COMO SOCIEDAD ¿ESTAMOS A LA ALTURA?
Toda sociedad es un conglomerado de diferentes grupos humanos, que a veces coinciden y otras no, en los rumbos políticos, sociales, económicos, culturales.
La democracia, está, precisamente, para que mediante el voto de la ciudadanía, se decida el camino a recorrer por el gobierno elegido por las mayorías populares.
Quienes ocupan el lugar de las circunstanciales minorías, tienen el rol, que también le asigna la democracia, de controlar que el gobierno elegido por la mayoría, en principio, cumpla con aquello que ha prometido y por lo que ha sido votado. También tienen la obligación de aportar para el mejoramiento de aquellas medidas con las que no coinciden, para que vayan en el sentido del voto mayoritario.
Porque el voto popular, no sólo elige una presidenta, un gobierno, sino y de manera fundamental un rumbo, que conduce el Poder Ejecutivo.
Por esto, no se entiende, que políticos de la oposición, que han quedado a una distancia sideral en la consideración popular, pretendan ser los rectores del rumbo del país. Teniendo en cuenta, además, los propios fracasos de la mayoría de esos mismos dirigentes, cuando han tenido responsabilidades en funciones de gobierno.
Sin tener en cuenta, los discursos descalificatorios que han tenido muchos de estos políticos, para con quienes hemos votado por este proyecto nacional, popular y democrático.
Pareciera, que una parte de la sociedad, está algo desorientada. Porque desde Mayo de 2003, hay gobiernos, presidentes y presidentas, que llevan adelante desde el gobierno, las cosas que dijeron que iban a hacer.
Los mayores desorientados, son los medios hegemónicos y las diferentes corporaciones, porque estaban acostumbradas a que en público, o a la luz del día, los dirigentes tenían un discurso. Pero luego, a la hora de los hechos, realizaban lo que las corporaciones presionaban para que se haga.
El problema, que tenemos como sociedad, es que aún, hay muchas personas, que siguen pensando en la frecuencia de onda que proponen los medios hegemónicos. Lo que en sí mismo no sería ni bueno ni malo (si esto fuera posible) salvo por el hecho, que esos medios hegemónicos, persiguen intereses ajenos al bien común de las mayorías (que han votado por un proyecto de gobierno) Y para lograr sus fines y mantener sus privilegios, tergiversan, mienten, ocultan, presionan, extorsionan y operan contra el gobierno democrático. Esta actitud, es sostenida y fogoneada por periodistas que se nombran a sí mismos como independientes, por comunicadores sociales y diferentes actores sociales.
El objetivo central de una democracia se puede sintetizar, en que las mayorías gobiernan y las minorías controlan (que se cumpla el plan propuesto)
En ningún lado se enseña que en una democracia, las minorías deben atentar contra lo que votó la mayoría. O que deben tratar de torcer el rumbo de lo que fue votado.
Pero, sin embargo ha sido una práctica extendida a lo largo de nuestra historia. Pero que se ha terminado en Mayo de 2003.
Sucede que estos sectores, que pretenden hacer retroceder el reloj de la historia, no se resignan a que haya una mejor distribución de la riqueza, de la palabra y del conocimiento. Porque si esto sucede, la sociedad es menos manipulable, menos influenciable a los manejos mediáticos de las corporaciones.
Hacia esa sociedad vamos caminando, con las dificultades que todo nuevo camino conlleva.
La gran pregunta es si estamos preparados para vivir en una sociedad más justa, libre, soberana y democrática.
Daniel Mojica
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