PROYECTO NACIONAL. CAMBIO CULTURAL. DESCOLONIZACION II
Mucho es lo que se ha escrito (entre los que me cuento) acerca de la batalla cultural, que significaba (y significa) la aprobación e implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Desde que fuera enviada dicha norma por el Poder Ejecutivo al Congreso Nacional, es harto conocida y comprobada la cerrada oposición del Grupo Clarín y sus innumerables repetidoras a lo largo de todo el territorio nacional, a la democratización, desmonopolización y ampliación de voces que venía con la nueva Ley.
Para sostener su oposición, el grupo hegemónico, no dudó en mentir, tergiversar, ocultar y sembrar temor en la sociedad. Como si una ley que propone que haya mayor cantidad de voces que se expresen, atentara contra la libre expresión (¿) de las ideas.
Debido a esa posición rayana con la esquizofrenia, la sociedad, los ciudadanos, hemos ido tomando conciencia que la corporación mediática defendía sólo sus privilegios, sus intereses y sus ganancias (producto en muchos casos de extorsiones que harían sonrojar a Don Corleone)
En ese plano del debate, la batalla cultural antes mencionada, puede decirse que la sociedad la tiene ganada.
Pero hay otro plano más sutil, más hondo. Que tiene sus raíces en acendrados hábitos culturales que hemos adquirido como sociedad colonizada.
Reconocernos como una sociedad colonizada, es el primer paso para liberarnos de esa dependencia cultural.
Los hábitos, no los adquirimos sólo en nuestra interrelación familiar o comunitaria. También en nuestras lecturas, programas de TV y demás producciones culturales, existen mensajes más o menos explícitos, que nos van modelando ciertas formas de pensamiento, ideas o miradas sobre la realidad.
Para expresarlo más claramente: todas las producciones culturales contienen mensajes. Todos los mensajes dejan su huella.
Si recordamos desaprensivamente, por ejemplo las series “El llanero solitario” era un héroe que defendía el bien y la justicia. Lo hacía con “su fiel amigo Toro” que era un indio, pero a pesar de eso al personaje lo describían “solitario”.
La característica de los héroes que aún vemos en las series y películas de Holywood, es que resuelven las dificultades y salvan “al mundo” ellos solos.
El individualismo y la discriminación atraviesan la trama y el guión de esas producciones.
Otro de los mensajes que podemos recordar, y aún ver, en diferentes series y películas está construido de la siguiente manera: “Pueblo o ciudad tranquilo, con un poderoso e inescrupuloso empresario que maneja la justicia y la policía, con un grupo de matones que aterroriza a los buenos y pacíficos ciudadanos y sus familias. Parece un destino de sometimiento irremediable, hasta que llega un forastero (que puede ser ex agente de algún servicio de inteligencia o un civil entrenado en artes marciales o cosa parecida) y resuelve el problema de injusticia imperante. Todos viven felices. El final puede tener dos alternativas: 1) el forastero se va a “salvar” otro pueblo (generalmente en las series), y 2) se queda con la chica más linda del pueblo (en las películas, por lo general)”
O sea, si no viene un salvador de afuera (si es yanqui, mejor..je..je…) ningún pueblo tendrá destino.
Estos mensajes nos han “habitado” desde que se inventó
Además de los mencionados mensajes, aparecieron otros, que también son recurrentes y no excluyen a los anteriores. Sino que los complementan.
Ejemplos. Argumento 1: Un país sometido a una sangrienta dictadura (comunista, vietnamita, latinoamericana, islámica, etc.) entonces algún buen ciudadano pide ayuda a la embajada del país del norte, o esta por propia iniciativa, decide que hay que derrocar a ese “corrupto y asesino gobierno” y envía a un comando entrenado para tal fin. Derrocan a ese gobierno y todos viven felices. Una variante es que haya un grupo “rebelde” que se opone al gobierno mencionado y entonces “recibe la ayuda desinteresada” de la misma embajada y el mismo grupo comando. Y todos viven felices.
Argumento 2: Secuestran a un familiar (generalmente la hija) de un ex agente. Si no es un ex agente y es un simple civil, seguro tiene llegada a un ex agente, y la trama que sigue es la misma. Para llegar a rescatar a la víctima vale todo, torturar, asesinar, etc. Así que luego de muchos muertos y torturados, se rescata a la víctima y todos son felices.
Acá entonces tenemos la justificación de la invasión de terceros países, la tortura, los asesinatos, derrocar gobiernos. En fin, casualmente lo que hace desde siempre, el país de donde nos mandan la mayor cantidad de grandes películas.
Más arriba escribía, que una parte de la batalla cultural, la de la libertad de expresar las ideas y desenmascarar al Cártel monopólico con sus escribas y amanuenses, estaba ganada.
Ahora nos toca la más difícil.
Desterrar esas formas de pensamiento, que nos han sido inoculadas y que continúa.
Para hacerlo, es fundamental la educación, el debate, la información, las nuevas voces. Tener una actitud comprometida y confiar en nosotros mismos y en nuestras capacidades como sociedad.
Porque los grandes medios hegemónicos a nivel internacional, sostienen y defienden aquellas líneas de pensamiento que se desgranaban en las series y que se proyectan en los filmes que nos llegan.
Más aún, los organismos internacionales que fueron creados luego de 1945, todos sin excepción, responden y dependen del financiamiento de EE.UU.
Basta analizar los últimos hechos sucedidos en el mundo para percatarse de ello.
Entonces, ardua tarea nos espera. Pero el primer paso está dado.
Sólo nos queda sostenerlo y profundizarlo. Creando las herramientas que sean necesarias para lograrlo.
Daniel Mojica
No hay comentarios.:
Publicar un comentario