GOLPISMO DESCARADO
En los pedidos y deseos de los dirigentes opositores, se vislumbra con claridad sus objetivos concretos.
En nombre de “la república y la democracia” la diputada que ha recorrido embajadas extranjeras para perjudicar a su propio país, llama a “impedir la votación en el Congreso”.
El diputado del GEN Gerardo Milman reprodujo de manera casi textual la amenaza que hiciera Alfredo de Angeli, en el contexto de la votación por la resolución 125, dijo “a los legisladores les costará volver a sus pueblos a explicar esta votación”. Como un llamado a que sean agredidos quienes no voten de acuerdo a los intereses de los que se benefician con la justicia corporativa y prebendaria.
El que puso más claro cual es su aspiración es el Senador por la UCR Ernesto Sanz “la economía no está bien y el gobierno no acierta una…ojala esto siga así hasta Octubre. Porque a veces pienso: si la economía mejorara un poco, que pasaría en las próximas elecciones”.
El Senador nos tiene acostumbrados a sus declaraciones antipopulares. Basta recordar lo que opinó acerca de la Asignación Universal por Hijo; manifestó que se iban “por la canaleta del juego y de la droga”.
Al respecto de sus últimos dichos, fue muy clara la respuesta de la Diputada del FPV Anabel Fernández Sagasti “con tal de ganar una elección, es capaz de desear la miseria del pueblo argentino”.
Parece que la democracia que pretende esta dirigencia es una en la que el que pierde, impone sus medidas al que gana.
¿Cuál es la sustancia que motiva a esta clase dirigente a pensar que los que son
Favorecidos por el voto popular deben aplicar los proyectos de quienes perdieron?
Además, si no lo hacen hay que provocar su “destitución” y hacer “desaparecer a todos los que gobiernan” tal como expresaron muchos de los que marcharon el 18 de Abril.
¿Hace falta aclarar que han marchado en total libertad, sin que nadie los molestara bajo esta totalitaria dictadura K, que pretenden “desaparecer”?
Tenemos que estar muy alertas a estas situaciones, porque en la región, el golpismo ya no es el que propiciaba la embajada yanky en los 70, Kissinger mediante. Han puesto a prueba varias opciones: Honduras, Ecuador, Paraguay. Todavía no reconocen el triunfo de Nicolás Maduro en Venezuela ¿esperando qué?
Por algo la pitonisa diputada itinerante realiza su periplo mendicante, allende las fronteras, como si buscara los favores del César. Esos favores, siempre los ha pagado con dolor y sangre nuestro pueblo, y los pueblos de nuestra América.
Daniel Mojica
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