DESGASTAR,
DESLEGITIMAR, DESTITUIR.
Los factores de
poder no soportan el cambio de época que estamos protagonizando.
“Nos atacan por
nuestros aciertos, no por nuestros errores…” supo decir el general Perón,
cuando esos mismos sectores atacaron a su gobierno. Al que terminaron no sólo
derrocando, sino proscribiendo su partido e incluso prohibiendo que sea
nombrado.
El contexto
histórico es diferente. Pero los sectores concentrados del sistema de poder son
los mismos. Con el agregado del sistema de medios de comunicación hegemónico
que entrelaza y atraviesa diversos intereses empresarios y financieros.
Hoy, la receta
política, social y cultural a la que quieren hacernos retroceder desde cierta
visión económica, está fracasando de manera estrepitosa en gran parte del
planeta.
¿Por qué
deberíamos volver a adoptar políticas que no sólo nos llevaron al estallido del
2001/2002, sino que está derrumbando a muchas naciones de Europa?
¿Será que el
sistema global de poder no acepta que ya las recurrentes crisis del capitalismo
financiero, no estallen en las manos de nuestros pueblos de Sur América?
Tal vez esa sea
una fuente externa que tiene sus ramificaciones en los personeros autóctonos de
la dependencia. A la que se suman las motivaciones particulares de los dueños del
grupo “Clarín” y “La Nación ”.
Estos personajes
tienen cuentas pendientes con la justicia.
Que el Poder
Judicial se moroso (como mínimo) en el tratamiento de las causas que se
tramitan en su ámbito y que involucra a estas personas, no habla de la inocencia
de los implicados. Remite al poder que fungen y al sometimiento de ciertos
integrantes corporativos del Poder Judicial, con esos sectores.
Ahora ¿qué pasa
con una parte de la sociedad que es tan permeable al discurso de los medios de
comunicación cómplices y socios comprobados del genocidio?
Que terminan
repitiendo las falacias lanzadas desde el circo dominguero, aún cuando la
realidad muestra a las claras las mentiras que derrama semana a semana.
No incluyo en
este segmento a los “dirigidos políticos” que repiten el guión que les bajan
desde esos medios cloacales. Tampoco a los militantes del odio, que son una
minoría.
Me refiero a
muchos de aquellos que en el 2001/2002 salieron a reclamar por el daño que les
causó una política económica perversa y saqueadora.
¿Qué pasa con ese
segmento social que quiere retornar a la aplicación de aquellas políticas?
¿Acaso han
enloquecido? ¿Han perdido la memoria?
¿Qué les hace
creer que si retornan aquellos que nos llevaron al infierno con sus medidas,
ellos no sufrirán las mismas consecuencias?
¿No terminan de
darse cuenta de las actitudes golpistas de los “dirigidos políticos” que están
defendiendo a partícipes y beneficiarios de la tortura, el robo de bebés y la
apropiación de empresas en la mesa de torturas de los verdaderos dueños?
¿Acaso piensan
que sea casualidad la fuga de dos genocidas cuyo traslado de San Juan al
Hospital Militar “la justicia” avaló?
¿También es
casualidad la fuga del penal de Ezeiza de los trece delincuentes que estaban en
celdas individuales con custodia, y que usaron herramientas para perforar
hormigón y hacer un túnel?
Para quienes no
lo saben el penal de Ezeiza es uno de los tantos complejos de detención que
dependen del Servicio Penitenciario Federal, cuyo titular era el doctor Víctor
Hortel. Quién estaba llevando a cabo una política de respeto a los derechos
humanos de las personas en situación de encierro. Brindándoles la posibilidad
de completar estudios primarios, secundario y universitarios a los internos.
Además de ofrecerles distintos tipos de talleres para que se capaciten en
diferentes áreas que tienen que ver con la cultura. Dándoles el trato que se
merecen como personas, más allá de las circunstancias que los llevaron a tener
que estar en situación de encierro.
Cómo último gesto,
el doctor Hortel, asume el costo político de la fuga, denunciando a la vez que
ese, como otros hechos, es un pase de factura de sectores que no aceptan el
cambio cultural que se estaba llevando adelante.
En lo personal
espero que ese cambio cultural siga su curso y se sigan aplicando las mismas
políticas de respeto a los derechos humanos.
Si así no fuera,
los sectores que quieren hacernos retroceder habrían ganado esa batalla.
¿Me parece sólo a
mí o este hecho del penal de Ezeiza, engarza de manera perfecta, con el primer
párrafo de esta nota?
“Los factores de
poder no soportan el cambio de época que protagonizamos”.
El próximo 27 de
Octubre tenemos una herramienta maravillosa para seguir profundizando este
cambio.
Salvo que
queramos volver al infierno que tanto nos costó dejar atrás.
Daniel Mojica
facebook.com/hablemosdepolitica
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