EL CARTEL CLARIN Y
LA “CLASE OPOSITORA” SIGUE FUERA DE
Acaso se puede pensar que sea otro el objetivo de “el gran diario argentino” y de “la tribuna de doctrina”. Al menos es lo que pretenden los que fungen como directivos. Porque, de ser socios y cómplices de los genocidas que arrasaron a una generación de jóvenes, saquearon sus bienes, violaron y asesinaron a sus mujeres y se robaron a sus hijos; luego que recuperamos la democracia, se dedicaron a condicionar a los gobiernos democráticos que fuimos eligiendo. Esto ha sido así desde 1983 hasta Mayo de 2003.
¿Qué sucedió desde Mayo de 2033 en adelante?
Elegimos un gobierno que no se arrodilló ante el poder de las corporaciones.
No sólo eso. El gobierno que elegimos, comenzó a recuperar el poder del estado como regulador de la vida en sociedad. Decidió anular las leyes de punto final y obediencia debida, los indultos. Decidió acompañar e impulsar los juicios por la verdad, la memoria y la justicia. Puso a los derechos humanos en el lugar que debían estar. En definitiva, el proyecto nacional iniciado entonces decidió llevar adelante una política soberana en lo político, independiente en lo económico y con la justicia social como meta.
Un proyecto como este, necesariamente debe enfrentarse a los intereses corporativos, concentrados y monopólicos. Porque están en contra de los intereses del pueblo.
Ante la evidente opción de PUEBLO O CORPORACIONES, el gobierno nacional optó por el PUEBLO.
A esto debe agregarse, que este pueblo (al menos más del 50% del pueblo) apoya este rumbo de desarrollo y crecimiento sin tutelas, y con un proyecto estratégico de país. Tengo que agregar que no recuerdo un gobierno que haya realizado un plan estratégico de desarrollo industrial, agropecuario, alimentario y de crecimiento científico y tecnológico con miras a veinte años hacia delante.
Frente a este panorama, de un país inclusivo para los 40 millones de argentinos ¿Qué tenemos?
Un Cártel mediático, financiero y agro-comercial, una Sociedad Rural, que pretenden un país agro exportador que sólo sería viable para 15 ó 20 millones de argentinos. Ya sabemos qué le espera al resto.
Esta sociedad entre el Cártel Clarín y
Los corifeos de la oposición, con la gran esperanza blanca de aquel momento, que ni merece ser nombrada, repetían como una letanía el guión escrito por los demiurgos destituyentes que se llenan la boca de democracia, cuando la pueden condicionar.
Hoy esos “mínimos” dirigentes emiten un discurso tan alejado de la realidad, que me animo a decir que los votos que han sacado el 14/8 han sido el techo de lo que podrán conseguir.
Tomo un ejemplo del discurso que realizó Ricardo Alfonsín, el 31/8, en el Consejo de las Américas: “No creo que el gobierno vaya a cambiar en el abordaje económico, ni en cuanto a la visión que tiene de la política…” (Fuente Diario “Tiempo Argentino” 1/9/11)
¿En qué cabeza cabe que un gobierno que lleva una política económica exitosa, reconocida internacionalmente y avalada recientemente por más del 50% de los votantes, “vaya a cambiar el abordaje económico”?
Además “si la visión que tiene de la política” le ha servido para llevar adelante un proyecto exitoso y reconocido ¿para qué cambiarlo?
¿Puede un candidato a presidente exponerse de manera pública y ante un auditorio bien informado, a semejante ridículo con tal pobreza argumental, rayana en la ignorancia? Parece que sí.
Esta democracia que supimos darnos los argentinos, se merece una dirigencia opositora, que esté a la altura de los desafíos que la realidad plantea. Nos merecemos una clase dirigente que sea capaz de superar y mejorar las medidas propuestas por el gobierno.
Nos merecemos una dirigencia política, hoy opositora, que sea capaz de elevar el nivel del debate, para enriquecer las medidas que beneficiarán a la mayoría de la sociedad.
No queremos más una clase dirigente que sólo piense en ocupar espacios para su propio beneficio, o para beneficio de las corporaciones que los sostienen.
Daniel Mojica
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