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viernes, octubre 20, 2017
COMO ULISES Y LAS SIRENAS
COMO ULISES Y LAS SIRENAS
El mito de Ulises cuenta que el héroe mitológico debe atravesar un mar poblado de hermosas sirenas cuyo canto hipnótico enloquece a los marinos haciendo que encallen sus barcos contra las rocas.
“El canto de las sirenas, representa en la mitología antigua, el poder del espejismo y el hechizo para apartar al hombre de su ruta. Los marineros, al escuchar el seductor canto de estas criaturas marinas, caían en un estado abrumador que les hacía estrellar su navío contra los arrecifes y así naufragar.
Ulises, advertido del peligro de este seductor canto, pide a sus marineros que le aten al mástil del barco, habiendo antes colocado en los oídos de sus marinos tapones de cera que prevengan a estos de escuchar el hechizante llamado. Ulises permanece fijo en su propósito al atravesar la zona de peligro, puede ver y escuchar, y sin embargo no puede moverse ni sus hombres escuchan su pedido de desatarlo en momentos de tribulación y tentación.” (Aleph, Hermético)
El mito de Ulises ofrece simbolismos que pueden ser interpretados a la luz de nuestra realidad comunicacional e informativa.
Los argentinos asistimos a tribulaciones similares desplegadas desde los medios monopólicos de comunicación y los funcionarios del gobierno.
Un despliegue inusitado de discursos vacíos que desde las pantallas, los micrófonos y los titulares nos pintan una realidad que no es la que vivimos y nos prometen un futuro que no se condice con las consecuencias de las medidas que toman día a día desde los diferentes ministerios y áreas del gobierno.
Pero para un importante segmento de la sociedad, a despecho de lo que les toca vivir, creen que es su realidad y denigran, insultan y agreden a quienes intentan hacerles notar su confusión.
En estas circunstancias y haciendo un paralelismo con el mito griego para hacer frente a este agobiante bombardeo psicomediático que de manera cotidiana acosa a la sociedad, tenemos nuestro propio mástil para aferrarnos a él y no sucumbir a esta marea de mentiras.
Nuestro mástil deben ser la convicciones, el sentido crítico, la comparación de lo que escuchamos con lo que cotidianamente vivimos en nuestras propias vidas. No podemos ir a hacer compras con las promesas de futuro, ni pagar los servicios con los eslóganes de campaña. Los jubilados no acceden a sus remedios con las sonrisas de los funcionarios, los pibes no se alimentan de titulares mediáticos.
Como sociedad nos están conduciendo a “encallar la nave” de esta rica Patria. Mientras hipnotizan a una parte de la población y reprimen, encarcelan y desaparecen a los que no se rinden al “hechizo de la posverdad” que venden a un altísimo precio.
Van entregando nuestras riquezas, porciones de territorio, nuestra soberanía y van por nuestra inteligencia. Por nuestra capacidad de discernir lo que nos conviene y lo que no.
Nos quieren esclavos y sumisos o muertos y desaparecidos.
Depende de cada uno de nosotros y de nuestra capacidad de organizarnos sin responder a las provocaciones y a las emboscadas que nos tienden ante cada acto masivo de repudio a las políticas de entrega que cada día ejecutan. Sin reparo en las leyes y la Constitución Nacional y con la complicidad de gran parte del Poder Judicial.
Aferrémonos a nuestro propio mástil y colectivamente encontremos el camino. Sin caer en la desesperanza ni en el engañoso camino de la violencia que ellos esperan frotándose las manos y cargando sus armas.
El poeta depuesto
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