con paranoia. Odio por odio y muerte por muerte, no podemos construir un país en el cual vivir. Es necesaria la Justicia, sin ella sólo se puede ser víctima de las bestias o convertirse en una de ellas. La venganza es de las bestias. Los derechos son humanos.
H.I.J.O.S. Capital
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido
y el Silencio
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