PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ALMUERZO OFRECIDO A LEGISLADORES NACIONALES EN LA RESIDENCIA PRESIDENCIAL DE OLIVOS.
Muy buenos días a todos y a todas.
Bueno, habrán visto que las mesas no tienen número, hemos decidido que no tengan número sino el nombre de un árbol porque, en realidad, lo que hoy queremos comunicar es que hemos decidido conformar el Partido Verde y entonces esta es la verdadera razón de la convocatoria. (APLAUSOS)
No, en serio, creo que, bueno, he leído en muchos medios distintos análisis, especulaciones acerca de esta reunión.
La verdad es que han estado los empresarios, han estado los compañeros de la Confederación General del Trabajo, han estado los gobernadores de todas las provincias, así que, no podían faltar los militantes que, en definitiva, son los que están al frente en las trincheras institucionales. (APLAUSOS)
Porque son también trincheras y en el buen sentido de la palabra, saben que me niego a considerar la democracia como un campo donde no hay diferencias ni debates ni conflictos, al contrario, creo que sinceramente, si algo debe caracterizar al juego democrático es la participación, el debate, el conflicto, las diferencias.
Pero, quiero en este encuentro que tenemos hoy con todos nuestros cuerpos legislativos, hacer un breve repaso de lo que es el cuadro de situación de nuestro país, de lo que ha sido, de los últimos acontecimientos. Y cuando hablo de los últimos acontecimientos, no hablo de dos o tres meses, sino, en definitiva, hablo de lo que es este período histórico en el cual todos nosotros hemos sido protagonistas desde distintos ámbitos y con distintas responsabilidades del año 2003 a la fecha.
La verdad que podemos decir que nuestro espacio político, Frente para la Victoria, Partido Justicialista, grupos aliados que no integran ni lo uno ni lo otro, pero que acompañan y forman parte de este proyecto, hemos desempeñado al frente del Poder Ejecutivo y cuando tuvimos la responsabilidad de conducir el Legislativo, un papel que nos colocó en una situación de crecimiento, de protección social como nunca se vio en la República Argentina, de restablecimiento de derechos, de fuerte recomposición de la economía de nuestro sector externo, tanto en lo que hace al sector comercial con las exportaciones como en el sector financiero con el fuerte proceso de desendeudamiento que hemos tenido en estos años que ha permitido reducir digamos la conflictividad que presentaba y la restricción que presentaba el crecimiento nuestra deuda externa. O sea que, cuando nos ha tocado estar al frente con las responsabilidades, con las críticas que podremos haber recibido, con errores o con aciertos, hemos hecho crecer al país, mejorar la calidad de vida de los argentinos y, particularmente, en este último año, hemos sorteado una crisis que en otro momento hubiera sido terminal y devastadora para la Argentina, acuérdense de lo que fue el Tequila, el efecto Caipirinha, el efecto de los Trigres Asiáticos, allá había resfrío y acá había neumonía y casi extinción al borde la muerte en la crisis económica más grande que se recuerde desde 1930 hasta la fecha, hemos logrado sortear con mucho éxito y mantener las conquistas sociales y mantener la actividad, no en términos de número pero sí en términos de que no hay despidos masivos y que la gente pueda seguir cobrando su salario.
En materia de relaciones exteriores -y muy breve-, creo que hemos adquirido un protagonismo como nunca habíamos tenido en los últimos años, desde integrar al G-20, a conformar parte nuevamente de nuestros espacio común, que es Latinoamérica, en el cual tenemos una impronta más que fuerte y bueno, mañana, sin ir más lejos, voy a viajar al Perú, acompañada por algunos de ustedes también seguramente, luego de 16 años de no contacto bilateral por razones que ya todos sabemos y tampoco vale la pena explayarse, de uno de nuestros principales aliados y amigos en América latina como es la República del Perú que ustedes saben, fue una de las que primero se puso al frente en la ayuda con Malvinas en el año 1982.
Bien, inclusive, luego del 28 de junio, lejos de perder el timón de la dirección del Estado, al contrario, avanzamos aún más con los instrumentos de la Constitución, con los instrumentos del Parlamento, consagrando reformas estructurales muy importantes, como fue la Asignación Universal por Hijo, algo que era demandado por la sociedad y que también es una de las causas que nos está permitiendo recuperar una actividad económica más que importante.
En estos días, ustedes vieron el comportamiento también de los actores económicos nacionales e internacionales con una apuesta muy importante en nuestros títulos, con un descenso del riesgo país más que importante. Entonces digamos que, si tenemos que hacer una síntesis de nuestras responsabilidades como mayorías al frente del Ejecutivo y al frente del Legislativo, podemos dar un balance absolutamente positivo al conjunto de la sociedad argentina.
Todo esto estaba así hasta el 10 de diciembre cuando el Grupo A llegó al Parlamento argentino. Yo creo que cada uno debe hacerse que, por esas raras coincidencias eligieron la palabra que era como comenzaba la Alianza también en el año 1999. Bueno, a partir de que esto sucedió, evidentemente, hoy hay un Poder Legislativo donde está el centro de la tormenta y la economía, lo que es responsabilidad nuestra, del Poder Ejecutivo, la economía, las relaciones exteriores, nuestra relación con nuestros acreedores externos, nuestra relación en el mundo. El día 13 de abril, luego de que yo me encuentre en Washington con 30 países más en materia de energía nuclear, va a visitar por primera vez en 125 años desde que tenemos relaciones, el presidente de la Federación Rusa, viene en visita oficial a la República Argentina, el primer presidente de Rusia que visita en 125 años de relaciones la República Argentina. (APLAUSOS)
Esto para los que nos presentaban como un país aislado del mundo y sin conexiones. El episodio de la señora Secretaria de Estado, que todos decían que no pasaba por la Argentina, que iba a sacarse apenas una foto conmigo en Montevideo, y bueno, terminó viniendo a la Argentina, quedándose a dormir en la Argentina, una hora y media de una reunión excelente y una conferencia de prensa más que contundente, sobre todo en lo que hace al desendeudamiento argentino.
