HIPOCRESIA Y PODER

LOS MUERTOS INVISIBLES. LA HIPOCRESIA Y EL PODER Resulta denigrante para la condición humana, observar las manifestaciones de dirigentes con responsabilidades de conducción, acerca del asesinato de alguien que luego de ser funcional a los intereses de quienes lo asesinaron, pasó a ser el enemigo número uno de esa “democracia” que prohíja estos crímenes. ¿Desde qué moral, dignidad o ética puede intentar justificarse ese homicidio? Uno de los argumentos utilizados por el autor intelectual del asesinato fue “…es un terrorista que asesinó a miles de mujeres, niños y hombres…” como si eso justificara la justicia por mano propia. Si aceptamos ese razonamiento ¿no estamos de alguna manera justificando el atentado a las torres gemelas, en el supuesto caso que haya sido el acusado (y asesinado) el responsable? ¿Acaso no es cierto que la primera potencia mundial entra a sangre, fuego, NAPALM y metralla allí donde se le ocurra que no hay “democracia”? Excusa harto utilizada para apropiarse de los recursos del país invadido. ¿Acaso no sabemos de la matanza de civiles, niños, mujeres y hombres por decenas de miles que ocasionan esas incursiones ordenadas por el novel premio Nobel de la paz? A pesar de que los medios hegemónicos intentar minimizar esos crímenes mencionando que son “daños colaterales”. ¿Qué sería de este mundo si cada uno de los países invadidos, cuyos pueblos fueron masacrados, usara el mismo argumento que intenta justificar este crímen reciente? Es patético el rol asumido por la cadena mediática que hegemoniza el discurso periodístico internacional. Al igual que los organismos internacionales, que deberían defender valores como los que enunciaron en su fundación, resultan ser simples súbditos, del poder que, todavía, maneja los hilos planetarios. Por esto, entre otras razones, es que se hace imprescindible cambiar de raíz el funcionamiento de los organismos internacionales que rigen las relaciones entre los países. Porque hoy, los poderosos, pasean su impunidad por el mundo, y los medios aceptan esa impunidad con hipocresía, cinismo, y sometimiento. El mundo al que aspiramos está en sintonía con la realidad que estamos construyendo en esta América, que va camino de la liberación. Para que los pueblos dejen de ser víctimas de los poderosos de turno. Por la vida, la verdad y la libertad. Daniel Mojica