"...HARTA DE QUE NO SE REPRIMA" S.GIMENEZ "...HACER ALGO,PARA QUE ESTA GENTE PUEDA ESTAR MEJOR" M.TINELLI

LOS RICOS Y FAMOSOS DE LA CULTURA “NOVENTISTA” EXTRAÑAN EL NEOLIBERALISMO, EL CHOLULISMO Y EL MENEMISMO. Aunque es obvio que las pantallas de TV muestran una imagen que no es la verdad, ni acerca de la realidad, ni la de los personajes que aparecen en ella, no está de más hacerlo notar cada vez que se pueda. Porque la realidad es manipulada y tergiversada por los “periodistas independientes” y comunicadores a sueldo de los multimedios. Porque los “ricos y famosos” no son en la realidad, esa imagen edulcorada y de sonrisa perenne que nos regalan desde esa luminosa caja, que esconde las miserias y bajezas de quienes pretenden erigirse en “modelos a seguir” por los que consumen a esos personajes. ¿Cuál es el fin de esa falaz “eterna felicidad” que venden las pantallas, incluyendo la mayoría de las publicidades con bellísimas personas, casi siempre rubias y radiantes? ¿Cuáles son esas miserias y bajezas? ¿Alguien se acuerda de los autos importados con precios rebajados si eran para discapacitados? ¿y de una conductora de TV que tenía uno de esos, escondido en el campo de un ex marido, antes de tirarle con un cenicero por la cara? Los padres de los chicos internados en el hospital Garrahan, todavía están esperando que Tinelli, les cumpla el sueño. Y las familias originarias desalojadas de sus tierras en el sur por el mismo risueño y gritón conductor, siempre se acuerdan de él. Qué manto de impunidad saben construir los ricos y famosos (estrellas, actrices, modelos, periodistas, conductores, comunicadores) para que no trasciendan ciertas trapisondas que ellos cometen. Pero luego salen a pontificar como si fueran inmaculados seres de luz. Hay un refrán que reza “entre bueyes no hay cornadas”. ¿Tal vez sean “los privilegios de pertenecer”? ¿Quiénes construyen esas maravillosas fantasías para que nos identifiquemos y consumamos (los productos y las ideas)? ¿Será el sistema de poder (no confundir con el gobierno de turno, aunque algunos defendieron ese sistema) que quiere sumisos consumidores que no lo cuestionen? ¿Si nos identificamos o queremos “ser como” esos ricos y famosos, tal vez comencemos a comulgar con su manera de “ver la realidad”, así como queremos consumir sus mismas marcas? ¿Por qué en las publicidades las personas son lindas, sonrientes, elegantes? (Salvo en esa propaganda de la puerta de seguridad en la que el delincuente que se estrella al querer violarla es morocho y sudoroso ¿no?) ¿Quizás para que nos creamos ese modelo de sociedad “no conflictiva” en la que todo es risa, felicidad, flores y buena atención en todos lados? ¿También para que desconfiemos de esos “pobres” “morochos” y “sudorosos”? ¿Esto, tendrá algo que ver con la criminalización de la pobreza? ¿Alguien compraría tan “imprescindibles” productos e ideas si fueran promocionadas por ejemplo por algún líder piquetero o cualquiera de los desocupados que lo siguen? ¿Será que esas personas pobres sólo son buenas para que ciertos políticos se saquen fotos con ellos antes de las elecciones? Hay quienes hablan livianamente de violencia y de climas de crispación ¿Acaso no son los mismos que discriminan la pobreza, que estigmatizan a los pibes pobres, a los morochos, a los diferentes; los que crean las condiciones para esa violencia y crispación? Esta es la forma en que el sistema de poder ha estructurado las reglas y los valores. En este andamiaje de privilegios y marginaciones se ha construido la pirámide social. Sucede que cuando un gobierno, sin tocar a fondo las reglas de juego del sistema, simplemente para distribuir de manera un poco más equitativa la riqueza, lesiona algún interés corporativo, algún privilegio de clase; aparecen los DEFENSORES DEL SISTEMA DE PODER que no están todos agrupados en un club que lleva ese nombre, ni tienen etiquetas en la frente. Pero son TODOS AQUELLOS QUE TILDAN DE POPULISTAS A LOS GOBIERNOS QUE DEFIENDEN LOS INTERESES DE LOS QUE MENOS TIENEN. SON LOS QUE HABLAN DE MANO DURA, SON LOS QUE DICEN EL QUE MATA TIENE QUE MATAR. SON LOS QUE QUIEREN A LOS PIBES PRESOS, O MEJOR MUERTOS. SON LOS QUE RECLAMAN ORDEN. SON LOS QUE QUIEREN IMPONER LA PAZ DE LOS CEMENTERIOS. LA SERENIDAD DE LOS ZOMBIES. SON LOS QUE DICEN QUE SE ESCANDALIZAN CON LA POBREZA. SON LOS QUE NO QUIEREN VER A LOS POBRES ORGANIZADOS Y DEFENDIENDO SUS DERECHOS Y RECLAMANDO POR SU DIGNIDAD. SON LOS QUE JUZGAN POR EL COLOR DE LA PIEL. POR LA ZONA EN QUE VIVE LA GENTE. POR LA ROPA QUE VISTE. SON LOS QUE QUIEREN VOLTEAR AL GOBIERNO, PORQUE NO SE SUBORDINA A LOS GRUPOS DE PODER QUE CONSTITUYEN EL SISTEMA. Tienen además muy aceitado el mecanismo con el que manejan la sociedad. Porque la vienen manejando desde que nos constituimos como nación. Salvo escasas y honrosas excepciones, de gobiernos que en otros momentos fueron derrocados por golpes de estado. Sucede que hoy no son bien vistos los golpes de estado. Entonces ensayan alquimias como en la hermana Honduras. Pero esta vez, se les ha caído la máscara que han sabido sostener durante más de un siglo. Entonces se ponen nerviosos, porque las tapas de sus diarios ya no son creíbles. Las noticias alarmistas de sus “periodistas independientes” no tienen el mismo efecto. Las voces de sus comunicadores, suenan falsas. Ya no queremos que nos gobierne el sistema de poder, sus corporaciones, sus “partidos mediáticos”. Queremos SER NUESTRO GOBIERNO. En tanto construyamos esa democracia participativa que nos lo permita ejercer. Vamos a defender el gobierno que elegimos y que nos representa más cabalmente que toda la calaña de dirigentes de la “clase opositora” y del “partido mediático opositor” que prestidigita la realidad. No vamos a retornar a los 90, por más Susanas y Tinellis que protesten. Daniel Mojica