Digo todo esto, aunque ustedes lo saben, porque hay que hilvanar un relato de la Argentina real que tratan ya cada vez con mayores dificultades porque, obviamente, la realidad siempre en algún momento termina emergiendo.
Alguien dijo hace muchos años que se puede engañar a toda la gente durante un tiempo y que se puede engañar a una parte de la gente durante todo el tiempo; lo único que no se puede hacer es engañar a todos durante todo el tiempo. Y bueno, yo creo que algo de eso está sucediendo y, entonces, creo que es importante que tengamos en claro el cuadro de situación actual y como creo yo que debemos abordar esta nueva etapa que viene muy bien económicamente, con anuncios de inversiones muy importantes.
Estuve reunida con el Grupo Mabe, mexicano, hace unos días; el día lunes inauguramos en Tierra del Fuego una inversión de más de 300 millones de dólares de particulares con el segundo gasoducto transmagallánico, van a venir inversiones en los primeros días de abril que no voy a enunciar ahora porque no corresponde que lo haga, también muy importantes y muy emblemáticas para nuestro país; la actividad económica está con un empuje y con un crecimiento que ustedes los pueden ver en la calle. No hace falta tomar encuestas, uno puede ver cómo están la calle, los cines, los restaurantes. Yo lo mido por el consumo de energía eléctrica, por ejemplo.
El año pasado, en marzo, nos mirábamos con Julio y veíamos que nos había caído 1.3 respecto del primer bimestre del año 2008 el consumo de energía eléctrica. Todos sabíamos qué era eso, era caída de la actividad económica. Hoy estamos ya midiendo el primer bimestre, 6,8 por arriba de demanda de energía eléctrica, lo cual es una señal clara y evidente del crecimiento económico.
Inclusive, la recaudación fiscal que anunciamos ayer y que lo que hay se empeñan en decir que es el 20 por ciento más chica que la del mismo mes del año, lo que no dicen es que este año estamos pagando asignaciones universales que no estaban en aquel febrero; también estamos pagando el Fondo Federal de la Soja, que tampoco. Esos son todos ingresos que si nosotros computamos lo que pagamos de asignación universal y lo que transferimos a provincias con el Fondo Federal de la Soja, por primera vez un derecho de exportación coparticipado con las provincias, estaríamos 40 por ciento por encima del superávit fiscal del mismo mes del año anterior.
Esto, por supuesto, dijeron transferencia a las provincias, así en general, como si fueran...No, no, son las asignaciones universales, por supuesto, que van directamente a la gente y el Fondo Federal de la Soja que va directamente a municipios y provincia con obras de infraestructura.
¿Cómo veo yo, entonces, el cuadro de situación en una economía que está marchando muy bien, en la cual también habrá novedades próximamente respecto del canje, donde nuestros bonos están llegando a 74 puntos, para hacer un buen canje necesitábamos que llegaran a 72, con reservas y con un dólar que por primera vez en muchísimo tiempo conserva el mismo valor durante un mes, lo cual desalienta todo tipo de inversiones especulativas y esto puede verse, inclusive, en cómo se ha incrementado el nivel de construcción en la propia Capital Federal, terrenos que antes estaban tapiados, baldíos, tiraron las tapias abajo y se está comenzando a construir? Este es uno de los signos más distintivos de que el capital cuando considera que no va a ganar en la especulación o en la timba financiera del dólar va a ladrillos, a la cosa más segura, a la construcción, a la inversión.
Este es el cuadro; es un cuadro virtuoso. Virtuoso porque realmente no es que seamos unos genios, sino que hemos aplicado un modelo económico desde el año 2003 en adelante en cual siempre creímos que era el que había que aplicar y que era, fundamentalmente, mercado interno, exportación, poder adquisitivo para nuestros trabajadores y no ajuste y negociar con nuestros acreedores pero del lado del mostrador de los argentinos. Todas las veces que se negoció antes la deuda, la negociaron pero del lado del mostrador de los acreedores. Los únicos que negociamos del lado del mostrador de los argentinos, somos nosotros. (APLAUSOS)
Y en este sentido, creo que al Grupo A, que es una alianza...Ustedes saben que yo fui legisladora y pude ver como legisladora, y no precisamente como legisladora complaciente con lo que pasaba, la Argentina cuando llegué por primera vez, digamos, a la escena nacional, desde la Constituyente de 1994 y luego como senadora de la Nación en 1995. Me tocó pasar por los últimos, no mejor dicho, la segunda gestión del ex presidente Menem; me tocó vivir los 2 años de la Alianza; me tocó vivir el interregno del senador Duhalde y luego, obviamente, el gobierno de quien comparto mi vida hace 35 años, así que...bien.
Lo cierto es que nunca se vio una cosa igual a la que hoy se está viendo, por ejemplo, en el escenario parlamentario. Este Grupo A, que es un Grupo A diferente al de la Alianza, porque aquella Alianza, con la figura del FREPASO, con dirigentes que provenían del peronismo, me tocó ser...nos tocó a muchos de nosotros compartir debates y muchas veces hasta estar de acuerdo con algunas cosas que decían cuando eran oposición, lástima que cuando fueron gobierno hicieron peores cosas que las del gobierno anterior. Pero bueno, son detalles. Pero lo cierto es que nunca se vivió un escenario de gente que no sabe qué hacer con lo que tienen.
Pero no saben qué hacer con lo que tienen por una razón muy sencilla: porque no son una mayoría política. ¿Qué es...? Nosotros éramos una mayoría parlamentaria política, estábamos con un proyecto político, sostenemos un proyecto político y con diferencias, con matices que hay en todo grupo humano, es imposible aún en los grupos más afines encontrar que todos estén de acuerdo con todo, lo cierto es que teníamos un modelo que defender y lo cierto es que, porque teníamos un modelo y un proyecto político que exponer ante la sociedad y, además, dar cuenta de los buenos resultados de ese modelo, es que pudimos conducir el Parlamento sin necesidad de cercenar ningún derecho de los que eran las minorías políticas. Es más, yo le he reprochado duramente al presidente del bloque de senadores.
