LA
TAREA POR VENIR
Existe una
realidad que es incontrastable. Desde el 25 de Mayo de 2003 a la fecha se avanzó en
la ampliación de derechos, en las políticas de inclusión, en materia de
derechos humanos, en poner ciertos límites a las corporaciones, en la
recuperación de un proyecto industrial, de empresas emblemáticas como YPF y
Aerolíneas Argentinas, de los fondos para las jubilaciones que eran manejados
discrecionalmente por corporaciones empresarias en su propio beneficio. El
respeto que se tiene por la
Argentina en el plano regional e internacional es un hecho
inédito y auspicioso.
En definitiva, con
todas las críticas razonables que se le puede hacer a cualquier gobierno, la
situación nacional es sustancialmente mejor que hace once años.
Aún con lo mucho
que se ha avanzado desde que este proyecto nacional recuperó y reivindicó la
política como herramienta de transformación de la realidad el poder sigue
estando en disputa.
Porque la
concentración económica construida por las corporaciones durante la entrega
menemista en los años 90 sigue incólume.
Los límites que se
han logrado instalar contra la voracidad de estos factores de poder no son
suficientes como para que la incipiente redistribución de la riqueza sea una
realidad efectiva y perdurable.
Por esto es
determinante lo que suceda a partir de las próximas elecciones presidenciales.
Si se observa el
panorama que ofrecen los candidatos con mayor presencia mediática en los
grandes medios formadores de opinión quienes tuvieron y tienen una sistemática oposición
a las medidas que han logrado la positiva transformación que se mencionaba más
arriba hace pensar que no habrán de sostenerlas. La consecuencia de esto con
seguridad no redundará en una mejor calidad de vida para los argentinos.
Porque si quienes
tienen aspiraciones presidenciales desde la oposición política no son capaces
de mostrar un programa de gobierno donde le digan a toda la sociedad que harán
respecto de: los juicios contra los crímenes de los genocidas y sus socios
civiles, le futuro energético del país, la política de desendeudamiento, la
inversión vía presupuesto en el Ministerio De Ciencia, la inversión en
Educación, el respeto a la Ley
de Servicios de Comunicación Audiovisual, en cuanto a las políticas sociales,
las políticas de empleo y sostenimiento de las fuentes laborales. Si no son
capaces de afirmar que mantendrán todas las medidas que han llevado al
mejoramiento de la realidad y proponer otras que las superen quiere decir que
la única opción que queda para no retroceder a épocas ya superadas de dolor y
exclusión es mirar con atención a los candidatos del oficialismo.
Son muchas las
medidas que faltan para profundizar este proyecto nacional.
En su gran mayoría
tienen que ver con recortar el poder de los grupos concentrados que históricamente
se han opuesto al bienestar de las mayorías. Porque ya están mostrando las
garras que han escondido mientras las ganancias les resultaban satisfactorias.
Sucede que para la lógica capitalista si no se quedan con todo no les alcanza.
Hay una gran tarea
por delante que no se logra con discursos.
El gobierno
nacional ha demostrado con hechos que es posible.
Sólo queda
profundizar lo realizado.
Daniel Mojica
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