sábado, agosto 01, 2009

GACETILLA DE LA OBRA "INVENCIONES" EN EL TEATRO ALVEAR

Intérprete Marilú Marini Coordinación de producción (CTBA) Mariana Toledo Asistencia de dirección (CTBA) Ana Belén Saint-Jean Asistencia de escenografía y vestuario Mónica Paixao Asistencia de producción Ignacio Guasch Director asistente Joaquín Bonet Producción ejecutiva Cipe Fridman Producción L. Franco Producciones Música y efectos sonoros Julián Vat Iluminación Gonzalo Córdova Escenografía y vestuario Oria Puppo Dirección Alejandro Maci Durante el transcurso de la obra se escuchará: “California Dreamin” (The Mamas and The Papas) y se interpretarán fragmentos de “Adiós, Mariquita Linda“ (Marco Jiménez) Duración: 80 minutos Teatro Presidente Alvear Temporada 2009 LA OBRA Las invenciones musicales son obras breves que, en sus orígenes, no solían interpretarse en público. Extravagantes contrapuntos privados en los que distintas voces dialogaban de manera independiente, dándose la espalda. La extravagancia a puertas cerradas fue una clave en la vida y en la obra de Silvina Ocampo. Ambas encarnan ese universo caprichoso y personal que ella misma conformó como una valla de protección ante el mundo. Dentro de ese espacio imaginario y aislado, podía reinar sin temor, jugar juegos prohibidos y, con gran sentido del humor, contradecirse, desdecirse, mentir, escribir o dejar de hacerlo. En el cuento El impostor narró la aventura de un joven desesperado que se inventó un amigo para que fuera a rescatarlo y que –finalmente– no era otro que él mismo. Los cuadernos de notas de Silvina son el extremo de su libertad literaria: observaciones tan inconducentes y fragmentarias como geniales. A partir de esos materiales, de reciente edición, se ha construido este espectáculo. En esas invenciones sin límite, hay siempre un elemento desdoblado, metafísico, contrapuntístico. Como si en la tarea de contar historias que no mostrará a nadie, ella misma se hubiera ido volviendo todos sus personajes, con el compromiso que sólo un actor puede tener en la usurpación de una vida ajena. Alejandro Maci LA AUTORA Silvina Ocampo (1903-1993) nació y murió en Buenos Aires. Su primera vocación fue la pintura, a la que dedicó sus años de juventud. Durante largas temporadas en París tuvo por maestros a Giorgio De Chirico y a Fernand Léger. La literatura se convirtió en su pasión dominante cuando conoció, en 1934, a Adolfo Bioy Casares, quien la impulsó a escribir su primer libro de relatos, Viaje olvidado, publicado en 1937. En 1940 se casó con Bioy y ese mismo año compiló con él y con Jorge Luis Borges, una Antología de la literatura fantástica. Gran parte de sus textos en prosa y en verso aparecieron en la revista Sur, que dirigía su hermana Victoria. En sus más de veinte libros abordó todos los géneros y desafió las convenciones literarias de su época para crear una “obra sabia, irisada, compleja y a la vez tenue”, donde “conviven lo quimérico y lo casero, la crueldad minuciosa de los niños y la recatada ternura” (Borges). Entre sus títulos más notables pueden señalarse Enumeración de la patria (poemas, 1942), Los que aman odian (novela policial en colaboración con Bioy, 1946), La furia (cuentos, 1959), Las invitadas (cuentos, 1961), Amarillo Celeste (poemas, 1972) y Cornelia frente al espejo (cuentos, 1988). Desde 2006, está en marcha la publicación de su cuantiosa e invalorable obra inédita. LA ACTRIZ Formada inicialmente en la danza contemporánea, Marilú Marini debutó como actriz en el Instituto Di Tella y fue miembro fundador del grupo TSE, con el cual se radicó en Francia a mediados de los setenta. Allí participó, entre otros, en los montajes de Penas de amor de una gata inglesa, Familia de artistas, Las criadas y La tempestad, siempre dirigida por Alfredo Arias, con quien realizó asimismo Mortadela y Niní, espectáculos basados en personajes de la genial Niní Marshall con los que retornó a los teatros porteños. En 1998 ofreció en el Teatro San Martín La mujer sentada de Copi, también dirigida por Alfredo Arias, trabajo por el que había sido premiada por la crítica francesa como la mejor actriz del año. Volvió a los escenarios del Complejo en 2003 con Los días felices de Samuel Beckett, dirigida por Arthur Nauczyciel, y en 2007 con Incrustaciones de Chantal Thomas, nuevamente dirigida por Arias. En cine filmó a las órdenes de realizadores como Daniel Schmid, Ariane Mnouchkine, Hugo Santiago, Michel Soutter, Virginie Thévenet, Pascal Bonitzer, Claire Denis, Catherine Corsini, Oliver Py y Marceline Loridan. Marilú Marini fue condecorada por el gobierno francés con la Orden de las Artes y de las Letras.

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