En el Senado, por ejemplo, siempre se le dio a la primera minoría, la Unión Cívica Radical, una participación mucho mayor a la que le correspondía proporcionalmente por la minoría. Yo confieso que me enojaba con Miguel y le decía de todo y me enojaba mucho porque le decía "dales lo que les corresponde, pero no les des más". Bueno pero él llevaba adelante una política de buenos amigos y, bueno, es una manera de conducir, de dirigir, yo siempre se la respeté.
Pero lo cierto es que, como ustedes pueden ver el problema con nosotros, no eran ni de modales, no era ni de formas, era simplemente que no se estaba de acuerdo con un modelo político por una razón muy sencilla: los que estaban enfrente tienen otro proyecto de país o, directamente, no tienen ningún proyecto -y yo me inclino por esta última teoría-: ¿que puede unir a Pino Solanas con Federico Pinedo que no sea que no nos quieran a nosotros? Pero no se puede conducir y dirigir una institución como el Parlamento porque el que está en el Ejecutivo no te resulta simpático. Vos tenés que tener respuestas políticas institucionales para ese Poder Ejecutivo y para ese Cuerpo parlamentario.
Y les cuento la experiencia, por ejemplo, que nos sucedió en los años '90, cuando había minoría, experiencia que realmente yo no compartía pero, por ejemplo, se pudo privatizar el Banco Hipotecario con el cual un grupo de peronistas importantes del bloque no estuvimos de acuerdo, porque el entonces radicalismo retiró la misma cantidad de peronistas que votábamos negativamente la privatización de Banco Hipotecario y de esa manera se pudo privatizar el Banco Hipotecario.
Yo tampoco estoy de acuerdo con ese modo de negociación. ¿Por qué no estoy de acuerdo? ¿Porque no hay que negociar? No, porque lo que no hay que negociar son los principios y el modelo a llevar adelante. Sí creo que tenemos que negociar, hablar y dialogar con todos porque es parte de la democracia, pero si el diálogo pasa por tirar abajo lo que son las bases fundacionales del modelo, eso no es una negociación ni una clara direccionalidad que tienen que tener las instituciones para sostener un gobierno o una democracia.
Por eso, quiero reproducirles un poco lo que charlé con los obispos el otro día cuando me pidieron audiencia que fue, les confieso, la mejor audiencia que tuve con la Conferencia Episcopal de todas las que he mantenido. No porque las otras fueran malas, sino porque creo que en esta se habló, como se habló de cosas muy concretas, cuando uno realmente puede substraerse a la abstracción de hablar del diálogo como un fin en sí mismo, el diálogo no es un fin en sí mismo, es un instrumento para llegar a acuerdos.
Entonces, como vinieron con la propuesta del diálogo y realmente de que las instituciones puedan acordar, me pareció muy importante exponerles mi punto de vista acerca de cuál es el marco. Porque hablar del diálogo o del consenso en abstracto, realmente no tiene mucho valor ni mucho sentido. Es más, están sucediendo cosas en el Senado...Hoy tenemos 3 senadores que participan, no son este espacio político, pero que comparten votaciones y proyectos con nosotros, 3 senadores que no tienen participación en ninguna comisión.
Esto sucedió una sola vez en la vida, un intento y fue, casualmente, con esta Presidenta. Yo era miembro del bloque, vos te debés acordar Jorge, cuando me echaron del bloque, pero además de echarme del bloque me sacaron de todas las comisiones, o sea, no podía formar parte de ninguna comisión.
Me acuerdo que en ese entonces, el presidente de la Cámara, Ruckauf, dijo que él no iba a cumplir con eso porque si yo iba a la Justicia, me iban a reponer en las comisiones inmediatamente. Porque no permitir que un senador integre una comisión, es como no dejar entrar a un legislador al recinto. O sea, la comisión es la antesala del recinto, es como si no te dejaran entrar al recinto y no te dejaran votar. Ya no es un problema de diferencias, es un problema de cercenar la representación política que ese senador inviste o ese diputado inviste.
Por eso digo que están sucediendo cosas que nunca habían sucedido y, entonces, cuando le comento estas cosas a los obispos, les digo "¿cómo se reencausa esto, cómo se reencausa un diálogo entre las instituciones con este grupo que tiene diferencias, que tienen proyectos encontrados entre ellos que imposibilita, además, manejar con cierto grado de racionalidad y responsabilidad los acuerdos a los que todo Cuerpo parlamentario, por ser un Cuerpo colegiado, debe llegar?".
Obviamente, si hay un lugar para hacer acuerdos políticos y para ejercer el debate, la diferencia, el disenso, es, precisamente, el Parlamento por su colegiación. No es el caso del Poder Ejecutivo donde, obviamente, el que dirige es uno. Porque además, bueno es remarcarlo y esto se los dije a los obispos, tenemos que ir a la Constitución.
Yo creo que el primer marco conceptual en el cual tenemos que movernos es en la Constitución. ¿Qué dice la Constitución y los roles que cada uno de nosotros tenemos en la Constitución? ¿Por qué? Por una cosa muy simple: la Constitución es la que te fija las reglas de juego. Los reglamentos de las Cámaras, son los que permiten las reglas de juego dentro de cada Cuerpo.
Y yo le comentaba a los obispos y les decía: tenemos una Constitución en la República Argentina que es netamente presidencialista. A ver, el derecho de veto que le otorga al Poder Ejecutivo; el derecho a desempatar que le asigna al Vicepresidente de la Nación, cuya misión es presidir la Cámara de Senadores y desempatar en caso de que haya diferencia y hacerlo, obviamente, a favor del oficialismo, no se me ocurre que Alberdi y los muchachos del '53 hayan pensado que el Vicepresidente tenía que votar en contra del Presidente, porque si no seguro, no le daban el doble voto que además, tampoco es una creación argentina, es una copia, como todos ustedes saben, de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, netamente presidencialista como son los regímenes de toda la América, en contraposición a Europa que son estrictamente de carácter parlamentario, por eso hay un Derecho Americano y hay un Derecho Continental Europeo sustancialmente diferente en materia de organización institucional de los países. No en otra materia como, por ejemplo, en Derecho Civil o Comercial, donde tenemos una fuerte tradición continental, itálica y francesa fundamentalmente.
