POLITICA Y BATALLA CULTURAL
Con el proyecto político inaugurado por Néstor Kirchner el 25 de Mayo de 2003, instaló un nuevo paradigma en la realidad política nacional.
El modelo vigente desde que recuperamos la democracia formal en 1983, podemos decir que estaba inoculado por una suerte de virus. Al que voy a definir como la “estrategia del tero” (esta ave, grita en un sitio y pone los huevos en otro diferente)
Según esta “estrategia”, la dirigencia elabora un discurso que no coincide con sus hechos o actos. El político dice una cosa y hace otra diferente.
El ejemplo emblemático de este mecanismo lo puso en práctica un ex presidente, quien declaró “si decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”.
Esta es la lógica que viene a desterrar Néstor Kirchner, con su práctica cotidiana, desde la misma asunción como Presidente de la República.
El, dice lo que va a hacer, y hace lo que dice.
En un mensaje de transparencia, coherente con sus convicciones, que cambió la cultura política instalada. La que era ejercida por las diferentes dirigencias sin distinción de pertenencia partidaria.
Este cambio de paradigma está inmerso en la batalla cultural que plantea el kirchnerismo desde su irrupción en la escena nacional.
Esta divisoria de aguas, es la que separa a la “vieja política” de la nueva impronta que le imprime el ex Presidente a su gestión.
Este es un tema de debate fundamental para la actual militancia que se incorpora a la lucha política, como para quienes venimos militando desde antes del genocidio.
El que introduce Néstor, con el simple ejercicio de la práctica cotidiana, es un cambio profundo. Revolucionario, dado el contexto que nos ha atravesado desde el 24 de Marzo de 1976 en adelante.
¿Están consustanciados con este trascendente cambio, todos quienes se manifiestan de acuerdo con el proyecto nacional, popular y democrático que conduce Cristina Fernández de Kirchner?
¿Todos los dirigentes y funcionarios que forman parte del gobierno en sus diferentes estamentos tienen esa actitud militante?
Porque Néstor Kirchner antes, durante y después de ser Presidente ha sido un militante.
Néstor ha sido un maestro en muchos aspectos, y ejemplo a imitar, como militante y conductor.
¿Están preparados los jóvenes que acceden a cargos en las diferentes estructuras del Estado a brindar ese mismo ejemplo?
Los procesos de cambio, necesitan del ejemplo de quienes tienen mayores responsabilidades dentro del proyecto nacional y popular.
Me viene a la memoria una frase que dijo el compañero Néstor Kirchner “soy un hombre común con grandes responsabilidades”.
¿Se sienten así, se ven a sí mismos como “hombres comunes” los dirigentes y funcionarios?
Porque la batalla cultural que llevamos adelante en contra de las corporaciones que defienden los privilegios e intereses del sistema de poder creados a su imagen y semejanza, no la podremos ganar si los nuevos dirigentes y funcionarios que asumen o vayan a asumir (en los diferentes niveles de responsabilidad) se ven a sí mismos (y actúan como) miembros integrantes de una casta privilegiada y diferente del “hombre común”. Casta como la que queremos desterrar. Para que por fin la igualdad y la justicia sean las que primen en esta nueva democracia que estamos construyendo.
Esto no pretende ser de ningún modo una denuncia. Es un llamado de alerta. Para no caer en la trampa cultural del sistema de poder.
Porque perderemos la batalla cultural y el destino del proyecto nacional y popular, si generamos una nueva “junta coordinadora”, o un grupo de yupis como en los 90 o un nuevo “grupo sushi”.
Si esto sucede, el sistema de poder habrá logrado lo que Néstor y Cristina han logrado impedir hasta ahora, que es la domesticación del peronismo.
Si esto pasa le habrán extirpado al peronismo la esencia revolucionaria que le dio origen y que marcó a fuego la mejor historia de nuestro pueblo, en su lucha por la liberación nacional.
Casi lo logran en la década de los 90.
No entreguemos las banderas que nos legaron nuestros treinta mil hermanos.
En la cercanía de una nueva conmemoración del día de la Memoria, me parecen oportunas estas reflexiones.
Un abrazo militante.
¡PATRIA SI COLONIA NO!
¡LIBRES O MUERTOS JAMAS ESCLAVOS!
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
Daniel Mojica
Brillante, valiente y oportuno!
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