LA INTELECTUALIDAD ILUSTRADA (POR NIK)
Estamos siendo protagonistas, los más de 40 millones de argentinos, de un proyecto nacional, que en lo personal no dudo en nombrar como REVOLUCIONARIO.
A la mayoría de los que votamos a nuestra Presidenta, con su candidato a vicepresidente, nos representa e identifica llamarlo de esta manera: Proyecto Nacional, Popular y Revolucionario. Tal vez haya algunos a quienes les asuste, o perturbe, o incomode. Pero, a medida que avancemos en el desarrollo de las medidas que faltan, y vayamos profundizando las ya implementadas, se irán acostumbrando. Porque la fuerza de los hechos es más contundente que las palabras y las etiquetas.
Hasta es posible que ni siquiera les importe el nombre que queramos darle. Porque lo fundamental, son las consecuencias directas sobre la vida cotidiana de cada uno de nosotros.
Hay un grupo al que les produce un odio irrefrenable, el rumbo que le damos a nuestra realidad. No es un grupo muy numeroso, pero sí con una enorme capacidad de llegada desde los medios.
Es curiosa la reacción de este núcleo al que el maestro Jauretche no dudaría en llamar “la inteligentzia” del sistema.
¿Por qué digo que es curiosa la reacción de este grupo que se autodefinen como “intelectuales”?
Porque en algún momento de su pasado enarbolaron discursos donde reclamaban medidas que el gobierno iniciado en Mayo de 2003 por Néstor Kirchner y que hoy conduce Cristina Fernández de Kirchner, se han ido implementando. Entonces me pregunto ¿eran sinceras sus inquietudes? Porque de haberlo sido deberían celebrar que se pusieran en práctica.
¿O tal vez sólo era una postura como la que esgrime cierta izquierda extraviada, que reclama lo que nunca podría implementar por carencia de votos? O como esos otros que claman por “X” y cuando implementan “X” sucede que no les gusta la letra con la que se escribió, o el papel sobre el cual se lo hizo, o la ropa del funcionario que lo anuncia.
No es casual, la comparación que hago con esa izquierda, porque esta “intelectualidad” al igual que esa izquierda confunde gobierno con poder. Así es como terminan atacando al gobierno que forcejea con el poder, y terminan siendo funcionales, cuando no empleados del poder.
Para colmo, esa “intelectualidad” donde se encuentran algunos “periodistas independientes” dicen que la función del periodismo “es enfrentar al poder”, pero en cambio enfrentan al gobierno votado por la mayoría en elecciones democráticas e inobjetables.
Muchos, han sido contratados por “el poder”, aunque ahora lo nombren como “el más débil”, cuando ayer lo atacaban con la misma furia, por comprobados motivos que hoy ocultan ¿por dinero?
Hay otras plumas que van perdiendo brillo a medida que se quedan sin argumentos y dan lugar a sutiles injurias que insultan a millones de ciudadanos que votamos, elegimos, defendemos y militamos por este proyecto nacional, popular y revolucionario.
Es lógico que no entiendan esto de “las convicciones”. Esas que un ex presidente anunció que no dejaría en la puerta de la casa de gobierno.
Esas que la juventud corea en cada uno de los actos y movilizaciones. Las mismas que esgrime nuestra Presidenta ante cada medida tomada, pensando en los 40 millones y no sólo en los que la votamos.
¿Cómo pueden entender de convicciones quienes ayer decían apoyar la lucha por los derechos humanos y hoy, ante un gobierno que genera las condiciones para llegar a la memoria, verdad y justicia, lo denosta injuriando a los organismos que sí apoyan al gobierno?
Si el Cártel Clarín no cambió sino para peor en los últimos años ¿qué hizo que el que ayer le enrostraba su complicidad con el genocidio, hoy sea un obediente defensor?
Misterios, miserias, frustraciones que tal vez deberían recalar en algún diván de los tantos psicoanalistas que pueblan nuestra ciudad. En lugar de derramarse por las páginas, micrófonos y pantallas de los medios que conforman el poder que ha condicionado a todos los gobiernos democráticos que se sucedieron desde que recuperamos la democracia.
Porque así destilan su toxicidad hacia toda la sociedad.
¿No será hora de que exista un directorio de bromatología para quienes pretenden envenenar los ánimos de una sociedad que está feliz del presente y mira desde esa felicidad el futuro que nos animamos a construir?
Mejor ¿si optamos por ignorar todas y cada una de sus inoculaciones cargadas de odio, rencor y envidia por no animarse a ser felices junto a la mayoría?
Cambiemos el dial, la decisión está en nuestras manos.
Daniel Mojica
Adhiero.
ResponderBorrarGracias Luis. Un abrazo!
ResponderBorrarEstimado Daniel:
ResponderBorrarEl enlace a www.hayotramirada.com.ar no responde.
Compañero Luis, puede que sea un problema del sitio. Voy a verificar. Gracias
ResponderBorrarAbrazo!