Pero, no puedo retraerme de mi papel de presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, a ver: el artículo 99 fija, en el inciso 1º, claramente, que la responsable política de la administración general de la República Argentina, es la Presidenta y le otorga facultades. Y también le otorga facultades al Congreso, por ejemplo, para el caso de la deuda. Tomo el caso de la deuda porque ha sido el caso que nos ha ocupado emblemáticamente en los últimos tiempos.
Y la verdad es que hay 26 presupuestos aprobados desde el '83 a la fecha; hay una ley de canje aprobado por el propio Parlamento cuando se canjeó la deuda en el 2005; hay una ley de apertura del canje de la deuda que también votó el propio Parlamento; hay un Presupuesto votado hace 4 o 5 meses atrás por el Parlamento argentino con asignaciones para obras públicas, para recursos para las provincias y también una autorización de endeudamiento para el Estado nacional de 110.000 millones.
Va de suyo la pregunta: si la plata que había en el Presupuesto alcanza, ¿cuál fue la razón por la que el Parlamento autorizó un endeudamiento de 110.000 millones de pesos? Estarían todos locos los senadores y los diputados y no están locos los senadores y los diputados. Saben que había brecha de financiamiento y, por lo tanto, tenían que facultarlo al Poder Ejecutivo a endeudamientos.
Estas cosas, además, como le explicaba a los obispos, no son cuestiones, digamos, que puedan hacernos fijar posturas de convicción, posturas de conciencia, no estamos discutiendo algunas cosas que, seguramente por lo que veo, va a discutir el Parlamento y que seguramente vamos a tener, inclusive, diferencias dentro de nuestros propios bloques respecto a temas que sí son cosas de conciencia. Acá estamos hablando de números, acá estamos hablando estrictamente de cómo hacer para hacer menos gravoso para los intereses de la República, cómo hacemos para endeudarnos menos, cómo hacemos para que la gente pueda seguir cobrando sus salarios docentes en la provincia porque le podemos seguir mandando el Incentivo Docente, que le podemos seguir mandando el incentivo de la soja, que podemos seguir haciendo las obras públicas que estamos haciendo a lo largo y a lo ancho del país. Estas son las cosas que creo, y además seguramente el ministro de Economía que va a asistir al Parlamento, al Senado y a la Cámara de Diputados el jueves con su equipo va a poder explicar.
Pero a lo que voy es al método fundamentalmente, de cómo abordar esto. Entonces, yo creo que la primera cuestión sería que se respeten la Constitución y los reglamentos. Esto está claro, o sea, el caso de tener que ir a la Justicia para que sea repuesta la senadora Alperovich, Bety Rojkes de Alperovich, realmente no tuvimos más remedio que hacerlo y pese a que repudiamos la judicialización de la política. Pero cuando ya...o el otro día, yo no podía creer lo que estaba viendo.
Yo tengo 12 años ahí más los de la provincia y estuvieron discutiendo sobre un decreto que yo ya había derogado hasta las 5 y media de la mañana. Es gente que además tiene realmente pocas cosas que hacer, porque 5 y media de la mañana discutiendo acerca de un decreto que yo había derogado, que la Corte Suprema, o sea, el otro Poder del Estado, hay tres Poderes, el otro Poder había declarado abstracto y el tercer Poder o el primero, como quieran llamarse, estaba discutiendo lo que el otro había derogado y el otro había declarado abstracto, realmente...Y cuando me contaron que habían entrado en la discusión, porque me llamó el presidente del bloque, sobre si era necesario o no dos tercios para insistir un veto, yo dije "ah, bueno, no, estamos al borde del delirio".
Esa es una de las partes que nunca se tocó de la Constitución...Aparte, que se necesitan dos tercios para insistir un veto, es también otra de las muestras de carácter presidencialista que tiene nuestra Constitución. Asignar una mayoría super calificada, la misma mayoría que exige para el acuerdo de un miembro de la Corte o para la propia reforma de la Constitución para poder insistir un veto presidencial, revela, entre otras cláusulas, el carácter netamente presidencialista que, como les dije también a los obispos: puede haber mucha gente que esté de acuerdo con un sistema parlamentario. Y, bueno, discutamos, entonces, una reforma de la Constitución sin ningún problema, yo estoy abierta a discutir una reforma de la Constitución. ¿No quieren un sistema presidencialista, quieren un sistema parlamentario? Vayamos a una reforma constitucional.
Pero mientras tengamos esta Constitución, que ya reformamos en el '94, y en la que introdujimos los decretos de necesidad y urgencia por un acuerdo entre el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical de entonces, cumplamos esta Constitución.
Si la quieren parlamentaria, transformémosla, deroguemos la posibilidad de decretos de necesidad y urgencia, he escuchado, no se necesita la ratificación de las dos Cámaras, eso no es un decreto de necesidad y urgencia; si necesita la ratificación de las dos Cámaras, es un proyecto de ley. Perdonen, está claro que el constituyente también quiso claramente que tuviera quien ejerciera la Primera Magistratura un instrumento que le permitiera tomar decisiones importantes y relevantes que no significa, ¡ojo!, que haya actos del Poder Ejecutivo ni siquiera del Legislativos sustraídos al contralor judicial. Todos están bajo contralor judicial, porque si mañana el Poder Legislativo me aprueba por unanimidad un decreto de necesidad y urgencia, la Justicia también te lo puede voltear si es que ha vulnerado algún derecho como puede declarar inconstitucional una ley.
Con lo cual, todas esas elaboraciones y argumentaciones en cuanto a hegemonismo, autoritarismo. Bueno, como les dije también el otro día a los obispos, que se rieron mucho cuando se los dije, lo voy a confesar: si nosotros éramos autoritarios y hegemónicos, al lado de estos parecemos Carmelitas Descalzas, realmente. Porque, sinceramente, nunca se hizo una cosa igual.
Pero digo entonces que, una buena forma de comenzar a discutir es, por lo menos, aceptar estas reglas de juego que son las reglas de juego que también hemos aceptado nosotros desde el año 2003 a la fecha.
