jueves, septiembre 16, 2010

16/9/76 LA JUVENTUD Y LA POLITICA 16/9/10

LA NOCHE DE LOS LAPICES. DESPUES DE 34 AÑOS ¿MACRI QUIERE REPETIRLA? Hay una constante que atraviesa el pensamiento autoritario: estigmatizar a la juventud. Hace 34 años llegó al paroxismo, cuando la genocida dictadura cívica, militar y mediática, secuestró, torturó y desapareció a un grupo de estudiantes secundarios. Con la aberrante complicidad de los medios de comunicación, socios de los genocidas: Entre los que se destacan Clarín, La Nación, Editorial Atlántida. Con sus editores responsables a la cabeza. Existe una identificación de miradas entre aquellos fríos exterminadores que planificaron cada detalle de su siniestro plan, y las actuales autoridades de la ciudad autónoma de buenos aires: acusan a los jóvenes de “hacer política”. Me pregunto ¿cuál es la herramienta para transformar la realidad? Y me respondo, es la política, estúpido. Entonces, lo que inquieta a los sostenedores del autoritarismo, es el afán transformador, que por naturaleza subyace en la juventud. Hay además, una similitud de “formas de trabajo”. En aquellos negros tiempos, las empresas (Ford, Mercedes Benz, por nombrar alguna) preparaban listas con los nombres de los representantes gremiales (“la guerrilla industrial” (sic) Ricardo Balbín) que entregaban a las patotas genocidas. Hoy Mauricio Macri pide listas con los nombres de los estudiantes que reclaman escuelas dignas para poder estudiar. Este no es un hecho aislado, se enmarca en el contexto del armado de una red de espionaje en la ciudad de buenos aires. ¡Qué tremendas similitudes! Es que pensamientos similares, producen hechos parecidos. Además, el jefe de gobierno de la ciudad los acusa de “hacer política”, como si fuera un pecado. Al igual que hacen algunos energúmenos que desde las pantallas de TV estrangulan los micrófonos de fascismo. Con ese odio que no pueden disimular, hacia cualquier reclamo popular. ¿Acaso se creyeron que los pibes son todos “Emos” o descontrolados consumidores de alcohol frente a los boliches? Como cada tanto tratan de imponer. Es que así anhelan que sea la juventud. Alienados y lejos de “la política”. Pero, es una suerte que la juventud no responda a las expectativas que el sistema tiene reservada para ellos. El acto del 14 de setiembre en el Luna Park es una contundente demostración de que la juventud abraza la política y desde ella expresa sus profundos deseos de transformar la realidad de este país. Pero no se queda reposando en esos deseos, sino que pone manos a la obra y trabaja para que esos deseos, esos sueños, se hagan realidad. Hace 34 años la sociedad no supo, no pudo ¿no quiso? Proteger a esa generación que también soñó con un país más justo y solidario y se puso a trabajar para construir ese sueño. Para que la sociedad respondiera de esa manera fue necesaria e imprescindible la complicidad de los medios de comunicación, entre los que se destacaban Clarín, La Nación, editorial Atlántida. Con sus editores responsables a la cabeza. Esos mismos medios, con casi los mismos editores, apañaron al grupo de tareas macrista llamado UCEP. Así como “protegen” en cada uno de sus programas, al jefe de gobierno en los “reportajes” que diseñan a su medida. Tampoco reflejan en sus páginas y micrófonos la planificada destrucción de la educación y salud públicas que perpetra Macri con sus medidas políticas. También lo “protegen” respecto de la red de espionaje que montó en el gobierno de la ciudad. Y de la subejecución del presupuesto para educación. La política del macrismo es desfinanciar a la educación pública para subsidiar la educación privada. Por eso se están cayendo a pedazos las escuelas. Por eso los jóvenes estudiantes salen a la calle. Porque están defendiendo su derecho a la educación en escuelas dignas. Hoy como ayer la juventud toma en sus manos la defensa de sus derechos e intereses. Hoy como ayer hay dos proyectos de país. Uno que reivindica a esos jóvenes y a las políticas que defienden los intereses de las mayorías. Otro, que quisiera volver a la paz de los cementerios, al silencio cómplice de las injusticias, a la impunidad de los poderosos. Por eso intentan frenar a cualquier precio la ley de democratización de medios. Para que no haya voces que denuncien lo que la corporación mediática calla, omite, disfraza, tergiversa y oculta. Pero no se van a salir con la suya. Las máscaras ya cayeron. La juventud está en la calle haciendo política. En buena hora. Es un síntoma de que tenemos un futuro promisorio. Daniel Mojica

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