domingo, septiembre 09, 2012

NO A LOS PROGRAMAS YANKYS EN NUESTRO MINISTERIO DE DEFENSA



¿VOLVEMOS A SER ALUMNOS DE LA ESCUELA DE LAS AMERICAS?

(VER NOTA DE HORACIO VERBITZKY “WELCOME BACK, BOYS” EN EL DIARIO PAGINA 12 DE HOY, DOMINGO 9 DE SEPTIEMBRE)

Es preocupante que militares que han participado en invasiones a terceros países y masacrado a sus pueblos (Vietnam, Afganistán, Irak) vengan a nuestro Ministerio de Defensa para encontrar la manera de que violemos nuestras propias leyes, para incluirnos en “sus guerras” contra quienes se oponen a la dominación imperial que han diseminado alrededor del planeta.
Las leyes que pretenden violentar dentro de nuestro territorio nacional son las de Seguridad Interior y la de Defensa Nacional.
Con la semántica que los nuevos colonizadores dan a los conceptos con que disfrazan su intromisión en nuestros asuntos internos, pretenden otra vez “instruirnos” en novedosas formas para reprimir la protesta social.
Utilizan diversos eufemismos para encubrir sus verdaderos objetivos, que tienen que ver con el control social, en una región, América del Sur, más precisamente la UNASUR, que viene adoptando una posición política en el ámbito regional e internacional en las antípodas de la política exterior de las grandes potencias.
El imperio no se resigna a que nuestra América tenga su propia visión, escriba sus propias reglas de convivencia, y adopte sus propias decisiones sin consultar ni esperar la aprobación de nadie.
Somos un continente que está transitando los cambios y transformaciones que nuestros pueblos demandan, y estos pueblos han elegido gobiernos que defienden los intereses populares por los que fueron elegidos.
Por eso los intentos de subordinarnos, son cada vez más sutiles, y utilizan disfraces gramaticales para engañar a los desprevenidos. Hablan de “control de disturbios”, “auxilio en desastres naturales”, “operaciones antidrogas” y “operaciones antiterroristas”.
Sucede que en nuestra memoria colectiva está latente que fue necesaria la represión genocida para implantar el modelo económico que arrasó nuestro país desde 1975. Como ya no son viables los golpes que instauren dictaduras genocidas, como la cívica, militar y mediática que sufrimos en carne propia desde el 24 de Marzo de 1976. Ahora utilizan otras estrategias.
En Honduras fue una mezcla de golpe militar convalidado por la Corte Suprema de Justicia local. En Ecuador fue con la sublevación de las fuerzas policiales. En Paraguay una parodia de juicio político.
También pretendieron desatar una guerra entre Colombia y Venezuela, sabiamente desactivada por Néstor Kirchner y los presidentes de ambas naciones involucradas.
No les alcanza con la enorme cantidad de bases militares a lo largo del planeta. Tampoco es suficiente el bloqueo informativo planetario al que somos sometidos (un ejemplo autóctono es el que acomete en nuestras fronteras el Cártel Clarín).
Desde la información globalizada nos enteramos de las “noticias” que las grandes agencias quieren que sepamos, y de la forma en que sus periodistas y editores nos la cuentan.
Ahora vuelven con sofisticadas herramientas y el lenguaje acorde a “enseñarnos” cómo debemos defendernos de los flagelos que ellos mismos crean con sus innumeras agencias de inteligencia que siembran el terror, el miedo, la delincuencia, la desestabilización y el narcotráfico.
¿Están flaqueando nuestras defensas naturales contra estas prácticas coloniales?
¿Acaso existe algún compromiso que desconocemos? Sería bueno conocerlo, porque serán nuestros cuerpos los que sufrirán las consecuencias de la “capacitación” que reciba el personal del Ministerio de Defensa.
Creo que sería muy bueno y oportuno que las autoridades involucradas informen a la población en qué consiste este “programa” que nos vienen a dar.
¿Acaso es una decisión del ministro de defensa? ¿Está en conocimiento el Poder Ejecutivo de semejante iniciativa?
¿Cómo se conjuga este “programa” con la Soberanía Política, la Independencia Económica y la Liberación Nacional?
Tomemos conciencia que la defensa del Proyecto Nacional, Popular, Democrático y Soberano no depende sólo de la militancia, sino de todos y cada uno de los funcionarios, que además de funcionarios, no deben dejar de ser militantes.

Daniel Mojica
Columnista de Radio Gráfica

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