La primera cuestión sería volver a respetar las reglas de juego, a lo que fue el debate parlamentario de los últimos 100 años. Primera cuestión. Y después ya, resuelto de cómo jugamos, de cómo nos sentamos a discutir, bueno ahí sí seguramente van a estar las diferencias entre los que piensan, bueno, que hay que enfriar la economía y pagar con ajuste, los que piensan que hay que endeudarse más a tasas...
El otro día leí, no sé si ustedes leyeron, una cosa que me llamó mucho la atención. En el Diario Argentino, escribió un compañero, Jorge Giles, ustedes lo deben conocer, un artículo muy bueno que se llama "Los hijos de Sobremonte" en la contratapa y el mismo día, en otro diario que podríamos decir que está en las antípodas, Ámbito Financiero, Walter Graziano, un periodista muy reconocido, que también nadie puede sospechar de ser un periodista K, al contrario, siempre fue el columnista estrella de Ámbito Financiero, escribió un artículo casi en el mismo sentido que Jorge Giles -cuando se lo diga a Jorge se va a querer desmayar por ahí- pero, la verdad, con la frente marchita y que planteaba que tal vez esta negativa cerrada a utilizar reservas para pagar la deuda, habiendo...y como ven que hay 48.000 millones de dólares en el Banco Central y algunos piensan que pueden ser gobierno como lo fueron en el '99 en el 2011, lo que quieren es guardar la posibilidad de abrir un canje para hacer algo parecido a lo que hicieron con el Brady, con el megacanje, etcétera, etcétera.
La verdad que es una teoría, una hipótesis que desarrollaban estas dos personas que no tienen ningún grado de comunicación entre sí ni ningún grado de conexión ideológica, pero que resulta realmente una hipótesis interesante de analizar porque si no, no hay otra explicación a pretender que tenemos que endeudarnos al 15 por ciento para pagar la deuda que los gobiernos anteriores a este y al del 2003 contrajeron.
Pero quiero decir entonces que el segundo paso de ese acuerdo, de esa negociación, de ese debate parlamentario, ¿cuáles son los límites? Bueno, lo que nosotros pensamos y sostenemos como modelo económico de país; lo que nosotros no podemos dejar de hacer es pagar la deuda que la Argentina ha contraído por otros gobiernos y que hemos renegociado exitosamente nosotros. Lo que la Argentina no puede hacer, es que la sociedad, los jubilados, los docentes, nadie pague por esto.
Y la otra cuestión fundamental, es que el Estado nacional necesariamente necesita contar con el instrumento que es su Presupuesto aprobado que ya ha comenzado a ser ejecutado además.
Ayer visitaba y volábamos con el gobernador Jorge Sapag de Neuquén, obras que ya se están ejecutando. Anuncié obras que están en este Presupuesto.
En fin, todos ustedes saben cómo se maneja esto y como se desarrolla esto. Por eso, me gustaría y me gusta compartir con ustedes estas ideas, estas reflexiones acerca de cómo vemos el cuadro de situación y vemos otra cosa que me preocupa más todavía que la suerte del propio Gobierno. Y que es la suerte de la política. Porque esta es la otra gran cuestión.
Esta gente en el '99, este grupo era otro grupo pero un grupo que venía, tomó el país y lo chocó. Ahora un grupo más heterogéneo, más diverso todavía que aquel, mucho más diverso, mucho más heterogéneo, menos consistente, menos armónico, ha tomado la dirección del Parlamento argentino. Por favor, no dejemos que nos choquen el Parlamento, porque si chocan el Parlamento, no es que van a chocar...van a chocar lo que es el emblema de la política. Y este es el más flaco favor que se le puede hacer a las instituciones de la democracia: el deterioro de gente que no puede destrabar ni puede dar respuestas ni puede presentar alternativas a lo que le dicen de otro lado. Porque si fuera egoísta, les diría "para mí es cómodo mostrar un Parlamento que no puede dar respuestas". Pero realmente yo he sido parlamentaria pero además, fundamentalmente, soy militante política y, por sobre la militancia política además, fui profundamente democrática y creo en las instituciones de la democracia. Y ver manejadas de este modo las instituciones de la democracia y no por responsabilidad del oficialismo, al contrario, por una cuestión numérica inclusive, por responsabilidad de la oposición, realmente me duele y me apena mucho porque termina deteriorando la credibilidad de la gente en las instituciones de la democracia, que es la antesala inexcusable para ejercicios o aventuras de carácter autoritario. Siempre lo ha sido.
Entonces, yo digo, más allá de ejemplos así muy disparatados, de gente que, bueno, que sigue con sus profecías, de gente que vuelve al escenario del crimen y cree que se puede volver a repetir lo del año 2001, hay gente que tiene vocación, son seriales, digo yo, y piensan que puede suceder lo mismo que en el 2001 cuando el cuadro económico, social, político es sustancialmente diferente, no nos debe llevar a confundir. Yo creo que la gran responsabilidad en esto la tienen quienes desempeñan roles institucionales de acuerdo con la Constitución, en la Presidencia, en la Vicepresidencia, en las presidencias de los principales bloques de la oposición, en aquellos que han sido gobierno también en las anteriores etapas.
Entonces, creo que la idea fundamental de este marco y de esta estrategia parlamentaria, pero más que estrategia parlamentaria, estrategia democrática, la llamaría yo, es, precisamente, mucho debate pero también mucha explicitación y relato público de lo que está pasando. Porque la propuesta de pagar con la deuda, es amplia y mayoritariamente aceptada por la sociedad argentina. Pero no porque estén de acuerdo con todo lo que nosotros proponemos, porque es una cosa tan evidente, que no hay argentino que no pueda estar de acuerdo con esto.
Entonces creo que además es más fácil ponerse de acuerdo sobre estas cosas puntuales, demostrables, con números que las otras que seguramente vamos a tener diferencias inclusive muchas veces en nuestros propios bloques.
