CELEBRO EL FALLO DEL JUEZ ALFONSO

NOS QUEDA LA PALABRA




“...Si abrí los ojos para ver el rostro puro y terrible de mi patria,

Si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra...”

Canta “Paco” Ibáñez al poeta.



Con plena certeza podemos decir que desde la sanción de la Ley de Medios de la Democracia, con la injerencia del Cártel Clarín en la Justicia, nos estaban robando la palabra.

Con el fallo del Juez Horacio Alfonso, declarando la constitucionalidad de los artículos cuestionados de manera dolosa por los dirigentes del partido magnetista, ha puesto en su lugar a la palabra. Nos la ha devuelto.

La soberanía popular ha sido reivindicada.

Porque el Congreso Nacional, producto del voto popular, y por amplia mayoría, oficialista y opositora, votó la ley, que un grupo empresario mediático cuestionó judicialmente. A sabiendas que es legítima y constitucional.

Con gestos y declaraciones ha quedado claro que el cuestionamiento a esta Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, es un intento de frenar la pluralidad de voces. Además de defender un negocio monopólico.

Es negar la soberanía popular, la decisión mayoritaria de la ciudadanía para privilegiar el interés de unos pocos.

Más allá de la ambigua posición de algunos integrantes de la Corte Suprema de Justicia, este cuerpo judicial tendrá que expedirse para que quede claro de manera definitiva y contundente que una corporación no puede someter a un gobierno soberano. Aunque desde que recuperamos la democracia esa corporación haya condicionado a los gobiernos democráticos que elegimos. Hasta el 25 de Mayo de 2003.

Aunque haya jueces y Cámaras que sean “influenciables” por el poder mediático y tal vez dinerario del grupo Clarín.

Quien sabe la información que tiene guardada ese grupo, que supo hacer inteligencia sobre los gastos de funcionarios judiciales.

Se ha dado un paso fundamental en la consolidación del sistema democrático.

Seguramente vendrán apelaciones, para postergar lo inexorable.

Somos un pueblo paciente y creativo.

Creyeron que prohibiendo nombrar a Perón acabarían con el peronismo.

Ahora creyeron que podían robarnos la palabra.

La secuestraron, como es su costumbre.

Pero ya la recuperamos.

Pobres los que se ubicaron del lado magneto de la vida (permiso Víctor Hugo) este pueblo ya no juega a la desmemoria, al no te metás.

Gracias Madres y Abuelas por enseñarnos el camino del amor y la paciencia.

Así estamos librando esta batalla cultural.

Celebremos.



Daniel Mojica

Escritor público miembro de COMUNA

www.cuestioncultural.blogspot.com