UNA GRIETA PARA QUE ENTRE EL PUEBLO
El cambio de época
no es una mera frase, o una expresión de deseos.
El proyecto
Nacional, Popular y Soberano iniciado el 25 de Mayo de 2003, avanza de la mano
de la voluntad popular. Dando pasos que profundizan el compromiso asumido desde
el primer discurso de asunción.
Cuando Néstor
Kirchner anunció que no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la casa de
gobierno. También nos dijo que pertenecía a una generación diezmada. Se asumió
como hijo de las Madres y Abuelas.
Allí, nos propuso
un sueño.
Ese mismo sueño
que quedó trunco cuando el sistema de poder puso en marcha la dictadura cívica,
militar, mediática, eclesiástica y judicial. Para que aquel sueño no se hiciera
realidad.
Ese sueño de una
Patria justa, libre, soberana, profundamente latinoamericana y solidaria. Una
Patria inclusiva y que amplíe derechos.
Esta Patria que
reivindica su historia emancipadora y anticolonial.
A medida que el
proyecto se abre paso, entre la maraña de impedimentos que el propio sistema de
poder pergeñó desde nuestros albores como Nación. Hoy, nos encontramos por fin
con el nudo que impide el avance pleno de la soberanía popular.
La quinta columna
que frena los intentos democratizadores, porque como un laberinto de perfecto
diseño, siempre nos instala en alguno de sus pliegues, y nos impide avanzar.
La tercera pata
que el sistema de poder consagra mediante la Constitución
Nacional, en el Gobierno de la Nación. El Poder Judicial.
Rémora de nobles
pasados que pretenden detener el tiempo manejando inconmovibles coordenadas de
lugar y tiempo que nunca favorecen a quien dicen representar: la democracia; o
sea: el gobierno del pueblo.
¿A qué sector del
pueblo representa el Poder Judicial?
¿De qué cantera
popular surgen sus miembros, fruto casi siempre secretos y oscuros
conciliábulos?
¿Por qué será que
todas y cada una de las dictaduras que nuestro pueblo ha sufrido, jamás han
cerrado sus cenáculos?
Es que el sistema
de poder ha permanecido incólume hasta el 25 de mayo de 2003.
De allí en adelante
el proyecto de país para todos ha ido creciendo en las conciencias. A la vez
que ha abonado la soberbia de esa casta familiar, acicateada por intereses y
privilegios de sectores hegemónicos que se están viendo jaqueados por el avance
popular.
Tanta soberbia les
ha hecho plasmar un documento que parece haber sido escrito por los
editorialistas mediáticos, donde se solazan hablando de las presiones que el
prístino Poder Judicial estaría recibiendo del Poder Ejecutivo.
Esta manipulación
no fue soportada ni suscripta por una inmensa mayoría de integrantes de ese
mismo Poder Judicial. Que han tomado el guante arrojado como al descuido. Así
estos honorables integrantes, pero no familia, del mencionado Poder, han
abierto el debate sobre una “Justicia Legítima”.
Han abierto una
grieta, para que ingrese el pueblo.
El primero de
Marzo, en un discurso lleno de señales alentadoras, nuestra Presidenta, como
siempre lo ha hecho, se hace cargo de la demanda popular.
Queremos una
Justicia que esté a la altura de la democracia que estamos construyendo.
En buena hora.
El cambio de
época, no es sólo una frase de ocasión.
Es la
transformación que estamos llevando a cabo.
Estemos listos a
asumir las consecuencias que todo cambio de paradigma trae aparejado.
Daniel Mojica
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