Entonces, un poco el encuentro era porque no podíamos estar sin la presencia aquí, por una cuestión también de emblema institucional de quienes son los que integran nuestro Poder Legislativo y realmente las reuniones que hemos mantenido y vamos a seguir manteniendo en este espacio -en la semana que viene vamos a juntarnos con los empresarios pymes-, tiene que ser un ejercicio en el cual todos tengamos la certeza de que es necesario encarar en este Bicentenario una tarea que también nos va a exigir a nosotros como oficialistas y aún en minoría, poner todo el esfuerzo y toda la inteligencia para que realmente esto pueda llevarse adelante.
Fíjense ustedes el caso de la remoción del ex titular del Banco Central. Este es un ejercicio para que ustedes entiendan cómo muchas veces no hay la vocación democrática realmente de cumplir los roles institucionales.
Firmé un decreto de necesidad y urgencia removiendo al titular del Central, las Cámaras estaban en receso y el Senado todavía no tenía conformadas las comisiones de Presupuesto y Hacienda que son las que con la Cámara de Diputados, son las que establece el artículo 9° para remover al presidente del Banco Central.
Bueno, ya saben todo lo que se armó, ya saben todo lo que pasó, los jueces que intervinieron, algo a deshora también vamos a charlar un poquito sobre un tema muy importante como es el tema de la Justicia, acá me mira fijo Alejandro Rossi, y fíjense, esto fue un 7 de enero y un mes y medio después terminamos exactamente en el mismo lugar. Pero la que tuve que pedir que se conformara la comisión en el Parlamento fue esta Presidenta que le envió una carta al presidente de la Cámara de Diputados o al Vicepresidente de la República para que se pusiera en contacto y tuvimos que agilizar nosotros desde el Ejecutivo un mecanismo que debió haber sido resorte exclusivo del propio Parlamento, sobre todo, fundamentalmente, de la oposición que era la que quería ejercer el control que establece la Comisión del artículo 9º.
Sin embargo, la tuvimos que armar y tardamos un mes y medio de discusión, con todo lo que esto significa también en términos de costos internacionales. Ustedes se imaginan una república como la nuestra de defaulteó en el 2001; que vio un presidente contar épicamente que no íbamos a pagar la deuda; a todo el Parlamento aplaudiendo; después ve que unos años más tarde hay un presidente del Banco Central que se mete en el Banco Central, que sale, que la policía deja entrar. Yo quiero que ustedes miren esas imágenes desde la perspectiva de países donde estas cosas no suceden.
Entonces yo creo que nos debemos un rigor institucional muy grande por parte de todos nosotros.
Con respecto a los temas que tenemos en la agenda de discusión, nosotros estamos dispuestos a dar todos los debates y todas las discusiones, porque creo que tenemos razones importantes y, tal vez, si otros tienen mejores razones y mejores proyectos, los vamos a llevar adelante.
Pero a nosotros no nos pueden hablar de independencia de la Justicia, a nuestro Gobierno, a ese ex presidente, que se autolimitó en las propias facultades constitucionales para elegir sin consultar a nadie a quién tenía que proponer para miembros de la Corte, y que decidió consultar y someter a la sociedad a personas que ni siquiera conocía, no nos pueden hablar de independencia.
A esta Presidenta, que fue la que presentó el proyecto de reducción de miembros de la Corte, nunca en la Argentina se había presentado un proyecto de reducción de miembros de la Corte. Todos los presidentes presentaban proyectos para aumentar el número de la Corte; nosotros presentamos uno donde redujimos dos lugares que podrían haber sido de gente que simpatizara con nuestras ideas o con nuestro proyecto político y no lo hicimos.
Y bueno, creo que las cosas que pasaron de enero a la fecha, demuestran claramente que el mito que se sostenía de manejo por parte del gobierno de la Justicia, se ha derrumbado y caído más que estrepitosamente.
Los últimos acontecimientos que sucedieron en esta semana, ayudan a entender las cosas que pasaron en enero.
Yo no sabía que la Secretaría de Derechos Humanos había querellado el año pasado al padre de la jueza que intervino en la causa del Banco Central. Este Poder Ejecutivo no lo sabía porque si no, la hubiera recusado obviamente por una cuestión natural. Como en los amparos no se puede recusar sin causa, sino que hay que recusar con causa, fíjense ustedes el grado de buena fe del Poder Ejecutivo.
Lo desconocíamos porque hay cientos, miles de querellas que ha hecho la Secretaría de Derechos Humanos en todas las causas que hay de Derechos Humanos a lo largo y a lo ancho de los tribunales del país y no sabíamos que el padre de esta jueza estaba querellado por el Gobierno nacional. Porque es una causa más que suficiente para recusar y para excusarse también. Las dos cosas.
Miren la buena fe. ¿Por qué no la recusamos? Porque no podíamos hacerlo sin causa y porque además, nunca pensamos realmente que podría existir tal cuestión que, obviamente, sería casi no humano si alguien en esa situación no tuviera una cierta aversión hacia el Gobierno.
Yo les pregunto, es una cuestión de sentido común. Piénsense cualquiera de ustedes en una situación similar, con su padre querellado por graves violaciones a los derechos humanos en desapariciones, torturas por el Gobierno nacional y ese Gobierno nacional viene a reclamarme justicia, casi sería inhumano que esa persona no tuviera algo contra...Y no lo hago bajo la forma de crítica, es parte de la condición humana. Lo anormal sería que fuera imparcial. Por eso existe la figura de la excusación en derecho, porque ha situaciones que te impiden ser imparcial porque vos no sos de bronce ni de mármol, sos un ser humano. Por eso hay situaciones en las que se plantea en la ley la excusación y la recusación y estamos dentro de las instituciones.
Por eso, es bueno hacer este ejercicio de aclaración política e institucional que demuestra a todas luces la buena fe institucional y constitucional con que este Gobierno ha actuado.
¿Y por qué digo buena fe constitucional e institucional? Porque creo que en la política todos, obviamente, trabajan para acumular políticamente para su lado, sería también casi estúpido e ingenuo pensar que alguien va a hacer algo por lo menos conscientemente pensando que lo va a perjudicar políticamente. Entonces quiero también ser honesta intelectualmente. Hablamos de buena fe constitucional e institucional.
