martes, octubre 29, 2013

APUNTES DESDE EL PERONISMO. ELECCIONES LEGISLATIVAS: IDENTIDAD O SINDROME DE ZELIG

APUNTES DESDE EL PERONISMO. ELECCIONES LEGISLATIVAS: IDENTIDAD O SINDROME DE ZELIG*

(*ZELIG: Excelente película de Woody Allen, donde el protagonista toma los rasgos, gestos, apariencia física y hasta el discurso del circunstancial interlocutor)

Si hay algo que caracteriza al peronismo desde su nacimiento, es la clara identidad Nacional, Popular y Revolucionaria. Nació para transformar la realidad a favor de los desposeídos. De quienes fueron dejados de lado por el sistema liberal de poder. Instaurando derechos inéditos para su época. Constituyéndose de esa manera, como continuidad histórica del espíritu emancipador de nuestros grandes próceres y caudillos federales.
Por eso es un protagonista irreemplazable del Movimiento Nacional.
Como sentenció una de sus máximas y recordadas figuras “…el peronismo será revolucionario o no será nada…”
Esa es su impronta de nacimiento. Revolucionar los valores establecidos, a favor de los que menos tienen.
¿En qué se apoya ese espíritu revolucionario? Cómo se construye esa realidad. Nada más y nada menos que llevando a la práctica, poniendo en acto las banderas fundacionales del peronismo: Soberanía Política, Independencia Económica y Justicia Social.
Este es precisamente el ADN de identidad peronista. Un estado soberano para fijas políticas, entre ellas la política económica, independiente de cualquier organismo o intervención extranjera y corporativa, defendiendo un solo interés que es el del pueblo, para construir la justicia social.
Este, es el método más eficaz para reconocer a un gobierno peronista. No basta pues, con autodefinirse peronista. La prueba que determina la identidad peronista, es la implementación de esas tres banderas. Que a su vez le dan el carácter de Revolucionario al peronismo.
En base a esta premisa, no podemos otorgarle identidad peronista al gobierno que asumió arrogándose ese carácter, durante la década del 90, utilizando la herramienta del Partido Justicialista.
En todo caso, desde el gobierno continuó con la tarea de demolición de las obras y derechos consagrados desde antes de 1945. Tarea que comenzara la tiranía fusiladota de 1955.
Ese período conducido por Carlos Saúl Menem, logró lo que J. W. Cooke caracterizó durante la resistencia peronista como “…intentos de domesticar al peronismo…”  “…de integrarlo al sistema…”


Esa traición al pueblo protagonizada por el entonces presidente elegido en 1989, pudo llevarse a cabo debido al genocidio producido desde el 24 de Marzo de 1976 por la dictadura cívica, militar y mediática. Que masacró a una generación de militantes políticos que de ser parte de la nueva resistencia peronista, estaban destinados a ser protagonistas insoslayables en la democracia recuperada. Dentro de los treinta mil hermanos desaparecidos estaban las futuras conducciones del peronismo. Nada es casual en la historia de los pueblos.
El 25 de Mayo de 2003, con la asunción de Néstor Kirchner, se produce una profunda recuperación de la mejor tradición peronista.
Hoy, la conducción del Movimiento Nacional está en manos de Cristina Fernández de Kirchner. Quien desde el gobierno, y en todos los foros nacionales e internacionales coloca bien alto las históricas banderas peronistas.
Banderas que como un sentimiento profundo, atraviesa los corazones y las almas de una inmensa mayoría de argentinos (y compatriotas de la Patria Grande)
Por eso, no llama la atención que tantos dirigentes de diversa calaña pretendan maquillarse de peronistas.
Estas recientes elecciones legislativas, nos muestran otro intento de engañar al pueblo con un nuevo caballo de Troya. Basta revisar los nombres de los dirigentes que adhieren al Frente Renovador, para encontrar viejos conocidos que brillaron en los 90.
Estamos ante un nuevo intento de crear un peronismo “integrado al sistema” un “peronismo domesticado” y dócil ante el sistema de poder.
No debemos dejar pasar el engaño.
Lo peor que podemos hacer los militantes y dirigentes es replicar “los modos domesticados” del nuevo títere de quienes manejan los hilos del sistema de poder. Menos aún, seguir la agenda que propone.
El peronismo se caracteriza por tener siempre una propuesta superadora.
No caigamos víctimas de lo que llamo “el síndrome de Zelig”.
Reivindiquemos la identidad peronista del gobierno y sigamos profundizando este proyecto nacional y popular en marcha.
Es el más claro y honesto camino hacia la Liberación.

Daniel Mojica



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