SON PROVOCADORES
Creyeron que habían logrado su objetivo, cuando produjeron el genocidio instrumentado por las fuerzas armadas, pergeñado por los ideólogos civiles y sostenido por los cómplices y socios mediáticos.
¿Cuál era ese objetivo?
El definitivo sometimiento de la sociedad a los designios de los mercaderes financieros que tan bien nombró nuestra Presidenta cuando los definió como “anarco capitalismo financiero”.
Estos propiciadores de genocidios en diferentes naciones del planeta, tienen sus defensores vernáculos. Aquí están representados por quienes se han quedado con Papel Prensa mediante la tortura y muerte de sus legítimos dueños. Ahora también cuentan con el relato discursivo de varios periodistas y comunicadores que en el pasado tuvieron otros recorridos, a veces más cercano a organismos de derechos humanos. Pero que el paso del tiempo y el devenir de la realidad, que hemos ido transformando con las medidas implementadas desde Mayo de 2003 a la fecha, los ha dejado sin las máscaras protectoras con las que supieron cubrirse, desde que recuperamos la democracia.
Hoy, esos periodistas que se nombran a sí mismos como independientes, no se inmutan cuando denigran a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, argumentando que han sido cooptadas por el gobierno nacional.
Desde las pantallas y micrófonos salpicados con la sangre derramada de nuestros 30 mil hermanos de lucha, suscriben cada operación destinada a esmerilar, denigrar, demoler y de ser posible derrumbar al gobierno popular recientemente reelecto por más del 54% de los votos.
Algunos, también destilan su cinismo, ironía y mala leche desde revistas amigas, con una escritura que pretende ser ambigua y cómplice del lector desprevenido, pero que con bajeza intelectual intenta pasar de contrabando, diversas minas antipersonales con sistema de retardo. Para que exploten en el momento menos pensado en algunas conciencias todavía indecisas.
Son los mismos que se quejan desde todos los medios a su disposición, que son más de 260 a lo largo de todo el país, se quejan digo, de que no hay libertad de expresión. Son los mismos que hacen silencio cuando echan a Reinaldo Sietecase, por ejemplo, pero se indignan desde todos los micrófonos si le tiran algunas piedras a los conversos Lanata y Magdalena.
Aclaro, que no estoy de acuerdo y repudio las apedreadas. Prefiero el debate, que Lanata reserva sólo a quienes él considera de su nivel intelectual, como una manera encubierta de no debatir con nadie., al menos cara a cara. Porque cuando se encuentra con intelectuales prestigiosas cara a cara en sus propios sets, prefiere las chicanas.
Son provocadores.
Igual que el aprendiz de oligarca que siguió insultando al dirigente Luis D’elía, hasta que logró lo que buscaba, la reacción del insultado. Hecho que fue reproducido en cadena nacional por el Cártel mediático que apoyaba la medida destituyente. Porque no existen dudas que la movilización motorizada desde las pantallas y micrófonos del monopolio, perseguía la caída del gobierno nacional.
Son provocadores.
Como los que ahora promueven medidas contra Aerolíneas Argentinas y generan solidaridades que deberían ser meditadas en el contexto, teniendo en cuenta los fines, lo que muestra y lo que oculta esta medida que atenta contra todos ¿acaso ya nos olvidamos que “TODOS SOMOS AEROLINEAS”?
Son provocadores.
Los que pretenden una corrida como la que desalojó a Raúl Alfonsín de su gobierno antes de tiempo.
Los provocadores buscan la reacción de quienes son provocados, Para luego escribir en sus pasquines, mostrar desde sus cámaras y vociferar desde sus micrófonos: ¡¡¡Vieron de lo que son capaces!!!
Por esto mismo, compañeros con responsabilidades de conducción en los diferentes sectores, porque son provocadores y esperan nuestra reacción, no les regalemos las tapas y zócalos que están buscando.
Porque lo que quieren es golpear al gobierno nacional, en especial a la compañera Presidenta, con los errores no forzados de los propios aliados.
No les demos ese gusto.
Daniel Mojica
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