Obviamente, que todos queremos que nos vaya bien políticamente y acumular fuerzas para nuestro lado; no seríamos militantes políticos si hiciéramos lo contrario.
Pero este caso, es un caso emblemático porque demuestra claramente lo que nos pasó.
Quiero entonces terminar un poco estas reflexiones que comparto con ustedes en voz alta, como para comentarles, expresarles mis vivencias porque además, claro, tengo mi pasado legislativo, que no me condena, sino que me ayuda, me ayuda a entender y me ayuda también a comentarles lo que fueron otras experiencias políticas. Y yo les puedo asegurar que realmente nunca había pasado en el Parlamento argentino, cuando fuimos oposición...Yo fui oposición de todo tipo: solitaria, individual en los años '90; luego, acumulamos un poquito de masa crítica del '97 al '99; luego fui oposición institucional con todos mis compañeros que cambiamos de lugar en la bancada, en la Cámara de Diputados, y nos fuimos para otro lado; luego, cuando fui al Senado, me tocó ser también otra vez oposición institucional y luego me tocó ser oficialista a pleno a partir del año 2003. Y cuando digo a pleno, no lo digo desde una razón de índole familiar, sino -ustedes lo saben, los que me conocen de toda la vida- desde una profunda convicción política, con errores y con aciertos. Lo cual me ayuda a entender cómo funcionan las Cámaras y cómo funciona el Parlamento y contar la experiencia que tuvimos. Y, realmente, lo de ahora nunca se vio.
Pero yo lo llevo al hecho de que al carecer de proyecto político, como sí lo había en el año '97, por lo menos en uno de los sectores que luego gana en el '99 las elecciones, al tener solamente como agenda la que le marca el diario, solamente instalar o tratar de discutir las cosas que le marca tal diario o aquel, entonces, la reducción de la política es muy grande, no hay creatividad, no hay proyecto, no hay línea política desde dónde discutir, desde dónde hablar, es solamente...
Fíjense lo que pasó, una anécdota que me llamó muchísimo la atención, fíjense hasta qué grado: estoy en Calafate -Boudou, ¿te llamé de Calafate, no? No, lo llamé unos días antes- y leo en un diario que...¿qué es esto, un pago al Banco Continental de 108 millones de dólares? Banco Continental, ¿qué es esto? Lo llamo por teléfono y le digo: ¿Che, qué es esto que publica este diario del Banco Continental si no pagamos...? "No sé, déjeme averiguar porque no le pagamos a nadie, le pagamos al BID nada más, así que, qué se yo de este Banco Continental".
En el mientras tanto, una diputada de la Coalición Cívica sale presurosa con la lectura del diario a hacer la denuncia a la Justicia de que habíamos pagado con reservas a un Banco Continental, ya nos querían encanutar, ya presos todos, la Presidenta, el ministro de Economía, la presidenta del Banco Central, todos en línea.
Al otro día o a los dos días, leo un cuadradito en La Nación chiquitito en una página que se caía y decía, porque además ni siquiera se hacen cargo que fueron ellos los que indujeron a la diputada: "Inusual equivocación de la diputada Fulanita de Tal", no importa cuál, son tan intrascendentes que no vale la pena ni nombrarlos. "Inusual equivocación", entonces dice que claro, se equivocó porque el diario había puesto Banco Continental pero quería decir que era un banco continental porque era el BID.
¡Mentiras! El diario también se había tragado una opereta clásica de que habíamos pagado a un Banco Continental porque el BID, que yo sepa, se dice en todos los diarios y en todas las crónicas BID, ni siquiera se dice Banco Interamericano de Desarrollo, se lo conoce con las siglas, BID. Entonces, le echaban la culpa a la diputada que había actuado con ligereza y no se había dado cuenta. Patético, patético. Los llevan de las narices y arriba, cuando los hacen equivocar, se lavan las manos y los tiran a los leones diciendo "inusual equivocación de tal diputada".
La verdad que da pena, da pena porque es la política en definitiva el deteriorito más tarde o más temprano le llega a todo el sistema político y eso es malo.
Pero quiero decirles con esto que nosotros tenemos que tener la agenda de la sociedad, la agenda del Estado porque tenemos la responsabilidad de conducir el Estado. Porque tenemos la responsabilidad de seguir garantizándole la calidad de vida a 40 millones de argentinos y que sigan funcionando nuestras provincias y que sigan funcionando nuestras escuelas y que sigan funcionando nuestros hospitales y que haya obra pública porque si no hay obra pública los obreros de la construcción te van a la puerta de la municipalidad o de la gobernación a pedirte trabajo. Lo sabemos de memoria, los que han sido intendentes, los que han sido gobernadores o los que de alguna u otra manera han tenido responsabilidades institucionales en los estados provinciales, municipales o, en este caso, en el Estado nacional.
Entonces, hay otra cuestión también que tenemos como responsabilidad en el Parlamento: hacerles entender que el Parlamento no es una isla, es uno de los poderes del Estado, de la misma manera que lo es la Justicia y que los tres poderes tienen una obligación fundamental que es hacer que el Estado siga funcionando y que el Estado siga funcionando, precisamente, es hacer cumplir su Ley de Presupuesto, ejecutarla, pagar sus deudas y seguir sosteniendo un plan de crecimiento que impulse el consumo, la demanda agregada, que ha sido realmente el gran motor que nos ha salvado durante el año 2009.
Creo entonces que si con el marco de la Constitución y los reglamentos, si con esa obligación que tenemos todos de que el Estado funcione, nos sentamos a discutir cosas que son muy puntuales, yo creo, espero, tengo esperanzas de que haya cordura y recapacitación por parte del Grupo A, y que realmente entiendan la responsabilidad que les corresponde a todos y, fundamentalmente, no cercenar el derecho a representación que tienen todos los partidos políticos que integran el Parlamento en la forma y en la proporción que la gente nos ha votado a cada uno de nosotros tal cual ha sido la tradición legislativa de la Argentina y constitucional de más de 100 años.
Por eso, quería compartir con todos ustedes y, además, agradecerles como Presidenta el esfuerzo. Yo sé que no es lo mismo ser oficialista cuando se es mayoría que cuando se está en minoría.
