martes, octubre 06, 2015

ELECCIONES

ELECCIONES

A tres semanas de las elecciones presidenciales ya se ven las consistencias de las propuestas de cada candidato. Es responsabilidad de la ciudadanía analizar la factibilidad de las mismas.
Una de las maneras posibles de hacerlo es contrastar lo dicho por cada uno de los postulantes con lo realizado en cada uno de los territorios donde tiene o tuvo responsabilidad de gestión. O de poner en el escenario del análisis su labor legislativa o la de sus representantes en el Congreso Nacional.

Una de las cuestiones básicas que se pone en discusión de forma clara en algunos casos y solapada en otros es el rol del Estado en un mundo conflictivo y en cambio constante.
La historia reciente demuestra que los gobiernos que no fortalecen ese rol con políticas concretas y efectivas quedan a merced de los huracanados vientos que el sistema financiero internacional desata sobre los pueblos.

Hay un candidato que dice que “le importa tener pobreza cero” y que “le importa la asignación universal por hijo” y propone como ministro de justicia al dirigente que dijo que esa asignación “se va por la canaleta del juego y de la droga”. Tal vez en un remedo inconciente del personaje “Micky Vainilla” habla de las bondades de la educación y salud pública que en CABA distan de ser su prioridad.

Otro candidato con gesto de figurita de prócer dice que hay que sacar a la marina, la fuerza aérea y el ejército para combatir al narcotráfico y meterse en los barrios humildes. Con lo que además de proponer la violación de dos leyes nacionales la 23.554 de Defensa Nacional y la 24.059 de Seguridad Interior, estigmatiza a la población humilde, como si las clases altas no estuvieran también atravesadas por el flagelo de las drogas.

Hay una candidata que en sus publicidades aparece un votante que se siente satisfecho por el hecho de votar según sus convicciones y por eso mismo siente que ya ganó. Esa satisfacción se puede trasladar a todos y cada uno de los votantes, porque seguro que la gran mayoría vota según sus ideales. Tal vez esa propaganda haya sido pensada para cuando se promulgó la Ley Sáenz Peña número 8.871 del 10 de Febrero de 1912. En pleno siglo XXI la satisfacción de ese votante parece un acto de onanismo electoral.

Hay un candidato que en línea con los doce años del actual gobierno propone apoyarse en lo ya hecho e ir por el desarrollo industrial, crear el ministerio de derechos humanos, el de economía popular y seguir apostando a la educación, la ciencia y la tecnología, creando trabajo en blanco.

Estas son las propuestas. Cada uno sabrá el mejor destino de su voto.

Daniel Mojica


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