Pero déjenme contarles con algo de autoridad moral que muchas veces se puede ser por un tiempo una minoría legislativa parlamentaria pero volver a ser mayoría política en la sociedad cuando estamos en el camino acertado. (APLAUSOS)
Déjenme contarles que cuando era una solitaria opositora muchos me miraban con escepticismo mal, porque si las cosas que esta mujer dice, no se pueden hacer, y llegamos al Gobierno y las hicimos. Y me toco perder hasta cuando fue gobernador en el año '91 por primera vez Kirchner en Santa Cruz, donde sobre 24 legisladores éramos apenas 9, apenas nos alcanzaba para aguantar la insistencia del veto, apenas, se debe acordar Arturo Rodríguez, lo estoy viendo, y, sin embargo, luego pudimos ganar y fue 3 veces gobernador de su provincia.
Pero antes habíamos tenido otra experiencia más dura todavía, la intendencia de Río Gallegos, donde de 7 concejales, en la elección habíamos perdido y nos quedaron 3 y 4 y después nos peleamos con 2 y nos quedó 1. Siete concejales y ese señor, que era intendente, tenía una sola concejal que había sido su maestra de primer grado, por eso lo quería mucho, por eso se quedó con él, porque lo quería mucho, su maestra de primer grado. Y, sin embargo, con un Concejo Deliberante con un solo miembro, ganamos la gobernación de la provincia de Santa Cruz, contra viento y marea, porque teníamos las políticas y porque la gente visualizaba, en definitiva, a la hora de decidir, quién conduce un país o una provincia, más allá de los chisporroteos y floripondios verbales y mediáticos, quién tiene la responsabilidad, la experiencia para conducir a una sociedad que no es fácil hacerlo porque somos los argentinos una sociedad un tanto compleja, difícil, por momentos contradictoria pero que estamos ante una oportunidad fantástica en este Año del Bicentenario porque creo, sinceramente, que la Argentina está en un posicionamiento económico, en lo que es el siglo XXI en materia de energía, en materia de alimentos, en materia de valor agregado, en materia de ciencia y tecnología de los lugares más importantes de la región y del mundo.
No es casualidad que vengan los que vienen, que se esté dando lo que se está dando porque lo que muchas veces no podemos ver en nuestra propia casa, lo comienzan a ver claramente desde afuera.
Por eso, agradecerles la pelea que dan todos los días, sé que es muy difícil, pero si les sirve de consuelo, he aguantado cada cosa que...
Miren, una vez me tocó hablar sola en el Senado, se me fueron todos y me dejaron hablando sola para demostrar que estaba solita.
Pero son cosas menores, lo importante en las discusiones y en los debates parlamentarios, es poder tener las razones y los argumentos que trasciendan ese recinto y lleguen hacia fuera de la sociedad. Ese es el gran desafío, hacer salir de ese micromundo, porque muchas veces se convierte en un micromundo en el cual piensan que como te ponen todas las manos, te ganan. Pero el gran debate está afuera, en la sociedad y entonces yo creo que nosotros tenemos que tener la inteligencia de hacernos carne de ese debate en la sociedad de transmitirle nuestras ideas y nuestros resultados de gestión en todas y cada una de las provincias, en todas y cada una de las jurisdicciones y también ejercitar la memoria sobre lo que nos plantean.
Porque el otro día, y para terminar, le dije a los obispos y también compartieron conmigo el concepto, el emisor del contramensaje -si se me permite algo así- tiene que tener autoritas, tiene que tener autoridad, tiene que tener la autoridad del ejemplo, no pueden hablarnos de cómo administrar el país los que lo volcaron; no pueden decir que se defienden los derechos y los salarios de los trabajadores los que descontaron los salarios de los trabajadores; no pueden hablarnos de la deuda del país los que lo endeudaron; no pueden hablarnos del país los que plantearon el descuento a los docentes o el descuento a las universidades a un gobierno que fue el que más le ha dado a las universidades y a la educación.
Y esto no significa refregarle a nadie las cosas por la cara, significa simplemente dar cuenta. Porque la política es eso también, no es un beneficio, esto no es una sucesión con beneficio de inventario donde me tomo lo que me conviene y lo que no lo dejo.
No, no, cuando uno llega a ser presidente o gobernador, te tenes que hacer cargo de todo, vos sabías lo que era el país.
Entonces yo creo que todos, también los que estuvieron antes, tienen que hacerse cargo de la participación que tuvieron en la deconstrucción que tuvo esa Argentina y en la cual nosotros nos hicimos responsables.
Podíamos haber hecho lo que hace un señor que no hace nada y le echa la culpa de que no hace nada porque los otros no lo dejan hacer o porque le dejaron las cosas mal.
No, nunca fue nuestra costumbre ni cuando en el año '87 tomamos una intendencia fundida, en el '91 también o en el año 2003 el país fundido. Cuando uno toma una responsabilidad, la toma en toda su extensión y tiene que hacer honor a esa responsabilidad dando cuenta, proponiendo soluciones, proponiendo respuestas y en todo caso, demandar al otro que si tiene una mejor nos la cuente así la llevamos juntos adelante.
Así que, agradecerles y darles todo mi apoyo y mi fuerza a todos y cada uno de ustedes para que demos respuesta y debate a todas las cuestiones y que lo hagamos en el marco de la Constitución, de las instituciones pero mirando siempre a la sociedad que es, en definitiva, a la que más tarde o más temprano todo nosotros debemos rendirle cuentas.
Muchas gracias y no les quito más tiempo de comida.
Gracias, un abrazo. (APLAUSOS)
Te copié el texto del discurso de la Presidenta. Estuvo fantástica. Adhiero a todo lo que dijo, y me resuena: "Queremos saber si nuestra Justicia será capaz de atravesar esta prueba para saber si vivimos en democracia", quien además calificó a los medios como un "poder extorsivo y casi mafioso"
ResponderBorrarVamos todavía!!!
Saludos
Si, Mona. Hay que difundirlo en todos los lugares en que se pueda.
ResponderBorrarAbrazo!